Capitulo 6

1.2K 67 9
                                    

Hola! ya tarde mucho perdón, pero ya casi se acercan mis vacaciones! Bueno este capítulo es corto y ya se me hace costumbre hacerlo por pedazos, pero quería subir algo ya! >//< Aparte siento que este es un poco mas.... :$ pero poquito. 

Bueno espero les guste este capítulo, espero sus bellas opiniones, muchas gracias a quienes siguen la historia de verdad! :D

-------------------------------

POV Leonardo

¿Separarme de Diego Armando es lo mejor que me ha sucedido? ¿Really? Esa pregunta andaba por mi cabeza todo el tiempo y bueno, aun seguía sin tener una respuesta. No sabía que era peor, que mi madre pensara que terminar con Diego no me había dolido, o que mis Bro’s siguieran insistiendo en conseguirme una novia, la simple palabra me hacía sentir un vuelco en el estomago, no es que tuviera algo en contra de las ladies, pero ósea, no me imaginaba con una chica, ya tuve suficiente con ¡Maca! Muchísimo menos me imaginaba viviendo juntos, casados, con hijos, bueno, tal vez si fuera con….

¡No! Moví la cabeza negativamente tratando de alejar ciertos pensamientos que me atormentaban, ¡Thanks God! Dije en voz alta cuando me detuve en un semáforo, de no ser así ya hubiera matado a un pobre cristiano, y es que los constantes pensamientos que últimamente me seguían no podía concentrarme. Por un lado, para ser sincero, no aguantaba a mis Bro’s, no sé por qué, pero cada vez me era mas difícil acostumbrarme a ellos y sus “poses”. ¿Yo era así? Bueno tampoco es que hubiera cambiado mucho, pero ahora todo tenía una perspectiva diferente, algunas cosas no me hacían tan feliz como antes.

Conduje hasta la mansión Ruiz Palacios tratando de no pensar en nada. Antes de bajarme no pude evitar soltar un pequeño suspiro, todo era tal y como siempre debieron ser las cosas, y aun así, de cierta forma me sentía tan vacio. Como si esto fuera un sueño y mi vida en la azotea fuera la realidad. Me acomode el cabello hacia atrás exasperado, odiaba sentirme así, tan confundido.

Al entrar pude sentir el increíble vacio que también existía en la house, todo era silencio en comparación con la casa de los Menchaca, donde todos podíamos oírnos los unos a los otros, que de cierto modo te hacían sentir siempre acompañado. Sabía que por la hora my mom estaría en casa, así que me puse a buscarla entre todas las habitaciones, la encontré en el estudio en el que a veces estaba Miguel Ángel.

Después de saludarla, quise y trate de persuadirla de regresar al doble “A”, le di muchas ideas sobre donde podía ir para tratarse y ninguna pareció gustarle. Sabía que esto era un gran problema pero ¿Qué más podía hacer? Si ella no quiere, no hay manera de obligarla. Por otro lado cuando me pidió acompañarla tuve que negarme, dándole alguna excusa, y no es que no quisiese estar con ella, era solo que en verdad quería estar solo.

Llegue a mi enorme habitación cerrando la puerta tras de mí, camine hacia la enorme ventana que daba justo a la calle, desde esa altura podía ver cómo le sol se escondía detrás de los edificios, sabía que en alguna parte, a unos kilómetros estaba Diego, inconsciente apreté los puños al simple recuerdo de su nombre. ¿Qué me pasaba? En la Nopalera todo parecía tener sentido, y aquí sentía que vivía en una nube. Apreté un poco los dientes, sintiendo como me iba dando dolor de cabeza. ¡Oh God! ¿Por qué un Artistuki como yo debe sufrir tanto? No lo sabía, pero tal vez un baño me ayudaría a despejar la mente.

Sabía que podía llamar y pedir que me prepararan la bañera, pero esta vez quería hacerlo yo solito. Una vez que deje el agua a la temperatura adecuada, me dispuse a quitarme la ropa. Era una actividad que hacía desde niño, siempre siendo tan ordenado, primero pase mis dedos por los pequeños botones, desabrochando cada uno con mucha tranquilidad, después deslice la fina tela por mis hombros despojándome de la prenda. Sin querer baje las manos por mi pecho rozando mi vientre con la yema de mis dedos haciendo que una corriente eléctrica bajara por mi columna, al mismo tiempo un recuerdo sobre Diego Armando llego a mi mente haciéndome alzar la vista encontrándome con mi reflejo en el espejo y un Leonardo demasiado sonrojado del otro lado.

¡Oh God! Dije en voz alta pasando las manos por el rostro. Mi mente me traicionaba en los peores momentos. Rápidamente me despoje del resto de mis ropas y me metí sin más a la enorme bañera, dejándome inundar por la sensación del agua caliente.

Estuve varios minutos bloqueando mis pensamientos, simplemente dejándome llevar por el silencio, con los ojos cerrados y los brazos a los costados, dejando que el agua caliente acariciara mi piel y relajara mis músculos. Coloque una mano en mi cuello, acariciándolo y tratando de darme un masaje ya que sentía que estaba algo tenso, inconscientemente comencé a bajar la mano por mi pecho, perdido en la sensación de mi propia caricia, así llegue a mi estomago, baje por mi ombligo y nuevamente caí en mi vientre. No pude detenerme cuando el recuerdo de Diego volvió.

Mi mente viajo nuevamente a Acapulco, había sido idea mía dejar a my mom y acompañar a Dieguki a buscar donde dormir. Habíamos llegado a su carro y andando por una hora sin encontrar un lugar medianamente decente. Nos detuvimos sin saber donde, en un lugar poco iluminado, Diego insistía en dormir en su auto, y yo insistía en seguir buscando. No sé cómo pero la conversación dio un giro y terminamos hablando de nosotros. Le confesé que me había hecho feliz verlo, y él me dijo que había valido la pena. Sus palabras incluso ahora, aun me hacían sonreír. La noche siguió pasando, y las conversaciones no iban hacia ningún lado, estuve por repetirle que siguiéramos buscando, cuando de repente él cayó sobre mí, atrapando mi boca con la suya, posando una mano detrás de mi cabeza y acariciando mis cabellos. No tarde mucho en entender lo que pasaba, nuevamente nos estábamos besando, pero esta vez sabía que no habría interrupciones, así que no dude en corresponderle. Al inicio fue algo torpe, pero poco a poco fue volviéndose más profundo, Diego llevaba el ritmo y yo solo dejaba guiarme, que el sabor de sus labios y el movimiento de su lengua me nublaran la mente. Estaba tan perdido en su boca que no note siquiera el momento en que su mano comenzó a bajar por mi pecho. El beso siguió sin pormenores hasta que sentí sus frías manos sobre mi piel, Diego había subido un poco la ligera camisa que usaba permitiéndose acariciar mi piel que al parecer era cálida en comparación con sus manos. No pude evitar agorar un “gemido” entre sus labios al sentir como con las yemas de sus dedos hacían pequeños círculos sobre mi vientre, dejando pequeñas caricias.

Abrí los ojos sorprendido, volviendo a mi realidad al notar como ese recuerdo me había llevado a conducir mi propia mano a cierta parte de mi cuerpo. Sentí como mi cuerpo se calentaba y podía jurar que mi rostro estaba rojo. ¡¿Why?! Intente incorpórame, tratar de volver a una posición más “normal”, pero era imposible, ya que mi pulso se había acelerado y dentro mío había crecido esa extraña necesidad, ese deseo que solo podía ser calmado de cierta forma. Pose mi manos en mi rostro tratando de auto tranquilizarme, pero era imposible. ¿Por qué Diego? ¿Porque todo debía ser tan difícil? Me pregunte a mi mismo en voz alta. Me levante pesadamente, estire una mano y abrí la llave de la regadera. Solté un grito al sentir el agua helada caer sobre mí, pero era dolorosamente necesario.

Salí de la ducha avergonzado por mis propios actos, al fijarme en la hora me di cuenta que ya era media noche. ¿Tanto tarde en el baño? Busque algo que ponerme, algo sencillo y ligero ya que aun sentía un calor dentro. Caí en la cama rendido y fatigado, cerré los ojos pero al instante note que no podría dormir, trate de pensar en miles de cosas, pero ninguna parecía tener un efecto relajador. Así, sin más volví a pensar en Diego, deje que por mi mente fluyeran todas las imágenes de él, todos los recuerdos, todo lo que siempre reprimía, y solo así logre dormir.

-------------------

Gracias por leer :D

¿Una vida juntos? - LiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora