La noche anterior

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Decidí alargar mi brazo para coger mi móvil cuando una mano me retuvo más de la cuenta, era una mano rígida. Me giré para ver la cara del desconocido y con muy poca sutileza le di un golpe.
- Oye tú, despierta.- le dije con voz de poco amigos.
- Joder tía, ¿Qué hora es?- se sentó sobre la cama, miró la hora y se volvió a tumbar.- son solo las 11, es pronto.
- Vete de mi habitación.- dije más autoritaria. El chico lo notó y, con cara de notorio enfado, se levantó, cogió los pantalones y se marchó, no sin antes girarse una última vez.
- Si quieres que te haga otra visita llámame, eh guapa.- me guiñó un ojo y se marchó.

Sinceramente la lleva clara si le voy a llamar, tengo tantos números de desconocidos y noches esporádicas que realmente, he perdido la cuenta.
Cuando sigo absorta en mis pensamientos, mi teléfono suena, es Ricky. Dudo si cogerlo o no, los días siguientes a salir se pone muy pesado.
- ¿Qué quieres Ricky?
- Madre mía reina, ya era hora de que te levantases. ¿La reunión qué teníamos se te ha olvidado totalmente, no?- dijo Ricky con un tono irónico.
- No me jodas que era hoy, no puede ser, Manu me mata.- dije mientras me levantaba como un resorte de la cama, cogía la primera camiseta que pillé por el suelo y me dirigía hacia la ducha.- pero, ¿Se va a repetir? O sea, no me acordaba. Por favor Ricky haz algo.
- Mimi, soy tu amigo y sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras pero, te estás pasando, Manu está muy cabreado contigo.
Mierda, sinceramente lo último que quería esa mañana de resaca eran más problemas. Vale, habíamos fijado la reunión hacía unas semanas; era para cerrar algunos contratos y planificar el siguiente mes, pero se me había olvidado. Todos tenemos fallos, ¿No?

- Mimi, dúchate lo antes posible y mueve tu culo hasta aquí, yo les meteré alguna excusa y a ver si se la traga, pero por favor, ven ya.
- Sí sí, no te preocupes, ya estoy en la ducha, nos vemos en 20 minutos.

Sabía que la había cagado. A Manu no le gustaba que le hiciesen esperar y yo, últimamente, lo hacía demasiado. No pienso mucho en qué dirá porque no es la primera vez y tampoco será la última, además, me debe todo lo que tiene. Me encontró, como ya os he dicho antes, por mi concierto en Granada y después de barajar muchas opciones, vi que su productora era la más conveniente y la que más manga ancha me daba. Me gusta hacer las cosas a mi modo y Manu, me lo consiente todo. Aunque no lo diga mucho en alto, soy afortunada.
Llevo 20 minutos en la ducha y ya va siendo hora de salir, así que hago acopio de voluntad y salgo, me visto y me voy.

En cuanto llego al vestíbulo del hotel, me encuentro con Ricky que corriendo se dirige hacia mí con cara de pánico, yo le miro y no entiendo nada.
- Mimi, ven conmigo y no digas nada.- me agarra del brazo y me arrastra al bar del hotel.
- Ricky me estás asustando, ¿Qué coño pasa?
- No te acuerdas, ¿Verdad?
- ¿De que me tengo que acordar?- lo digo en tono de humor pero realmente no recuerdo nada de la noche anterior, solo recuerdo tirarme al tío ese de esta mañana y poco más.- refréscame la memoria.
- Eres lo peor eh, ya te dije que esas copas no te iban a sentar bien, y encima con las cervezas que llevabas de más. Joder Mimi.- le corté porque no quería seguir escuchando como me soltaba el sermón de cada resaca. Lo quería mucho, se había convertido para mí en un hermano, pero ahora mismo no necesitaba a Pepito grillo en mi oído.
- Ricky, ve al grano por Dios.
- Amiga, que ayer la liaste en la discoteca, te peleaste con aquella tía y ahora está en toda la prensa.

¿Qué? Era la primera vez que pasaba todo esto. Es cierto que no era la primera vez que me metía en peleas, pero nunca había salido nada público, algunos rumores pero nada más.

- No me jodas Ricky, no puede ser. ¿Lo saben?- Ricky asintió a mi pregunta y a mí me bajó toda la resaca de golpe.
- Manu lo sabe y quiere hablar contigo, se le veía enfadado. No te lo digo para asustarte, solo te advierto de la actitud que debes llevar. Está cansado de tus tonterías, Mimi.

Necesito pensar, huir de allí. Necesito subir a mí habitación y no salir nunca. Necesito que todo el mundo desaparezca. Necesito que Manu me vuelva a decir, como siempre, que no pasa nada, que diremos que ha sido una cosa puntual y que la promoción sigue adelante. Necesito una copa. Necesito dos copas. Necesito una botella entera.
No sé qué me pasa, pero solo sé una cosa.
Necesito ayuda.

Bueno, pues segundo "capítulo" de esto. Gracias por leerlo y eso. Sé por dónde quiero tirar y creo que actualizaré cada día, según me apetezca. Pero bueno, que atad los cinturones porque se vienen curvas.

Las vueltas de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora