Hoy no tenía muchas ganas de salir de fiesta pero Ricky, que había hecho un descanso de dos semanas en la gira, me había suplicado que fuésemos a una fiesta que organizaba una discoteca cercana a casa. En verdad tenía ganas de bailar toda la noche, de volver a sentir la música retumbar en mi pecho y yo con ella. Volver al mundo de la noche, pero sin beber, últimamente lo estaba llevando bastante bien ya que me había volcado en crear nueva música y nuevos sonidos para mi vuelta. Así que ante la insistencia de Ricky me fui a preparar mientras él hacía la cena. Se formó un espejismo de nuestra vida en Barcelona, saliendo cada finde, yo siendo muy lenta y él acabar preparando la cena. Lo pasábamos genial juntos. Vivíamos juntos ya que era más fácil para pagar el alquiler y además disfrutábamos de la compañía del otro, nuestra amistad era muy fuerte y al vivir juntos se había reforzado. Normalmente cenábamos y luego abríamos una botella de ginebra, hacíamos algunos cubatas y nos íbamos de fiesta. Ricky hacia demás para cenar así cuando volvíamos y el hambre atacaba, teníamos qué comer. Todo eran ventajas, la verdad. Lo echo de menos, muchísimo. Me gusta vivir sola y tener mi autonomía pero a veces, en esos momentos de hablar sobre cómo te ha ido el día o ver una serie, lo necesito. Pero bueno, basta de dramas porque ha venido para dos semanas y hay que aprovechar. Yo necesito quitarme de la cabeza a Ana, desde nuestra comida no me ha llamado, y han pasado ya dos semanas. Me podría haber mandado un mensaje diciendo que no le apetecía quedar más o algo por el estilo, pero no, ha hecho la del avestruz y aquí sigo, mirando el móvil como una tonta cada vez que suena. Por otro lado, la música vuelve a fluir por mis venas ya descontaminadas y libres de alcohol, he conseguido componer algunas cosas sin necesidad de la bebida. Así que hoy es un día de celebración, Ricky ha vuelto y yo estoy feliz.
Me acabo de preparar y voy a la cocina, Ricky canturrea y yo me uno a su espectáculo improvisado, como lo echo de menos. Cenamos y él evita el tema de Ana, cuando llegó le puse al corriente de nuestra comida y posterior ignorancia por su parte, le dije que no me lo recordase y así ha sido.
Salimos de casa y antes de ir a la discoteca, paramos en un bar para que Ricky tome algo ya que por mi seguridad, no hay ni una gota de alcohol en casa. Entramos en un garito y Ricky se pide una cerveza, esto va para largo. Yo de mientras voy hacia una mesa con sillones a ponerme cómoda. Cuando veo que Ricky está pidiendo, veo a alguien a lo lejos bebiendo chupitos como vasos de agua, es Ana. Yo fijo mi mirada y la veo junto a amigas suyas muy borracha, con la mirada ida y riendo a carcajadas. Se me hace raro verla así, ella que siempre va con aires de superioridad ahora está expuesta, riendo y viviendo. Vuelvo a mirar a Ricky que se dirige hacia nuestra mesa con un combinado, dos chupitos y la cerveza que había pedido, yo le miro con cara de sorpresa.-Prefiero agilizar el trabajo pidiéndolo todo de golpe.- se ríe y yo con él.
Miro como Ricky bebe y siento envidia de como se sentirá de aquí unas horas, pero aparto este pensamiento y dirijo mi mirada en Ana que sigue bebiendo con sus amigas.
- Bueno, ¿Nos vamos? Tengo ganas de bailar.
- Sí, yo también tengo ganas.Nos levantamos de la mesa y vamos hacia las puerta, de camino dudo en si debo saludar a Ana o no, finalmente lo hago. Le toco el hombro y ella se gira.
- ¿Qué tal estás?- le digo sonriendo.
- ¿Qué haces aquí?- me dice mientras me mira de los pies a la cabeza.
- Pues salir como tú, ya veo.
- Mmm sí, aquí estoy, disfrutando.- intenta disimular lo borracha que va pero no lo consigue.
- Venga, vámonos.- me dice Ricky tirando de mi brazo.
- Hasta luego.- dice Ana sonriendo.No me da tiempo a despedirme ya que Ricky tirando de mi brazo me saca del antro. Nos vamos calle abajo y vemos por fin la discoteca, entramos y empieza a resonar la música dentro de mí, hoy voy a disfrutar.
Estaba dándolo todo al lado del dj cuando una melena marrón se pone a mi lado mientras la que parece ser su amiga habla con el chico que está en el escenario. Me la quedo mirando un rato y finalmente le toco un hombro.
- Que ciega que vas eh.
- Que dices loca, ya se me ha bajado.- me dice mientras suelta una risilla.
- Ya veo ya, no me llamaste al final el otro día.
- ¿Tenía que hacerlo acaso?- me responde con chulería.
- No sé, pensaba que te lo habías pasado bien.
- Y piensas bien, tú qué vas muy rápido.- me dice y se aleja de mi lado.Yo vuelvo a lo mío, a bailar, pero no puedo evitar no quitarle el ojo a lo lejos; está bailando desinhibida, centrada en sus pies y brazos, con la copa al aire y riendo con sus amigas. Tengo a Ricky delante y miro por encima de su hombro a ver qué hace Ana, ella, creo, mira algunas veces hacia dónde estamos nosotros. Puede ser que me mire o que mire a alguien más.
La noche va pasando y en algunos momentos parece que su grupo se va a colocar junto a nosotros ya que se ha creado espacio libre, pero no es el caso.- Oye Ricky, que la música ya es una mierda y son las 6 de la mañana.
- ¿Es eso una indirecta para que nos vayamos?- le miro con los ojos tristones y asiento.- Vale, vámonos.Nos encaminamos hacia la salida y yo hago una inspección al local en busca de Ana. Hay mucha gente y es difícil pero, a lo lejos la veo junto a sus amigas, ella no me ve y yo he desaprovechado la oportunidad. Salimos del local y me paro a encenderme un cigarro, necesito fumar. No encuentro el mechero entre mis bolsillos así que sigo buscando hasta que una voz femenina hace que me gire.
- ¿Necesitas fuego?Hello, como ya dije, no quiero forzar nada y escribo cuando me apetece. No me ha dado tiempo a revisarlo mucho porque no quería tardar tanto en publicarlo, espero que os guste y tal. Un saludo 🤘
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Las vueltas de la vida
FanfictionMimi es una cantante de éxito que ha llegado al triunfo en poco tiempo. Los malos hábitos y las malas compañías harán que poco a poco su vida vaya en picado. Las cosas cambiarán con un retirada de los escenarios y al conocer a la gente correcta.