Las vueltas de la vida

La cena

Paso toda la tarde intentando decidir que ponerme, no he hablado con Nerea y no sé muy bien el estilo de la cena. La Laguna es un sitio acogedor y bonito, no creo que monten una fiesta allí, no le pega nada. Pero bueno, creo que me voy a poner algo normal, unos vaqueros, una blusa y unas botas. Voy mirando el móvil de vez en cuando, Ricky me ha dicho que tiene que venir a buscarme y queda media hora y no ha dado señales de vida. Voy dando vueltas por la casa pero acabo en el baño, me maquillo de manera casual, no quiero llamar mucho la atención; Nerea me ha dicho que habrá poca gente pero no puedo arriesgarme tanto. He acabado de pintarme y voy a la cocina. Ahora mismo me tomaría una cerveza para tranquilizarme pero sé que en casa de Ricky no hay ni una gota de alcohol. La tensión aumenta, bebo agua y saco el móvil.

Mimi:
Oye, hemos quedado en media hora.
¿Dónde estás?
Avísame y bajo.

Me parece muy raro que no me haya avisado de que tardará en llegar, no es propio de él. Unos minutos más tarde pero, vibra mi móvil.

Ricky:
Lo siento.
Estoy abajo ya

No entiendo qué coño le pasa, no es normal la actitud que tiene. Sé que no me lo voy a poder sacar durante toda la noche así que en cuando le vea le pregunto.
Cojo mis cosas y bajo a la calle, Ricky me espera dentro de su coche con cara neutra, no entiendo nada.

- Hola Cari, ¿Qué tal la tarde?
- Bien, mucho trabajo.-me contesta y no me mira ni a la cara. Esta situación me está empezando a oler mal.
- Pues yo me he aburrido bastante, he estado con el ordenador contestando mails y cotilleando las redes, pero nada interesante.

Ricky simplemente asiente y fija su mirada en la carretera. No tardamos mucho en llegar pero encontrar aparcamiento no es fácil así que tardamos más de lo previsto. Cuando por fin apaga el coche, se gira y me mira a los ojos, algo no anda bien.

-Mimi, tengo que hablar contigo.- ante mi cara de susto, Ricky pone una mano sobre mi pierna.- no quiero que te enfades ni que te asustes, yo estoy en contra, de verdad.
-Vale, dímelo ya por favor.
-He tenido esta tarde una reunión con la productora, me han aconsejado que me aleje un poco de ti, que puede dañar mi imagen. -Pum, deja caer la bomba y yo me siento destrozada, mi mente va a mil por hora y mis nervios están por las nubes. Si Ricky se va, no sé qué coño voy a hacer con mi vida. Me quedo callada y aparto la vista de los ojos de Ricky.- Mimi, yo he dicho que no, que eres mi amiga antes de todo. Pero para darles algo he accedido a pasar más tiempo en Barcelona del que me gustaría.
- ¿Cuánto es más tiempo del que te gustaría?- rompo mi silencio con miedo a la respuesta.
- Dos meses.

Y se crea el silencio en el coche, un aura de pesadez se instala en el vehículo. Por mi parte, me quito el cinturón y con energía sacada de no sé dónde, me bajo del coche. Realmente estoy enfadada. No sé cómo puede hacerme esto. Él sabe que yo estoy mal y que necesito ayuda, y decide que se va a ir dos meses. El dinero siempre es más importante, todo el mundo tiene un precio.
Noto como Ricky viene detrás de mí con paso ligero, no entiende muy bien mi enfado y me grita algo que yo ignoro. Hoy necesito una copa.

Llego a La Laguna y veo a Nerea que está hablando con su amigo. No quiero que me agobie así que encamino mi paso hacia el bar. Me acerco al Barman y le pido un gintonic, dudo en un primer momento pero las dudas se disipan con la llegada de Ricky a la cafetería. Él me mira pero no se acerca ya que Nerea lo está abrazando efusivamente.
Es cuanto tengo la bebida en la mano, me empiezo a fijar en el lugar. Las mesas ya no están, unas mesas altas con canapés las sustituyen. Al fondo, dónde me senté ayer hay un equipo de música con un móvil conectado, un poco chapuza pero suficiente. La gente tampoco se ha arreglado mucho; algunos vestidos y faldas, vaqueros y americanas, nada fuera de lo normal. Cojo mi bebida y le doy un sorbo. Sé que me voy a arrepentir mañana pero hoy lo necesito. Beber después de tres días provoca un placer inmenso dentro de mí. Lo necesitaba ya.
El primero cae casi de golpe, tenía sed y aquello entraba solo. Me pido un segundo y decido ir a saludar ahora que estoy un poco más desinhibida. Noto como alguien me toca la espalda y yo me giro.