Capítulo 12.

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"En efecto no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados para fundamentar este amor que siento por ti, que surgió misteriosamente de la nada, y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada ha mejorado lo mejor de mi"
Pablo Neruda.

ADALIA.

Llegó como siempre un poco tarde de la escuela a mi trabajo, llegue tarde ya que me distraje pensando en que es lo que tengo que enseñarle a Axel y si es que sabía por lo menos lo básico y al final me decidí por hacerle unos ejercicios algo básicos de lo que sea que le tenga que enseñar, ver que es en lo que no sabe y empezar desde ahí; a causa de pensar todo eso prácticamente no me di cuenta de que caminaba por una calle que esta en el lado opuesto en el que esta la casa de los señores Olmirks y claro como una tonta yo, cuando me di cuenta de eso comencé a correr en la  dirección correcta.

Al llegar a la casa note que algo de humo salía por una ventana, específicamente de la cocina, entre lo más rápido que pude, tiré mis cosas en no se donde y corrí a la cocina a ver que era lo que estaba pasando, para mi alivio sólo era un pedazo de pan que se estaba quemando en la estufa, supongo que a la señora Olmirks le dio hambre y se le antojó un pedazo de pan calientito, ya cuando solucione el pequeño incendio y abrí todas las ventanas para que se fuera el olor a quemado, me dispuse a buscar a la señora Olmirks ya que no estaba en donde debería estar siempre durmiendo.

La busque en toda la planta baja de la casa e incluso en el sótano pero no la encontré por ninguna parte, lo único que me queda por buscar es en la primera, segunda planta y el cobertizo.

Busque en cada rincón de la primera planta pero no tuve suerte en encontrarla, para nada es como si hubiera hecho puff y se desapareció, ánimo lía ya la encontrarás, me dije cuando iba subiendo las escaleras hacia la segunda planta, entre y busque en todas y cada una de las habitaciones pero no la encontré por ningún lado, fui al estudio en donde creía que estaría ahí viendo como jugaba su esposo pero tampoco estaba ahí, sólo estaban mi abuela y el señor Olmirks viendo unos mapas a la vez que estaban diseñando planes de ataque y cosas así.

Llegue al cobertizo, que ya tenía la puerta abierta, y me dirigí hacia el jardín en donde tienen plantas de verduras y algunos árboles frutales, trataba de imaginarme que era lo que estaría haciendo la señora Olmirks y una idea tonta me cruzo por la mente, me la imagine subida en un árbol tratando de agarrar una fruta ya madura y al momento de querer bajar no pudo y se quedó ahí, idea tonta que se me fue a ocurrir, llegue en donde tienen todas las verduras en un tipo invernadero y para mi fortuna estaba la señora Olmirks ahí, llena de tierra mojada, que parecía lodo, pero a no le importaba ya que se estaba riendo y hablando con las verduras, se me aseguró a una niña por unos momentos.

-Señora Olmirks, la he estado buscando por todos lados.

-Hay linda disculpame, pero como hace mucho tiempo no venía a ver a mis niños, hoy quise pasarme la tarde aquí.

-Si bueno, me alegra que lo haga pero no deje cosas en la estufa por favor.

-¡El pan!, disculpame linda pero como estaba muy concentrada con esto-dice señalandome las plantas- la verdad se me olvidó por completo.

-Si no hay problema, sólo no lo haga otra vez-le digo ayudándole a poner algo de tierra en la base de una planta.

Me pase ahí casi una hora platicando y ayudándole a la señora Olmirks, ella me contaba unas historias muy bonitas como por ejemplo de como conoció a su marido, su luna de miel, cuando se veían a escondidas y cosas así pero lo que más me llamo la atención es que hacia verdadero hincapié en que su amor había nacido desde la primera vez que se vieron, yo a decir verdad no creo en cosas así, el amor no se puede ver ni tocar, no es algo que se sabe a ciencia cierta que es, para mi eso del amor sólo es un cuento más de fantasía.

Después de Axel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora