Capítulo 9

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Cuando apenas entré al salón de boliche vi a Katsuki, Denki y Eijiro sentados en unos viejos asientos de color turquesa. El lugar era glamuroso pero sucio, como si alguna vez hubiese sido elegante pero había caído en una oleada de suciedad. La alfombra de color azul que se encontraba en el suelo estaba manchada, había una gotera en el techo y las lámparas estaban llenas de polvo.

Estaba casi vacío; una canción de pop que vagamente reconocí, sonaba a través de los altavoces mientras me acercaba hacia los tres chicos. Momo y Shōto venían detrás de mí.

Katsuki fue el primero en notar nuestra llegada y levantó una mano saludándonos. Llevaba un jersey de color rojo brillante —las mangas de este estaban subidas hasta sus codos—, y jeans ajustados.

Le di un pequeño golpe en su pierna con mis dedos mientras le dedicaba una sonrisa.

—Veo que hoy elegiste pantalones ajustados.

Él sonrió ladinamente y pude notar una cierta expresión de coqueteo en sus labios.

—¿No te sientes suertudo de poder verme con pantalones ajustados? Deku

—Sí, es mejor que ganarme la lotería —le contesté riendo mientras veía a  Shōto y a Momo, quienes estaban tomados de la mano en silencio, como si estuvieran esperando algún tipo de permiso para unirse a la plática—. Shōto, Momo, ellos son Katsuki, Eijiro y Denki —dije finalmente.

Todos intercambiaron apretones de manos y saludos, incluso Momo le dio un abrazo a Katsuki.

—¿Disfrutaste el pastel que terminé mientras ustedes dos perezosos dormían una siesta en el suelo de mi cocina? —preguntó Momo bromeando mientras se quitaba su chaqueta y se sentaba a un lado de Katsuki.

Él asintió con cierto entusiasmo.

—Nunca había probado un glaseado de vainilla tan rico.

—Katsuki, ¡¿comiste pastel y no nos invitaste?! —dijo Denki desde su posición inclinada, con sus codos apoyados en el cojín del asiento y sus piernas sobre las de Eijiro.

Katsuki alzó sus manos con desesperación fingida mientras reía.

—¡Mira lo que has hecho, Momo! Ahora Denki nos va a matar. Todo esto es tu culpa.

—Sí, te voy a matar, Katsuki . Primero me escondes gente sexy y luego el pastel... —le contestó Denki.

—Estás en graves problemas, Bakugo  —dijo Eijiro mientras colocaba sus dedos en la rodilla de Denki y movía su cabeza en modo de desaprobación hacia Katsuki.

—Fue un pastel terrible —aclaré mientras tomaba asiento entre Katsuki y Eijiro—. Absolutamente horrible, no les hubiera gustado probarlo.

Eijiro se inclinó hacia Denki y le susurró a su oído.

—No lo sé, Denki, esto suena como una conspiración por no invitarnos.

—No, él tiene razón, cualquier cosa que venga de la panadería de Momo no está nada bueno —agregó Shōto mientras jugaba con un mechon del cabello de su novia.

Momo le dio un pequeño golpe en su brazo.

—Shōto es un mentiroso.

Él hizo una expresión fingida, como si hubiera sido herido por las palabras de Momo.

—¡No, no lo soy!

Ella colocó sus ojos en blanco mientras reía y luego dirigió su mirada a Denki y Eijiro.

—Les enviaré algunos muffins con Izuku y entonces veremos quién está diciendo la verdad aquí.

Denki negó con su cabeza rápidamente.

Sostenme, me estoy cayendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora