Capítulo 17

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Marzo 6 - Día 50

No había hablado con Katsuki, excepto por unos cuantos mensajes hasta el martes, ya que las citas que tuve el lunes me dejaron demasiado cansado como para hacer otras cosas; solo olí la cena y sin probar bocado alguno, me fui a la cama sintiéndome un fracaso. Podía sentir que el tratamiento y la enfermedad comenzaban a afectarme más, pero maldita sea, no pensaba dejar de trabajar. Tenía una obligación con mis pacientes y conmigo mismo, trabajaría hasta que físicamente no pudiera ponerme de pie.

Cuando finalmente fui con Katsuki, su habitación de hospital estaba misteriosamente vacía. No podía haber ido muy lejos, sus sábanas estaban revueltas y estaba su laptop abierta encima de la cama, pero no había ninguna señal de él.

—¿Kacchan? —dije llamándole con voz alta, mientras me acercaba a su cama tratando de no preocuparme. Probablemente había salido por algo de comer. Dejé mi bolso en la silla deseando que el pánico que crecía en mi pecho se fuera por completo. Él nunca salía de su habitación, jamás lo hacía—. Katsuki, ¿estás aquí?

¿Qué tal si algo realmente serio y malo había pasado? ¿Qué tal que si tuvo un ataque y se cayó en algún lado sangrando esperando a que alguien lo encuentre? Mis manos comenzaron a temblar mientras tomaba mi celular para enviarle un mensaje rápido con un «¿Dónde estás?», estaba esperando que él se encontrara bien para responderme.

—Kacchan, por favor... —dije lentamente, dejé mi celular entre mis manos y me quedé mirando el techo esperando que tal vez si deseaba con todas mis fuerzas él aparecería perfecto y sin ningún daño—. ¿Kacchan? —dije de nuevo, sonando solitario incluso para mis propios oídos.

Me senté en el suelo, sentí el dolor de mis huesos mientras mi cuerpo tocaba los azulejos. Mi cerebro estaba sobrecargado de tanto pensar. Estaba tan cansado e increíblemente abrumado.

—Espero que estés bien...

Hubo un largo momento de silencio, durante en el cual cada horrible posibilidad pasó por mi mente al menos por cuatro veces y entonces, escuché una voz suave que se asomó para encontrarse con la mía.

—Estoy bien nerd.

Levanté mi cabeza y mis ojos miraron a través de la ranura de la puerta del baño, una sombra estaba acurrucada en la oscuridad.

—¿Kacchan? —dije de nuevo.

—No entres —respondió con una voz baja y entrecortada como si algo se hubiera roto dentro de él.

Me recosté en el suelo y miré por debajo de la puerta del baño, tratando de ver algo entre las sombras.

—¿Por qué la luz no está encendida?

Él dejó escapar un suspiro tembloroso.

—No quiero ver.

Me senté de nuevo y me apoyé contra la puerta de madera, no quería hacer nada más que entrar y abrazarlo para tratar de reparar lo que sea que haya salido mal.

—¿Me puedes dejar entrar?

—No —respondió rápidamente—. Por favor, no —dijo luego con suavidad.

—Está bien —me acurruqué poniendo mis rodillas contra mi barbilla y mis brazos alrededor de mis piernas. Era en situaciones como estas que recordaba qué tan frágil era Katsuki. Él era tan fácil de ser lastimado y yo no podía protegerlo de todo, especialmente cuando él estaba completamente destrozado—. ¿Quieres decirme qué pasa?

—No —me contestó.

—¿Katsuki? —le pregunté deseando poder envolverlo entre mis brazos hasta que él dejara de estar triste.

Sostenme, me estoy cayendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora