Un Día Con Los Mellizos.

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Ahome noto que la niña se había quedado dormida y Sesshomaru estaba pensando mientras miraba a la niña. Ella dejo en la mesita junto a la cama el libro y salió del lugar en silencio era increíble el dolor que sentía al ver el rechazo de su hija.

Se arrojó a la cama y tomo una de las almohadas y abrazo ella lloro en silenció pero su dolor era abrazador, Sesshomaru sospechaba que Ahome no se encontraba bien por lo que se coló a su habitación de ella y volvió encontrarla llorando. Realizo el mismo acto la tomo de unos años atrás la sostuvo de su cintura y coloco en regazo dejándola en posición de horcajadas.

–Tranquila solo dale tiempo a que te conozca. –Sesshomaru le abrazo y dejo que ella descansara su cabeza en su hombro, de pronto escucho el entre lagrimeos.

–Si quiero. –Inmediato el, la alejo para ver los ojos chocolate que le causaban ternura y a la vez rencor.

– ¿Qué es lo que estás diciendo? –Si me casare contigo, ellos son primero. – Sesshomaru sonrió muy ligeramente satisfecho y continuo diciendo. –A pesar que sea un matrimonio por conveniencia te aseguro que no te faltara nada. Puede que hasta le demos un primo hermano a los mellizos. –Escuchar la declaración de Sesshomaru ella quedo rígida.

– ¿Vas a querer que me acueste contigo? –Claro ¿Por qué no? A pesar de tu inexperiencia cuando estuvimos juntos fue muy agradable y pues creo que los años que han pasado hallas tenido una castidad rígida. –No. Pero yo... no podría estar con alguien como tú. –Ahome rápido se deslizo para alejarse de él. –No, Sesshomaru yo no me acostare contigo, además yo no encajo en tu exigencia rígida de mujeres sofisticadas. –Ahome dijo recordando a Kagura hace años atrás.

–Yo no puedo estar con alguien que me humillo y me hizo sentir basura, que en cuanto tomo lo que quiso se marcha con otra mujer. –Vamos Ahome, no te hagas la inocente yo te vi con Inuyasha en el salón cuando aceptaste ser su novia a una cuantas horas que tú y yo tuviéramos el mejor sexo de mi vida.

– ¡No! Yo jamás acepte a Inuyasha. –No me mientas dime que hacías con el caminando esa misma mañana. –Eres un poco idiota poco observador. Inuyasha se dio cuenta que me sentí mal al verte con esa mujer y el solo quiso ayudar, me enseño parte de las cavas está claro fue por fuera el único contacto que tuve fue cuando ya no podía caminar y él se ofreció a que me apoyara.

–Entonces por qué el muy idiota de Inuyasha me dijo que entre Camus y el levantaban mi desastre. –Ahome sonrió, paso su dos mano por el rostro y cabello.

Flash back

Ella recordó que a los seis meses cuando su estado de embarazo era notable Skdy y Ahome caminaban entre las tiendas especializadas en recién nacidos y niños. Se topó con Inuyasha, Skdy se había puesto nerviosa, Ahome al verlo lo recibió con un abrazo sonriendo, Inuyasha no dejaba de ver el vientre y mientras Skdy llamaba a Camus para que le ayudara con Inuyasha, el pregunto.

– ¿Son mis sobrinos? –El perfectamente supo de quien eran los niños. En minutos en la entrada del centro había una limosina donde Camus salió apresurado listo para callar la boca de su hermano menor.

–Hola Inu suban los llevare a un lugar tranquilo. Al llegar a la casa donde vivía Ahome sola, Inuyasha vio que había cajas que se estaban empaquetando. –Bonita casa ¿aquí tú vives?

–Sí, y no pero pronto dejara de ser mía, ¿quieres algo de beber? –No justamente fui por unas cervezas a comprar cuando las vi. –Camus se encontraba serio. –Bien y ¿cuánto tiempo llevas con...Esa redondez?

–Inuyasha dijo abriendo los brazos como si intentara abarcar el tamaño del vientre. –Seis meses. –Respondió Ahome.

Inuyasha miro el techo en seña que estaba pensando enseguida bebió un trago de la botella de cerveza y dijo.

Una Boda, Un Secreto, Un Funeral. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora