Las cosas no podían salirme mas mal. Era el rey de meter la pata, mas que el rey era el maldito dios de meter la pata. Dul estaba demasiado molesta, no sabía que iba a ser. Me rescaba la cabeza buscando palabras para poder darle una buena escusa.
-Dime la verdad Christopher.- sus ojos estaban muy abiertos y respiraba fuertemente.- Debe de ser muy buena para creerte Christopher
-Esta bien, pero primero tienes que saber que te amo mas que a mi maldita vida...- guarde silencio un momento y comencé a contarle todo, desde la platica que tuvo con Maite hasta como fui que regrese.- Eso es todo lo que paso Dul, perdóname amor. Se que soy un imbécil, pero es que estaba muy dolido.
-¿Es que eres tonto o te haces?- dijo moviendo la cabeza negando una y otra vez, solo la miraba era tan bonita. Esos ojos cafés tan grandes que podría vivir en ellos, esa boca rosada tan apetecibles, ese cabello suyo tan rebelde que parece que solo tiene vida, esa naricita tan chiquita que parecía una pequeña fresita perfecta, esas cejas que cuando se enojaba las juntaba tanto que parecía que se iba hacer una sola... Esa voz tan linda que cuando pronuncia mi nombre es la melodía que toda mi vida podría escuchar sin cansarme, una y otra vez. Hay dios esas orejas tan bonitas, tan perfectas para ella, esos dientes que cuando me sonreía creía que iba a morir de amor.- ¿Me escuchaste?- su boquita se movió.
- Mi niña, mi bonita tan perfecta.- dije suspirando, contemplándola toda ella.- Mi niña.- mire sus ojos que me miraban tan fijamente y no pude resistirme y me pare para acercar mis labios a los suyos. Por un momento se desistió pero al final termino aceptando mis labios. La bese con todo el amor que sentía. Cuando nos separamos solo podía sonreír como el estúpido que soy.- ¿Me vas a perdonar?- dije arrodillándome.- Por favor.- le suplique, ella me separo un poco de su rostro y empezó a negar.
- ¿Dime, que demonios voy hacer contigo?- dijo en parte rindiéndose.
-Amarme como cada día de nuestras vidas como yo lo hago.- tome sus manos.- Mi Niña.- Sonrío y la abrase con tantas fuerzas de que nunca me dejara.
- Si me vuelves hacer algo así te olvidas de mi Christopher.
- Nunca mi vida, nunca lo volveré hacerlo, siempre volveré a ti.
Aquí fue donde empece a decir mentiras, así es a mentir. Porque esa no fue la única vez que me fui sino solamente la primera.
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ABRE TUS OJOS
Short StoryEra un estúpido, bueno lo sigo siendo. No puedo dejar de lado todo lo que hice para separarme del amor de mi vida. Pero bueno, si... si no me juzguen, intente separarme de ella no una, ni dos, ni tres veces... sino un montón, ya no tengo la cuenta...