MAR Y EL ADIÓS

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Yo y Dul éramos felices hasta donde cabe ¿no? Siempre estaba con ella fuera donde fuera. Nuestro amor según mi madre era de cuentos de hadas y estaba escrito nuestro destino en las estrellas.
Después de lo pasado con Maite y el supuesto embarazo de mi niña todo fue viento en popa, Maite después de tener a Marianella una bebe regordeta con las mejillas rozadas como un pierquito (así le decía yo y Dul siempre me regañaba) y unos ojos como los de mi prima era la adoración de mi amigo y compadre, si yo y Dul fuimos los padrinos de Mar. Ellos se casaron cuando la beba tenia 2 meses y se fueron a vivir junto a la mamá de mi amigo para que así pudieran terminar la carrera y su madre cuidara de la pequeña bolita, cuando cumplió un año seguía siendo una bebita hermosa y yo estaba enamorado de ella, siempre que podía Dul y yo salíamos con ella para disfrutar de nuestra ahijada.

Dul y yo celebrabamos nuestro segundo año juntos, el dia anterior fue una noche maravillosa. El día de nuestro aniversario había comprado un hermoso anillo en forma de mariposa para prometerle mi amor a Dul. Prepare la azotea de mi casa donde había una pequeña terraza, todo lo decore con pequeñas luces blancas para que se viera mas romántico.

Estaba en mi cuarto terminando de arreglarme, me puse un traje blanco que tanto le gustaba a Dul, en unos 10 min tenía que ir por ella, vivía a unas cuadras. Así que tome mi pequeño carro, las flores y guarde el anillo en mi bolsa. Yo sabia que me amaba y en poco tiempo podríamos estar juntos, faltaban unos 5 min a la hora acordada que había quedado con Dul y estaba ya afuera, subí las escaleras y estaba apuntó de tocar a la puerta cuando Francisco salio la casa de Dul limpiándose lo que parecía maquillaje de los labios. Me observó y sonrió maliciosamente.

- Es toda tuya Uckermann yo ya obtuve lo que quería.- dijo sonriendo triunfal.
- ¿Que mierdas dices Alvarez?- dije bastante cabreado por lo que dijo ese estúpido.
- Tiene una boca fenomenal.- dijo tocándose la entrepierna y yo iba a romperle la cara, cuando este se monto en su moto.- Hace unas mamadas de lujo.- dijo antes de que arrancar.

Mi enojo llegaba a las nubes y entre hecho una furia hacia el cuarto de Dul. Ahí la vi enfrente de su espejo arreglándose el maquillaje. Observe sus labios y era el mismo maldito color que traía Alvarez. No podía enfrentarla porque aria cosas que después me arreo arrepentiría. Salí de su casa aventando las flores y el maldito anillo que traía para ella con una nota que decía:

"Se acabo"

Mi padres no eran los mejores que pude tener pero habían dejado una pequeña casa afuera de la ciudad; necesitaba tiempo y era el mejor lugar para hacerlo, en mi cabeza se repetía estas palabras.

"Adiós Dul, adiós mi niña, adiós mi amor"

ABRE TUS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora