Te lo demostraré

Epilogo

-¡Hugo, deja de correr por el amor de Dios!- Grito Marinette intentando controlar a su hijo mayor- ¿Dónde Rayos está ese Rubio oxigenado? 

-¡Oye! Soy Rubio natural- Adrien hizo un puchero, cada vez que Marinette tenía esos "Ataques " de mal humor se descargaba con él.

- Si, Si, lo que digas- Dijo mientras movia una mano restandole importancia- Ahora ayudame con tus copias miniatura por favor.

-Ah No, Cuando se portan mal son tuyos, yo no tengo nada que ver.

-¡MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁ!- ﹰUn estruendose grito se escuchó alertando a los dos adultos. Sin perder tiempo Marinette salio disparada hacia la fuente del grito.

-¡¿Qué?! ¡¿Qué paso?!

-Emma no quiele compaltil- Decia un pequeño de ojos  azules y pelo azabache.

-¡No es cierto! No es mi culpa que tu no tengas muñecas y tengas robots lanza rayos. Yo quería esos robots pero Papá me compro está muñeca que quiere parecer perfecta ¡Puaj! - Le respondió la hermana haciendo un gesto de asco, Si, las muñecas y el rosa no eran lo suyo.

Marinette les quito sus respectivos juguetes y los intercambio, los dos niños no pudieron evitar sonreír y empezar a jugar de nuevo.

Mientras, Adrien observaba desde el marco de la puerta.

-La próxima que compres juguetes, consultame a mi primero.

El ojiverde sonrió nervioso mientras se rescaba la nuca.

De repente la adulta sintió como jalaban de su remera.

-Mamá, ¿Nos cuentas otra de tus historias?- hablaba el mayor de los tres hermanos.

-¡Si!- Gritaron los otros dos al unísono.

Cuando se trataba de historias, no podían evitar estar de acuerdo los tres, aunque se pelearan todo el tiempo.

La mayor suspiro para ser interrumpida por el sonido del timbre.

- Yo voy- Dijo Adrien, para luego dirigirse a la puerta.

Al abrirla, se podía observar una pareja de morenos con dos niños, una niña y un niño.

-Hola bro- Saludo el de lentes.

-¡Nino!- Grito Adrien, captando la atención de la ojizarca

-¡¿Qué?!- El grito de la azabache se escuchó desde lejos, haciendo sorprender a los tres adultos.

Marinette apareció por la puerta que daba a la habitación de los tres pequeños, abriendo los ojos como platos al ver a su mejor amiga y a su pareja con dos niños.

Hacía tiempo que no los veían, ya que cuando Alya y Nino se casaron, se fueron de Luna de Miel a España, y les gusto tanto que se quedaron a vivir allí por cinco años.

Marinette no se esperaba esto para nada, y sin perder tiempo salio corriendo a abrazar a su amiga de la infancia.

La morena respondió el abrazo sin dudarlo.

-¿Y bien?- Dijo Marinette separándose- ¿No me presentaras a tus angelitos?- Se acuclillo para quedar a la altura de los dos pequeños, quienes se escondían detrás de sus respectivos padres.

-Ellas es Piper y él es Thomas.

Hugo, Emma y Luis aparecieron detrás de sus padres, y Luis no estaba muy contento que digamos, obtuvo unos de los tantos sentimientos que caracterizaban a su padre... Los celos.

-Mami, tengo sed- Dijo mientras le tironeaba despacio de la manga de su madre.

-Ahora no Luis, dile a Papi.

- No, yo quielo que me lo des tú.

-Princesa, creo que deberías ponerle atención, a los Agreste no nos gusta que no nos presten atención.

Marinette ignoro por completo las palabras de su esposo mientras le seguía dando más atención a los hijos de sus amigos, haciendo que el Rubio empezará a sentir celos de igual modo.

-Mariiiiiii- Decía haciendo un puchero, los dos morenos intentaban no reír ante la escena.

-Maaaaaaaaaaaa, tengo seeeeeeeedddd.

Marinette hacía caso omiso.

Emma, viendo todo esto, se aclaró la garganta, haciendo que Adrien se pusiera alerta y abriera los ojos como platos para después taparse los oídos.

Los otros dos adultos lo miraron con cara extraña, para que luego el ex modelo les señalara con la cabeza a Emma inalando, haciendo a los otros dos caer en lo que el Rubio intentaba decir y así copiar su acción.

-¡MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ!- Grito Emma con todas las fuerzas que sus pulmones podían darle haciendo que casi se rompan un par de vidrios.

Marinette cayo sentada al escuchar el grito de su única hija mujer.

-¡¿Qué?¿Qué paso?!- Dijo mientras miraba para todos lados intentando localizar la posible amenaza.

-¿Me das galletas?- Dijo con pena fingida mientras miraba para abajo y movia su pie derecho sosteniendolo de la punta, mientras tenía sus manos juntas y levantaba un poco la vista.

Marinette al ver eso, no se pudo resistir, sonrió y asintió.- Claro cariño.- Dijo y se fue hacía la cocina.

Las bocas de Louis y Adrien cayeron abiertas, esa niña si que sabía controlar a las personas.

Los dos morenos no pudieron más y estallaron a carcajadas.

-Aquí tienes Emma- Le tendió un par de galletas a la rubia quien sonrió triunfante hacía su hermano menor y hacía su padre.

-My Lady, yo tambien quiero galletas- Dijo Adrien.

-Pues ve y agárrate algunas, ya eres grande y alcanzas al frasco ¿O el pequeño minino quiere que le de de comer en la boquita?- Dijo con cierta burla.

Adrien sonrió de lado y la atrajo agarrandola de la cintura.- Bueno... No me importaría, mientras lo que me des sea tu ya sabes que.-

La azabache estaba roja como un tomate- ¡Adrien! ¡Hay niños Aquí!

-¿Y tú crees que entienden algo de lo que digo?

-Ellos No, pero nosotros si- Dijo Alya.

-Ay, vamos nena, si tu también quieres que coma un poco de la tuya.- Dijo Nino para luego ser golpeado en la nuca por su mujer.- ¡Auch!- Se sobaba el área golpeada.

Los otros dos adultos rieron para luego darse un tierno beso en los labios.

-¡Puaj!- Dijo Louis

Los adultos rieron para luego ser interrumpidos por una fuerte explosión.

-¡Yo soy Elektrica, y haré que todos aprendan a cuidar el medio ambiente reduciendo el uso de la electricidad!

La azabache y el Rubio se miraron entre si para luego sonreír.

Ambos se transformaron sincronizados

-¿Lista M'Lady?

-Siempre, Mon Minou.

[Fin]
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Ahhhhhhhhh está terminadaaaaaaaaaaaaaaaaaa....

Ahora que hago con mi vida boludo?