Tamara y el cazador

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Bueno muchos lo habéis pedido, aquí les eh traído un nuevo lemon, me tardado más de la cuenta pero fue por que últimamente eh estado muy ocupado y me acabo de mudar para variar, por por fin eh conseguido tiempo suficiente para escribir.

Aviso1: esta historia es un tanto antigua, la tenía guardada por ahí para que un día saliera a la luz. Y ese día a llegado.

Aviso2: cabe decir que la historia tiene escenas lemon, así que ya saben, léanlo bajo su propio riesgo y no me hago responsable de traumas ni derrames nasales, ya están avisados.

Call caminaba por los pasillos del Magisterium junto a Estrago dirigiéndose a la puerta de las misiones, era hora de su paseo, de lo contrario una desgracia podría pasar.

Giró una esquina y pudo ver las magníficas puertas de hierro, cobre, bronce, plata y oro que destellaban desde la distancia. Antes de que pudiera dar un paso adelante sintió las manos de alguien tapándole los ojos.

—¿Quien soy? —Preguntó la familiar y súper reconocible voz de Tamara.

—Mmm... ¿Celia?

Tamara soltó un bufido y le propició un apretón en la espalda.

—¡Auch! —Se quejo Call.

Tamara, para hacer que Call se callará, se inclinó sobre su espalda antes de dejar un pequeño beso en el cuello, haciendo que un escalofrío recorriera todo el cuerpo de Call.
Tamara retiro sus manos de la cara de Call, dejando a este voltearse.

—¿Con que Celia eh? —Preguntó ella frunciendo los labios y cruzándose de brazos.

Call le sonrió.

—¿Enserio crees que yo confundiría tu voz con la de Celia? —le pregunto, tomándola de la barbilla para que así ella pudiera verlo.

—Como sea, Callum Hunt. —Dijo antes de mirar hacia atrás para después lanzarse contra los labios de Call.

Fue un beso rápido, como los que se acostumbraban a darse cuando había mucha gente cerca, pero, en esta ocasión, estaban solos.

—Tamara... ¿Está todo bien?

Ella asintió lentamente.

—Solo es que... estoy muy feliz de que volvieras al Magisterium, conmigo.

Esto último lo dijo mientras tomaba la mano libre de Call y entrelazaba sus dedos con los de él.

—Yo también me alegro Tamara. —Contestó Call dando en apretón a su mano.

Después de toda la aventura que habían tenido que pasar durante el curso de plata Call solo deseaba estar con Tamara y decirle todo lo que no había podido durante los seis meses en prisión.

De pronto una idea salvaje cruzó por su mente eh hizo que una sonrisa tirara de la comisura de sus labios.

—¿Call? —Preguntó Tamara.

—Tamara... ¿Alguna vez pensaste en hacerlo en un bosque? Al estilo de Blanca Nieves

La pregunta hizo que Tamara se sonrojara increíblemente mucho, pero, tímida y lentamente asintió.

—¿Recuerdas donde encontramos a Estrago? —Preguntó el pelinegro.

Estrago ladro y agito la cola al escuchar su nombre. Tamara asintió.

Magisterium CallmaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora