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- ¿Cómo estuvo tu día, Dean? - pregunto su padre con una sonrisa fría, mientras toda su familia estaba reunida almorzando.

Dean se mordió el interior de su mejilla, se había perdido el primer período del día porque llevo a Castiel a casa, y su padre lo sabía. Porque John Winchester siempre sabe todo lo que sucede en la vida de sus dos hijos, ya sea que ellos se lo digan o no.

Dean sabía que estaba jodido, no podía decirle a su padre dónde había estado, porque si lo hacía, tendría que hablar sobre la broma, y ​​realmente no quería hacerlo.

-Estuvo bien señor- respondió con una sonrisa, tal vez su padre no lo presionaría.

- ¿Entonces quizás podrías explicarme por qué faltaste a la escuela esta mañana? -

Al escuchar lo dicho por su padre, su madre dejo de comer y se volvió hacia él, ambos mirándolo con ojos acusadores.

-Yo estaba ...- trago saliva antes de cerrar los ojos -Estaba con una chica-

Nadie hablo durante unos momentos. Finalmente, después de unos segundos, su padre se echó a reír mientras su madre negaba con la cabeza, una pequeña sonrisa floreciendo en sus labios. Sam lo miraba con los ojos entrecerrados, como si estuviera debatiendo si lo que decía era verdad.

Superado el momento, su padre se puso serio otra vez, pero su cara fría ahora era más amistosa.

-Bueno hijo, no estoy feliz por eso, no deberías faltar a la escuela por una chica. Pero entiendo, los muchachos tienen necesidades, así que está bien por esta vez, pero no vuelvas a hacerlo otra vez ¿de acuerdo? -

Dean dejó escapar un suspiro -Sí, señor, por supuesto- Vacilo un momento, no queriendo abusar de su suerte - ¿Creen que podría salir esta noche? Volvería a casa para dormir, por supuesto- agrego rápidamente.

Sus padres intercambiaron miradas, sin saber qué decir y Dean sentía que comenzaba a sudar, realmente necesitaba ir a ver a Castiel, necesita estar seguro de que el tipo estaba bien.

Probablemente, le tomaría diez minutos llegar a la casa de Castiel, tendría el tiempo suficiente para que Castiel le diga que estaba bien antes de cerrar la puerta de su casa. Quizás  y hasta nadie respondería, pero al menos lo habría intentado.

-Vuelves antes de las once- advirtió su padre.

Ni siquiera tuvo tiempo de terminar su frase antes de que Dean estuviera en la puerta, con la llave entre sus manos.

Su padre tomo la mano de su esposa antes de dejar caer un pequeño beso sobre ella.

-Creo que nuestro hijo está enamorado- declaro solemnemente.

***

Diez minutos después, Dean estaba frente a la casa de Castiel.

No había luz en el interior, todo estaba en calma, y ​​por un instante, temió que no hubiera nadie en la casa. Después de dudar por un momento, finalmente se armó de valor y golpeo la puerta.

 Inmediatamente se sintió aliviado cuando vio a Castiel parado frente a él.

-Oye- dijo con una gran sonrisa.

Castiel lo miro con recelo, sin salir de la casa. Él chico parecía perplejo y tenía el ceño fruncido.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - Su voz era solo un susurro, pero calentaba el corazón de Dean. El chico debería hablar más a menudo.

-Quería ver si estabas bien después ... ya sabes ...después de lo que pasó esta mañana-

Castiel no parecía recordarlo al principio, pero luego su cara se ilumino en reconocimiento y cerró la puerta, dejando a Dean afuera.

Inesperadamente tú │DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora