El pequeño resonar de pasos ansiosos de un lado al otro fuera de la puerta de Monitoreo General estaban a punto de perforar el piso del pasillo, un aura de ansiedad envolvía a Jihoon conforme pasaban los segundos porque hace más de una hora debía de haber salido Mingyu de aquel cuarto avisándole que Seungkwan ya estaba de regreso, pero hasta ese momento, no había ningún tipo de notificación.
Aquella tarde había mandado a los guardias y demás trabajadores celestiales a culminar sus deberes antes de la hora normalmente prevista, por ello la zona se encontraba por completo despejada, facilitándole el trabajo de hacer la guardia a Mingyu, pero Jihoon no podía ayudarse así mismo por el estrés que se estaba generando en esas circunstancias.
En los últimos meses de movimientos inesperados por parte de Seungkwan, Jihoon se había percatado que el Arconte prolongaba cada vez más sus ausencias y eso solo hacía que Jihoon se encontrara al borde de un ataque nervioso en cualquier momento- como si ya no lo tuviera- porque podía jurar que escuchaba pasos donde no los había, pero tenía que mantener la compostura.
Podía estar al borde del colapso pero por ello no se arrepentía de ninguna decisión tomada. Aquella lejana noche donde su firmeza y autoridad se encontraron frente a las narices de Seungkwan para advertirle y abrirle los ojos ante el problema en el que estaba sumergiéndose, y donde fue totalmente ignorado, había hecho de que ahora mismo se encontrara aplicando el "plan B", cómo él lo había llamado.
Muy en el fondo sabía que no tenía que pensarlo mucho cuando se trataba de Seungkwan, aquella persona que tanto estimaba en silencio y reconocía, a espaldas del Arconte, que para él era más que un simple compañero, por ello el estar cuidando sus espaldas con la ayuda de Mingyu era la única salida que podía optar para evitar problemas futuros.
Y en momentos como estos agradecía que, por el prestigio que lo respaldaba, podía contar con la confianza de todo el ejército celestial, y las cabezas de éste, porque así nadie cuestionaría sus actos, menos aún sus acciones fuera del protocolo establecido.
Ni el propio Seungkwan sabía de estos movimientos, y tampoco es algo que Jihoon esperara que supiera, porque el esfuerzo conjunto que realizaba con Mingyu no esperaba que fuera retribuido con nada a cambio. Su ayuda era totalmente autentica en todo sentido, era algo que el propio Seungkwan le había inculcado en sus primeros años en el reino celestial y algo que siempre llevaría presente como regla general en su existencia extra-terrenal.
Detuvo por unos momentos su apresurado caminar y recostó su espalda contra la enorme puerta de roble, exhalando profundamente cerrando sus ojos, en un intento de encontrar un poco de calma, la cual se había esfumado de él desde hace algún tiempo atrás.
Y es que entre tantos días de tensión y preocupación, cada vez que lograba conseguir un minuto de paz al tocar su almohada, tenía que admitir que había cierta interrogante e incertidumbre que cruzaba por su mente, perturbando frecuentemente sus pensamientos, logrando removerlo muy en el fondo desde aquel día de aquella pequeña discusión en la habitación del Arconte.
Porque hasta ahora no comprendía por completo aquel sentimiento que embargaba a Seungkwan orillándolo a este tipo de situación, cómo una persona podía tener aquella intensidad de afecto en él y volcarlo hacia otro, no conocía de ello por que admitía en el fondo que nunca lo había experimentado, y no sabía tampoco si eso contaba como una ventaja o desventaja para él; desventaja porque no lo ha experenciado y por ello tal vez nunca podrá comprender por completo el corazón desbocado de Seungkwan, y ventaja tal vez porque sin aquel tipo de sentimiento podía asegurarse el tener los pies fijos sobre el suelo celestial y no cometer atrocidades.
Y la intriga pesaba más cuando Mingyu iba hacia él informándole de todos los hechos acontecidos día a día, resumiéndole escandalizado como es que los acercamientos eran cada vez más peligrosos, y como es que los ojos del arconte eran cada vez más destellantes, y no le era difícil de imaginar al arcángel aquellos escenarios porque él había sido testigo de ello, de cómo el rostro de su compañero se iluminaba cada vez que se preparaba a descender a la tierra en busca de su custodio.
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Guardián [ Verkwan ]
FanficSoledad... Chwe Hansol Vernon había empezado a creer que su existencia no podría haber sino mejor descrita que con aquella pequeña palabra, que tal vez la suerte nunca le sonreiría al ser solo un imán únicamente de calamidades. Pero si tal vez se pr...