Capítulo 2. Reglas del juego

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Llega Mauro y empezamos a bailar, Becca está en el display, mientras que bailamos no pierdo oportunidad de insinuármele, rozarlo y toquetearlo, la idea es tenerlo al rojo vivo para cuando llegue Ian, a quien se le hizo tarde y llegará cerca de las 12, mejor, así tengo más tiempo para lograr mi objetivo.

Una vez que llega Ian, lo invito a unirse y bailamos los 3, ellos no saben que Becca no se va a acercar al reservado esta noche, pero como es muy amiga de la dueña, le están grabando todo, incluso activaron el sonido de las cámaras, el reservado es insonorizado y se escuchan en la grabación hasta los jadeos y gemidos que emitimos los 3.

Mientras que bailo con ellos, busco la manera de insinuármele a los 2 y que ellos se rocen entre si, mi idea es llevarlos a los 2 a mi cama esta noche, no obligarlos a nada, pero buscar volverlos tan locos que acabemos los 3 al mismo tiempo, mientras ellos se ven fijamente a los ojos y yo disfruto de hacerles romper sus tabúes.

Casi a las 2 de la mañana, cuando ya estamos más calientes que chimenea en invierno ruso, me lanzo a hacerle una felación a Mauro y mientras que meto a mano en su pantalón y busco su pene erecto, beso descaradamente a Ian.

Al fin tengo lo que quiero entre mis manos, me saboreo los labios de manera provocativa mientras que los veo a ambos de forma intermitente, empiezo a salivar cuando veo la primera gota de líquido pre-seminal asomar de manera tímida, jugueteo con mi lengua y mis dientes, por toda su larga y ancha extensión, mientras con las manos le hago señas a Ian que se baje los pantalones, los hago ponerse de pie y me introduzco como puedo los 2 miembros en mi boca, hago todo buscando que se vea desde las cámara para que Becca pueda disfrutar esta noche aunque no esté con nosotros, cuando están a punto de correrse, los saco de mi boca y les digo para irnos a mi casa. Casi me quieren matar, lo que ellos no imaginan es que yo estoy peor que ellos, porque llevo dentro de mi un par de bolas chinas, que me tienen al punto de orgasmo desde hace como 4 horas, pero lo bueno se hace esperar.

Mientras que caminamos mi tortura aumenta y beso a uno y otro de forma intermitente, al final son sólo 2 cuadras.

Cuando llegamos les pido que se siente uno al lado del otro, es hora de decir las reglas del juego.

Este es un secuestro del cual sólo te puedes ir luego de haber probado algunas cosas y decidir si verdaderamente te gustan, o no; el juego dura una semana y lo único que está prohibido es usar ropa. Les explico que en algún momento de la semana se nos unirá Beccca y que los 4 tenemos dos semanas libres una para jugar y la otra para recuperarnos o decidir qué hacer con nuestras vidas. Lo único definitivo de todo esto es que nuestras vidas nunca serán las mismas luego de darle rienda suelta a nuestra pasión desenfrenada.

Decidimos que vamos a usar cada uno de nosotros para hacerle saber a los otros que no estamos sintiendo placer en ese momento y que debemos cambiar el juego o el jugador.

Mientras que los desvisto y ellos a mí, les pido que no me vean fijamente, sino que se vean entre ellos, solo me quedo con una tanga rojo pasión de encajes que le pido a Ian que me la quite con los dientes mientras ve fijamente a Mauro jugar con mis senos durante la felación que le hago.

Que gustazo ver como se excitan al punto de volverse locos, sin darse cuenta que todo es un juego sicológico y que se están excitando entre ellos mismos, pensando que es conmigo.

Nuevamente dejo la felación a medias, justo en el momento en que Mauro está a punto de correrse en mi boca. Decido llevarlos a mi cama para seguir con el juego, quiero que se les pongan las bolas azules para que cuando se corran lo hagan como nunca y sea el mayor placer de nuestras vidas. Llevó mucho tiempo soñando con esto, como para que termine diferente.

Este es el momento en que le toca ver a Mauro y le amarro las manos para que no se pueda dar placer el mismo, mientras que me subo a la cama con Ian para un 69, le dejo claro a Mauro que se tiene que agachar a la altura de mi vulva, cerca de los labios, para que los dos me den placer de forma intermitente.

Ian no se ha dado cuenta, pero tengo en mi mano un dilatador anal y un frasco de lubricante especial para la ocasión, la idea es que ellos terminen besándose por la urgencia. Mientras que juego con las labios y rozo con los dientes toda su ancho miembro, succiono de manera intermitente sus testículos y juego con su orificio mientras que esparzo el lubricante e introduzco levemente mis dedos, cuando ya siento que está a punto de correrse en mi boca y yo en la de alguno de ellos dos, les pido que paren y se vean fijamente a los ojos mientras que Mauro me penetra que su miembro a punto de explotar y yo introduzco el dilatador anal en Ian, de esta forma llegamos los 3 al mismo tiempo, con el grito más desgarrador de pasión que he escuchado en mi vida.

Definitivamente ha sido la mejor experienciasexual que he tenido a lo largo de mis 27 años y mire que he probado casi todo.    

Pasión desenfrenada entre 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora