Capítulo 13. Ian y Becca

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Amanecer al lado de la mujer que amo es lo mejor que me ha sucedido en esta vida. Le doy gracias a Dios que se les ocurrió jugar este juego, pero siento que es hora de establecer nuevas reglas y hablar claro, son muchos los sentimientos implicados y las nuevas sensaciones, creo que es hora de sentarnos a hablar, anoche ni siquiera establecimos como, ni cuándo será nuestro próximo encuentro.

Para los que no me conocen soy Ian, griego de nacimiento, pero mis padres son diplomáticos, así que me considero ciudadano del mundo, he vivido en Brasil, U.S.A, Rusia y España, cuando me tocó ir a la universidad estábamos radicados aquí, así que hable con mis padres, cursé mis estudios en leyes, lo ejerzo eventualmente, a veces cumplo compromisos como modelo, pero mi ocupación real y mi pasión es mi cadena de hoteles, aquí en Madrid tengo 3 y en total por el mundo entero tengo alrededor de 150, he delegado muchas responsabilidades pero siempre estoy al tanto y en cada uno de ellos tengo un piso exclusivo para el uso personal y de mi familia.

Nunca me he atrevido a decirle a Becca todo lo que siento por ella, tenía miedo que no sintiera lo mismo, pero me he dado cuenta que siente algo especial por mí, aunque no sé qué será, pienso aprovechar que estamos solos y ver como hago para hablar con ella; en eso sale del baño y se me quitan las ganas de hablar, verla enfundada en ese camisón de seda y gaza celeste, con cara de niña inocente, solo quiero hacer.

Camina sugerentemente hacia mí y recuerdo claramente como susurraba en mi oído que su ropa celeste la compra pensando en el color de mis ojos. Baila y se contonea al ritmo de la música, las palabras están demás, con sólo vernos sabemos lo que quiere el otro. Entra en el armario y saca 2 corbatas, me intenta atar las manos, pero en un descuido se las arrebato y la amarro a ella al copete de la cama.

La veo, siento, respiro, admiro, degusto, subo hasta su rostro y le digo de forma sensual -te dejaré marcada por el resto de tu vida, porque eres mía- a lo que responde con un gemido de lo más erótico, casi no la he tocado y debe estar lista para recibirme, pero deberá esperar, mi prioridad es que ella sienta el placer y sobretodo el amor que nunca ha sentido.

Voy atendiendo cada parte de su cuerpo con tiernas caricias y pequeños besos húmedos mientras que ella se retuerce debajo de mí, busca explotar pero no quiero que lo haga todavía, me detengo en cada uno de sus hermosos senos y los consiento por igual, mientras lamo y succiono uno, acaricio y pellizco el otro, sólo se escuchan jadeos y gruñidos, la música ha dejado de sonar, nuestros cuerpos ya están brillantes por el sudor, aunque el ambiente está fresco, el calor que emana de nosotros es mucho.

En esta oportunidad quiero hacerle el amor, como nunca lo hemos hecho, quiero expresarle todo lo que ella es para mí, este es el momento para hacer la declaración de amor –pienso- mientras sigo adorándola.

Bajo por su abdomen y juego con mi lengua alrededor de su ombligo, lo humedezco y soplo intermitentemente, siento que está a punto de explotar, me pide que la penetre, que la haga mía, sólo la miro y con los ojos le doy a entender que todavía no. Continuo bajando lentamente y juego con su botón por encima de la tela de gaza que cubre el centro de placer, lo muerdo y lo chupo, voy bajando lentamente su tanga celeste con los dientes y recuerdo sus palabras, mientras le digo -ahora te haré sentir realmente lo que imaginas cuando las llevas puestas- ella responde corriéndose sobre mis dedos, los saco y lamo de forma sugerente.

Me dedico a jugar con mi lengua, dientes y dedos con su vulva, acaricio tiernamente sus senos, no dudo en aprovechar mi gran nariz y la penetro con ella, mientras mi lengua baja hasta su orificio anal y siento como se corre nuevamente, pero ahora en mi boca, me vuelve loco su sabor. No sé cómo he aguantado yo, también estoy que exploto, pero mi objetivo no está cumplido, quiero que me regale por lo menos 2 más antes de sumergirme y perderme en ella.

Es el turno de sus piernas y bajo lentamente besándolas y mordiendo suavemente, mientras que mis manos no abandonan su tierno botón haciendo círculos en diferentes sentidos, cambiando la presión y tirando de él de vez en cuando, sigo amando su cuerpo hasta lograr mi cometido ya se ha corrido 4 veces, me pide casi llorando de placer que la haga suya. La desamarro y me hundo tiernamente en ella mientras le susurro al oído, eres mía Becca, te amo y quiero pasar el resto de nuestras vidas juntos, hasta que la muerte nos separe, cásate conmigo.

La pasión y el amor que sentimos el uno por el otro es tal, que sin darnos cuenta y sin movernos nos corremos al mismo tiempo, sellando nuestra promesa de amor eterno y nos quedamos dormidos formando un solo ser.

Es casi mediodía cuando despertamos nuevamente, estamos en la misma posición que nos quedamos dormidos, nos repartimos tiernas caricias y volvemos a hacer el amor tiernamente, nos amamos, antes de hoy nunca lo habíamos hecho así, solo dábamos rienda suelta a nuestra pasión desenfrenada. Cuando estamos a puntos de corrernos ella me dice me caso contigo si vivimos en esta casa, es así como cerramos este compromiso.

Pasión desenfrenada entre 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora