Capítulo 8. Permitiéndonos sentir

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Becca se va y no sabemos qué hacer ni sentir, en eso se levantaTessa y nos muestra que todavía lleva el diamante, Ian me ve, Tessa prende el sonido con música sugerente y nos comenta que tenemos 36 horas de música continua del mismo tipo.

Decidimos darle rienda suelta al placer, la acariciamos y besamos por todo el cuerpo, la tiramos al sofá y mientras que lamo con amor cada uno de los deditos de sus bellos pies, Ian la besa por toda la cara y cuello, ella grita de placer y se retuerce, decidimos vendarle los ojos para mayor disfrute y nosotros también lo hacemos, la idea es experimentar todo lo que se pueda y dejar a un lado los tabúes.

Subo besando y mordiendo cada pedazo de su piel, no importa si quedan marcas en la piel, yo quiero dejarle marcado el alma, el corazón y toda ella, quiero que sea mía para siempre, no quiero irme de aquí nunca más y eso que sólo es el primer día del juego.

Siento que tengo que ser sincero y decirle que pienso en ella cada vez que escribo y que muchas escenas las hago pensando en cuando las estemos recreando para las fotos, mi pasión por ella es tal que a veces pienso que me estoy volviendo loco, sobre todo cuando me corro duro en mis pantalones, sin siquiera rozarme, mientras que escribo e imagino, ese es el efecto que ella causa en mí.

Vuelvo a la realidad y me doy cuenta que por mucho que tratemos no cabemos los 3 en el sofá y con señas y roces, porque no nos podemos ver y no queremos hablar, le hago entender a Ian que nos bajemos al piso, seguimos besándonos, mordiéndonos, lamiéndonos, por momentos las lenguas de los 3 se enredan en nuestras bocas, definitivamente somos 1 solo, ella con señas nos indica que le demos nuestros miembros y se los introduce en su boca de manera intermitente, primero uno, luego el otro y después los dos, nosotros bajamos poco a poco por su cuerpo encargándose cada uno de un lado, hasta que llegamos a su vulva y nuestras lenguas se enredan entre sus piernas y nuestros miembros en su boca, Ian la penetra con sus dedos por la vulva, mientras que yo juego con el diamante y es allí cuando decido terminar el juego, saco mi miembro de su boca, me enfundo en un condón, retiro el diamante y me posiciono en el sofá debajo de ella, le quito las vendas a todos y mientras que yo la penetro por detrás Ian lo hace por delante, nuestras bolas chocan y no me importa, lo único que me importa ahora es darle todo el placer del mundo a Tessa, definitivamente por esa mujer soy capaz de todo. Siento que no aguanto mucho tenemos casi 24 horas permanentemente excitados, le tomo con las puntas de los dedos los pezones y los halo, lo suficientemente duro para darle placer sin llegar a hacerle daño, mientras tanto Ian sube las piernas de ella a sus hombros, para tener mejor acceso y vista, me muero por ver, pero sólo puedo clavar la vista en él, cuando les digo y nos volvemos a correr al mismo tiempo.

En lo que nos recuperamos un poco la tomo en brazos, mientras Ian prepara el yacusi para sumergirnos en un largo y relajante baño de espuma, casi se me escapa un TE AMO. Está a punto de quedarse dormida entre mis brazos, como una beba, cuando Ian nos indica que está listo el yacusi, la tomo con delicadeza entre mis brazos para no despertarla, tanto placer la agota. La sumerjo en el agua tibia full de espuma y dejo que el movimiento relaje su cuerpo, ha sido mucho para los tres, nos quedamos en silencio, dentro de la tina, con caricias inocentes, relajando nuestro cuerpo al máximo, hasta que se empieza a enfriar el agua, la saco en brazos, mientras Ian me alcanza una toalla, la seco y la llevo hasta la cama. Donde cae en los brazos de Morfeo casi de inmediato.

Ian me ve y nos hacemos señas, debemos salir del cuarto, es tiempo de hablar, así que bajamos a la cocina para preparar la cena y llevársela a la cama, mientras que preparamos un carpaccio de pez espada, con una ensalada verde, salmón al horno y un poco de puré de boniato, enfriamos una botella de vino blanco, para acompañarlo.

Mientras cocinamos conversamos acerca de todo y de nada, por mucho que seamos casi hermanos, no es fácil para ninguno de los dos abordar el tema, así que decidimos dejarlo para final de la semana y hacerlo cuando estemos los 4 juntos, imaginamos será más fácil. Lo único que si decimos es que realmente tenían razón y esta inauguración de las casas cambiará para siempre la forma de ver la vida.

Subimos con la bandeja y con suaves y tiernos besos logramos despertarla, comemos todos en la cama, la dejamos seguir durmiendo mientras bajamos a poner en la máquina los trastos sucios, subimos y nos acostamos como cualquier pareja, pero en este caso somos un trio. Gracias a Dios la cama es lo suficientemente grande, para que quepa también Becca que llega por la mañana.

Pasión desenfrenada entre 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora