Como sueñan las sirenas.Fanfic YAOI por Yukino.
Basado en el anime de Yuri!!! On Ice
Viktor x Yuuri
Capítulo 2.
"Sueña que vendrá del mar, un amor de carne y sal, con besos de héroe, de leyenda..."
Pasaba los días en una incertidumbre que ni siquiera le permitía comer. Bajó de peso rápidamente debido a eso. Sus problemas evidentes de ansiedad aumentaron, pues creía que cada que tocaban la puerta era la policía que venía por él, o los abogados de Viktor que le traían los papeles de una demanda que seguro no iba a poder pagar y que pasaría un tiempecillo en la cárcel, y sólo esperaba que fuera en Japón.
De esa noche no recordaba nada. Cuando por fin lo encontraron tirado en el piso, desnudo y rodeado de vómito todos se echaron a reír. Lucía fatal, lo llevaron a la ducha y de a pocos empezó a reaccionar. Preguntó muy insistente a Pichit cómo era que había terminado Viktor durmiendo en su habitación, pero ni él ni nadie supo darle razón. Sólo una de las chicas le dijo que iba de camino al baño esa madrugada y que lo vio a él siendo arrastrado por Viktor y por JJ, riendo todos a carcajadas, muy ebrios. "Al menos reíamos" pensó Yuuri al saber eso.
Por casi un mes, no pudo recuperar su vida. Se refugió en su casa y dormía mucho tiempo. Veía insistente las competencias y Viktor salía como si nada, daba entrevistas tranquilo, coqueteaba tan normal como siempre, al parecer ya no había razón para estar preocupado. Literalmente él era un insecto para Viktor, él no haría nada en su contra, era demasiado insignificante. Era claro que sus historias lo tomaron por sorpresa y se molestó como era lo normal, pero de ahí no pasaría. Seguro su cuaderno ya estaría en la basura. Igual que sus ilusiones.
Un día de repente se despertó y salió hacia la academia de Minako y le pidió trabajo. La mujer sin chistar le aceptó y le dijo el gusto que le causaba verlo tan animado, quizás pronto regresaría al patinaje, pero ahora más que nunca estaba convencido en no regresar. No podría ver a su ídolo nunca jamás.
Empezó a dar las clases muy animado. Sus alumnos eran pequeñines de seis años en adelante. Lo apreciaba mucho pues tenía en sus manos un semillero y esperaba que alguno de ellos hiciera lo que él no pudo. Que alguno de ellos un día trajera tantos oros a Japón que se convirtiera en leyenda. Los niños y niñas estaba felices, Yuuri era muy afable y muy paciente y las más felices eran las madres de estos pequeños, que se multiplicaron en acompañar a sus hijos a las clases cuando vieron al joven y atractivo profesor de ballet y sobretodo, cuando a través de su trusa pudieron ver ese apretado trasero. Las mujeres suspiraban cada vez que veían danzar al muchacho, tanto así que tuvo que cambiar de ubicación las cosas para evitar darles la espalda lo más posible. De un momento a otro, las clases se llenaron de chocolates, postres, muffins e infinidad de presentes y Minako estaba feliz pues las entradas económicas se triplicaron.
Yuuri regresaba al atardecer al Onsen y siempre se detenía ahí, en ese pequeño muelle a ver el naranja con el que el día lo despedía. No podía dejar de pensar lo diferente que sería su vida si sus talentos se hubieran manifestado en el momento en el que los necesitó tanto. Y no podía dejar de pensar en él. Amarlo en secreto era el tesoro con el que tenía que morir, el Viktor de sus escritos debía ser ese amor para siempre, pero el de carne y hueso, lo descubrió lo llamó pervertido y lo escupió de su vida. Aún así, Yuuri seguía soñando y seguía escribiendo. Eso no se lo podrían quitar. Y aun en la cárcel lo haría.
— ¡Yuuri! —gritó Mari con fuerza —llegó esta carta y necesito que... —La muchacha no terminó de hablar cuando escuchó una estampida que venía de adentro de la casa, Yuuri estaba pálido y le arrancó la carta de la manos.
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Como sueñan las sirenas
Fanfic«Se aferró a esos escritos que ahora tenían el aroma de su piel, con esperanza en que nada pasara. Con esperanza que diera un paso atrás y lo escogiera a él, que fuera ese que describía en cada palabra. Verlo fingir felicidad era una pesadilla, que...