Capítulo final.

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Como sueñan las sirenas.

Fanfic YAOI por Yukino.

Basado en el anime de Yuri!!! On Ice

Viktor x Yuuri

Capítulo 16.

Final.



Nota de la autora: A quienes leyeron hasta acá, a quienes con sus comentarios, lecturas y votos apoyaron mi fanfic un enorme GRACIAS. Mi Viktor, mi Yuuri, mi Sasha, mi Leo, mi Beka, mi Yuri, se despiden hoy cerrando el telón de esta historia, pero esperándolos con los brazos abiertos a mil más que rondan en el mundo. Sueñen mis lectores, que nada les impida soñar, que nada les impida creer en los imposibles, en las Sirenas. Ellas sueñan con ustedes.

Yukino Miyagi.





*****


Sucedió entonces lo esperado, lo que no podía evitarse. La policía llegó al lugar lo más rápido posible y separó a Viktor de Yuuri, el patinador necesitaba atención. Sasha pudo llegar a tiempo para retener a Yuuri que estaba haciendo difícil el trabajo de los paramédicos que en ese momento sedaron a Viktor que estaba sufriendo un horror con el dolor que él mismo se había provocado para terminar con todo aquello. Entre este mundo y el otro balbuceaba el nombre de Yuuri y el de Leo, seguro alucinando que todo pudo ser diferente, que nadie tenía que terminar ni herido ni muerto.

Viktor extendió la mano, buscando a Yuuri. Él lo supo, y se desprendió de los brazos de Sasha para ir al lado de su amante, de su vida, de su corazón. Apenas pudo tomarla un momento, pues de nuevo fue apartado de su lado. Vio cómo la camilla con su hombre de ojos de mar encima entraba por el ascensor de ese edificio en construcción y se cerraba la puerta, para ya no verlo más.

— ¿Señor, Katsuki? —Preguntó un oficial enorme de mirada intimidante y cabellos de fuego —debe acompañarnos señor, necesitamos urgentemente de su presencia.

— ¿Quiénes? —Preguntó Yuuri apenas pudiendo dar un paso con otro; Sasha se acercaba y otro oficial le impidió que llegara junto a Yuuri. Por supuesto Sasha alegó a más no poder, pero le indicaron que era por el bien del chico del Japón. Luego tendrían tiempo para hablar y reírse de todo aquello, o al menos eso querían creer. Le dijo desde lejos que lo esperaba en el hospital al que llevarían a Viktor y con una sonrisa distante le respondió que claro que iría.


Del brazo del oficial, esperaron un tiempo y luego bajaron por el ascensor, hasta el estacionamiento del imponente edificio. No entendía nada, la camioneta era blindada y de vidrios muy oscuros, creyó de nuevo estar secuestrado y empezó a asustarse mucho. Ellos hablaban en ruso y no entendía absolutamente nada. Cuando el auto se echó a andar, salió casi que por un lado de donde estaba el cuerpo de Leo, o lo que quedó de él. Estaba cubierto por una enorme sábana y una cinta policiaca rodeando a escasos tres metros de sus restos. No se había podido levantar el cadáver, por miles de burocracias oficiales que eran propias de casi todo el mundo. Yuuri tuvo la oportunidad de ver el espectáculo completo y pensó en él. Leo estaba loco eso era claro, pero creyó que hubiera podido ser salvado. En ese momento no pensaba en que estuvo por matarlo a él y a Viktor, pensó en que hubiera querido conocerlo más y no haberle tenido tanto miedo. Quizás lo hubiera podido traer de donde su mente lo llevó.

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