El sonido del viento entrando por, seguramente, una ventana rota, el olor a humedad, el tacto de algo blando, fueron las primeras sensaciones que captaron los sentidos de la joven, al empezar a recuperar la consciencia. Sentía que su cuerpo pesaba diez veces más de lo normal. La memoria le fallaba, trataba de darse una idea de cuál era su situación actual, intentaba recordar donde se encontraba, porque fue que quedó inconsciente. Entonces, las imágenes de su último encuentro con H.Y.D.R.A. invadieron su mente. La batalla y su terrible desenlace. El pánico la invadió, si su memoria no la traicionaba, entonces lo más seguro era que; la tenían capturada en alguna de las bases de esa maldita organización.
Sin poder evitarlo, la desesperación tomo control de su mente. El temor por su seguridad, le dio la fuerza necesaria para tratar de mover alguna parte de su cuerpo. Su mano derecha fue la primera en reaccionar, pudo sentir que, por esta, pasaba un líquido frío y recorría todo su brazo. "Que delicadeza la de esos cretinos, preocupados porque me recupere pronto", interrumpió sus pensamientos para acelerar sus actos. Poco a poco trato de mover sus parpados, intentando abrirlos, su vista en un principio era totalmente borrosa, lo único que distinguía diversos tonos de marrón y gris. Con su vista ya estabilizada, los colores tomaron la forma de una estructura vieja y deteriorada. "No tenían presupuesto para algo mejor", no paraba de tener pensamientos sarcásticos, era su estrategia para afrontar su terrible situación. Sus oídos reaccionaron al percibir el atisbo de un grito, dirigió su vista a donde ella suponía venía el grito. Giro su cabeza en dirección a la puerta de la habitación, distinguiendo a un joven de mas o menos su edad, con cabello platinado y físico trabajado, llamaba a alguien efusivamente.
De inmediato supuso que el sería el encargado de vigilarla, tenia que salir de ahí antes de que llegaran sus refuerzos. Sin esperar nada más, reunió todas sus fuerzas y se levanto de la cama de un golpe, arrancando en el proceso el catéter por el cual pasaba el suero. Aguantando el dolor, trato de tomar la mayor distancia del muchacho, buscando la forma de escapar de ahí. Pronto se dio cuenta, de que la única salida era la puerta. Pietro, asustado por el repentino movimiento a sus espaldas, dejo de llamar de su hermana para concentrarse en la joven pelinegra.
- No te acerques, te lo advierto- amenazó al ver que el joven tenía intenciones de acercarse a ella, sintió un escozor en la garganta al hablar. Trataba de mantener su mano levantada a modo de amenaza, no entendía porque le costaba tanto mover su cuerpo.
- Tranquila, no quiero lastimarte- levanto ambas manos, mostrando que estaba indefenso.
- Pietro, ¿Qué suce...- interrumpió sus palabras al ver a Leiya de pie, recuperada por completo- ¿Cómo llego ahí?
- Me distraje solo un segundo, lo juro- ahora miraba a su hermana, asustado por su reacción.
Leiya los miro intercaladamente, confundida por su interacción tan informal, tan íntima, familiar. Ellos parecían todo, menos soldados de H.Y.D.R.A, eran muy despistados. Mientras ambos discutían, se tomó la libertad de examinarlos a detalle, la ropa que usaban le resultaba extraña, ni siquiera parecía un uniforme; además de que, con suerte, tenían un par de años menos que ella. Rendida al tratar de sacar conclusiones, y cansada de escuchar su discusión, paralizo a los jóvenes con sus poderes, consiguiendo por fin su atención. Ambos reaccionaron asustados, sin saber lo que sucedía, voltearon a ver a la pelinegra, quien de cansancio, tomo asiento nuevamente en la camilla.
- Al fin tengo su atención- dijo mientras trataba de ponerse cómoda- por cierto, son unos pésimos guardias, mientras discutían, pude escapar sin si quiera noquearlos.
- No somos guardias- menciono, con cierto nerviosismo al no poder mover su cuerpo. Miro a su hermana y comprobó que se encontraba en las mismas condiciones.
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MAGT PERLE | AGE OF ULTRON
FanfictionEl temor al cambio ha sido parte de la vida de los humanos desde siempre. Adaptarse a nuevas circunstancias, siempre fue difícil, mas no imposible. Ahora, ¿Qué dirías de adaptarse a un nuevo siglo?. Suena inquietante, ¿verdad?. Por azares del destin...