CAPÍTULO 4

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Un silencio lúgubre inundo el lugar. La poca delicadeza de Pietro al soltar la noticia, incomodo el ambiente, aun así, el seguía pensando que esa fue la mejor opción, no había manera alguna de suavizar el golpe; asimilar que "durmió" por setenta años es una noticia imposible de aligerar, y mientras más pronto lo sepa, más tiempo tendrían para explicarle las cosas y consolarla. Wanda, aun sin gustarle la forma en la que soltó la noticia su hermano, estaba de acuerdo en ser directos, irse por las ramas solo complicarían más las cosas, y podrían empeorar aún más la situación, si es que eso era posible. Leiya, por su parte, repetía una y otra vez las palabras de Pietro en su cabeza, no comprendía nada, o no quería hacerlo, era mas fácil pensar que era una broma de mal gusto.

- No encuentro nada divertido en lo que dices Pietro- trataba de mantener la calma, hasta ahora le parecían buenos muchachos, no quería cambiar su opinión- te recomiendo no volver a jugar con ese tema- les dedico una mirada severa antes de seguir hablando- ahora, iré a buscar a mi familia, si quieren venir conmigo, estaré mas que gustosa en brindarles protección y lo que necesiten, estoy en deuda con ustedes y si me lo permiten, quisiera saldarla- paro su caminata, y giró para ver a los gemelos, quienes aún la miraban con desconcierto- pero sino, no hay problema, yo lo entenderé.

- Leiya- Wanda trataba de elegir bien sus próximas palabras- podrías sentarte, un momento- la pelinegra estaba dispuesta a reclamar- solo un momento- se apresuro a insistir- déjanos explicarte las cosas, y si luego de eso sigues sin creernos, te dejaremos en paz.

Leiya suspiro cansada, sabiendo que no podría negarse a escucharlos y, aunque muy en el fondo no quería hacerlo, su cuerpo le pesaba tanto que estaba segura de no poder dar un paso mas, así que quisiera o no, los escucharía, no tenía más opción. Pietro, al ver como sus piernas flaqueaban, se acercó a ella con la intención de ayudarla a mantenerse en pie, Leiya no puso resistencia, por lo que mejor opto por cargarla y llevarla a un lugar mas cómodo, para así, los tres hablar. Como la pelinegra no logro avanzar mucho, resulto fácil llevarla de vuelta a la habitación donde la despertaron. El peliplateado la recostó en la camilla con cuidado, y se alejo para quedarse de pie junto a la puerta, quería tener la opción de escapar si su reacción no fuera buena.

- Bien, hablen- se acomodo en la camilla, rogando porque terminaran pronto.

- ¿Qué es lo último que recuerdas?- pregunto la castaña, tomando asiento en la camilla junto a ella. Leiya rodó los ojos, cansada de todo eso.

- ¿Por qué quieren saber eso?

- Para tener un punto de referencia, y explicarte las cosas a partir de eso- la pelinegra bufó molesta ante la petición de la castaña. No tenía sentido nada de lo que decían, pero accedió a cooperar, así que no servía de nada negarse a hablar.

- Lo último que viene a mi memoria es un callejón oscuro y soldados de H.Y.D.R.A. rodeándome- relato mientras miraba el techo, con la esperanza de que eso le ayudara a aclarar su mente- luego todo se torna borroso, solo recuerdo fragmentos de la pelea y, supongo que si estoy aquí, es porque perdí- concluyo, dudando de sus palabras. Le parecía ilógico. ¿Cómo era posible que se dejara derrotar?, la única explicación razonable que se le ocurría, era que en ese momento se encontrara emocionalmente inestable, sus sentimientos descontrolaban sus poderes y la debilitaban, pero, ¿Qué hizo que reaccionara así?.

- Quedaste muy mal luego de esa pelea- tomo su mano, para darle un poco de consuelo y, darse a ella valor, antes de revelar lo verdaderamente importante- te llevaron a una de sus bases, ahí trataron de salvarte, pero no los dejaste- tomo una pausa, buscando como explicar lo que leyó en ese archivo- te encerraste en una esfera, un campo de fuerza, fue entonces que tu cuerpo...¿sano solo?.

MAGT PERLE | AGE OF ULTRONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora