CAPÍTULO 18

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III





- Mataré a Hodge- la voz de la pelinegra resonó por toda la enfermería, la misma que se encontraba vacía. Todas las enfermeras, y algunos heridos, prácticamente huyeron del lugar al verla llegar furiosa.

- Leiya, no es- un ardor lo silencio, no es que su enfermera fuera especialmente delicada cuando estaba molesta.

- Leiya nada, mira como te dejo- trataba de controlar su fuerza. Su paciencia se agotaba, y si ocurría, Hodge pagaría los platos rotos- ese idiota.

- Amor- la regaño. No es que a él le molestara que dijera groserías, se escuchaban tiernas en ellas. Incluso a Stark le daba igual. No se podía decir lo mismo de cierta agente.

- Ya se, ya se- se calmo parcialmente- no le digas a Peggy- le pidió, recobrando la compostura. El rubio no pudo evitar reír por el drástico cambio de humor de la enfermera.

Desde el primer día, Hodge fue un chicle estorboso en sus zapatos. Podía dejar de lado e incluso pasar por alto el constante acoso y coqueteo barato hacia ella, pero todo el maltrato e insultos hacia Steve, esos se los cobraría con intereses. Las incesantes jugarretas del soldado contra el rubio durante los entrenamientos, la tenían harta. Steve trataba de justificar que todas las heridas con las que salía, eran cosas del entrenamiento. Lo que él no sabía, era que Leiya era parte de la planificación de los entrenamientos, así que sus excusas no eran validas. No le gustaba en lo mas mínimo ver el rostro de su novio cada semana con heridas y moretones. Terminada la curación, guardo todo lo que utilizo antes de regresar con su rubio. Apartó un mechón de cabello que caía por la frente de su novio, mientras él la tomaba con delicadeza de la cintura. Steve, aun notando la furia en los ojos de su enfermera, la atrajo hacia él para abrazarla, hundiendo su rostro su cuello. La mayoría de las veces eso tranquilizaba a su fiera, y supo que esa vez no seria la excepción, sintiendo que le regresaba el abrazo.

- No vale la pena que te amargues por esto- levanto el rostro, para poder verla a los ojos- ya pronto terminará.

Leiya estaba dispuesta a protestar, todo ese tema con Hodge estaba llegando al límite. Ese era el único soldado que ni ella ni Peggy lograban mantener a raya. Se deshizo de todo aquel que quisiera seguirle la corriente y fastidiar a su rubio, pero justamente él resultaba un hueso duro de roer. Steve no quería seguir hablando del tema, lo único que quería era pasar tiempo de caridad con ella. Si, pasaban mucho tiempo juntos las últimas semanas, pero de ese tiempo, el cincuenta por ciento lo pasaban en la enfermeríacurándolo. Esa era lo que mas molestaba a Leiya, no le gustaba nada tener que curarlo más veces de las que curo a cualquier soldado en ese campamento. Steve miraba cada expresión facial de la chica, sabiendo exactamente que significaban cada uno de ellos. En el transcurso de las semanas, cada uno fue conociendo mas al otro, llegando a conocer todo de ambos, bueno casi. Fue así como quedaron aun mas prendados, a tal punto de ahora ser pareja.

- Ven aquí- le dijo con una sonrisa tomo el rostro de la enfermera y lo atrajo hacia el para besar sus labios. Leiya, mas que gustosa, le correspondió el beso. Luego de su primer beso, a Steve le fascinaba aprovechar cualquier momento como ese, para llenar de besos a su linda novia, en especial cuando quería que Leiya estuviera tranquila. Continuaron mimándose un par de minutos.

- No creas que con esto olvidare lo de Hodge- dejo un casto beso en los labios del rubio, antes de separarse de él- pero, fue una excelente estrategia- le dijo mientras se quitaba la bata para colgarla y quedarse con su ropa de civil- úsala mas seguido- Steve soltó una carcajada, como le encantaba esa mujer.

MAGT PERLE | AGE OF ULTRONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora