Capítulo 8.

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Hola:) La espera ha acabado. Aquí está el nuevo capítulo :') Espero que les guste mucho. Mil gracias por leer :) En Multimedia podrán encontrar una imágen del protagonista de la novela junto a un chico rubio (quien se supone que interpreta a Peter). Traten de ignorar al tercer chico, por favor. Además, también encontrarás una bella canción cantada por nuestra hermosa protagonista, la cual los hará reflexionar mucho (Es la canción favotira de Sophianna). No olviden votar y dejar sus opiniones en los comentarios. Gracias :)

PD: Este capítulo es especial, y es edición limitada (?) ya que no es narrado por nuestra amada y queridísima Sophianna. Disfrútenlo.

No había hablado con Sophianna desde hacía más de una semana. Podía decirse que me estaba volviendo loco. Desde nuestra pequeña discusión no había vuelto a dirigirme la palabra. Sacudí mi cabeza, de la cual brotaban gotas de sudor y traté de concentrarme en Peter, quien acababa de soltar un gemido. Imité su reacción de placer al sentir como mi eyaculación se liberaba dentro de él, mientras su semen se derramaba sobre su propio abdomen. Agodato y jadeando, me dejé caer sobre él, sonriendo.

—Gracias por esto— susurré sobre sus labios, y él acerco los suyos para atraparme en un profundo beso. Tiró suavemente de mi cabello hacia atrás, y yo le mordí el labio inferior para luego dejarme caer a un lado de mi cama. Cerré los ojos, y estando boca abajo sentí su mordida en el lóbulo de mi oreja, y luego escuché su susurro:

—De nada.

Sonreí de lado, y puse un brazo debajo de la almohada. Inmediatamente la imágen de Sophianna invadió mi cabeza, y traté de pensar en otra cosa. Peter apagó la lamparita de noche, y luego se despidió para quedarse dormido a mi lado. 

 Yo no pude hacer lo mismo. 

Estuve la mayor parte de la noche con la mirada perdida en el techo, pensando en aquella chica.

A la mañana siguiente noté que había logrado dormir aproximadamente unas cuatro horas. Peter estaba a mi lado, y aún dormía. Me froté los ojos con los nudillos de mis dedos, y luego pasé una mano por mi cabello mientras me ponía de pie. Caminé hasta el armario, de donde tomé unos bóxers largos negros, y luego bajé las escaleras hasta la cocina. Preparé unos huevos revueltos y tostadas con mantequilla, y luego sentí unas manos en mis hombros. Sonreí y me di la vuelta. 

—Buenos días— dijo Peter.

—Hola— respondí después de dedicarle una sonrisa —¿Tienes hambre?

Sonriendo, asintió con la cabeza, y luego le señalé los platos. Tomó la mitad de estos y me ayudó a ponerlos sobre la pequeña mesa con cuatro puestos que había en la cocina. Tomé del refrigerador una jarra de jugo de naranja, y la puse sobre la mesa para luego tomar dos vasos y servir el líqudo en éstos. Desayunamos en silencio, y luego Peter me dijo que se iría a su casa para poder estar listo para ir al estudio. Ambos subimos a mi habitación, y después de ponerse su ropa, se despidió de mi, y pude ver cómo se alejaba por la calle rumbo a su casa. 

Traté de aclarar mis pensamientos mientras iba a la ducha, donde me quité los bóxers que tenía puestos para poder bañarme. No dejé de pensar en Sophianna mientras enjabonaba mi cuerpo, ni mientras me ponía el uniforme del estudio, que consistía en una camiseta negra sin mangas con las iniciales "D.R" en la esquina superior derecha de la espalda, y unas mallas muy ajustadas, y unas zapatillas del mismo color. Guardé éstas últimas en mi bolsa, y luego miré la hora en mi teléfono. 

—Maldita sea.

Bajé corriendo las escaleras, y tomé las llaves del auto que, como siempre, estaban en la mesa de la sala. 

El tiempo había pasado increíblemente rápido: faltaban unos treinta minutos para que iniciara la clase. Con las llaves en mi mano, salí corriendo de la casa y subí a mi auto deportivo negro después de cerrar la puerta. 

Una vez en el vehículo, conducí rápidamente hasta el estudio. Durante todo el camino repetí la canción favorita de Sophianna en la radio, llamada "It's A Man's World" de James Brown. Al escuchar la letra comencé a reflexionar sobre ella, y pensé que era algo totalmente cierto. Comenzaba a sentirme muy mal, hasta el punto de que una lágrima salió de mi ojo izquierdo rodando por mi mejilla. Ese día me disculparía con Sophianna, y arreglaría todo. 

Arreglaría todo y....

Al ver el camión atravesarse por el camino, aproximadamente tres cuadras antes de llegar al estudio, frené el automóvil inmediatamente, pero fue demasiado tarde.

The Ballet Guy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora