Dulce Venganza -OngWink [TERMINADA]

capitulo 11

Para Jihoon, las cosas iban muy deprisa y estaban llegando demasiado lejos. Su primera sorpresa fue que la venta de la casa de Seongwoobse llevó a cabo en menos de una semana desde que se puso en el mercado.

–Me han hecho cuatro ofertas –le dijo esa noche con cierto tono de arrepentimiento–. Incluso los agentes estaban sorprendidos.

–Bueno, es un piso muy bonito –contestó Jihoon mirando a su alrededor.

La segunda sorpresa fue encontrarse visitando casas que solo había imaginado en sueños, teniendo que recordarse constantemente que sueños eran todo lo que podían ser.

Había imaginado que Seongwoo se aburriría y se enfadaría por tener que implicarse en una búsqueda interminable que él consideraría innecesaria, sin embargo, a pesar de que Sungmin era difícil de complacer, su paciencia y buen humor eran constantes.

–Era estupendo –admitió Jihoon, cuando se marcharon de otro ático de lujo y regresaron a casa de Seongwoo–. Pero era como de exposición. Estoy seguro de que nadie ha cortado una cebolla en esa cocina. ¿Y de veras necesitamos un jacuzzi en el jardín de la azotea? Seongwoo lo tomó entre sus brazos y lo besó despacio.

–Me conformo con tener una ducha lo bastante grande como para compartirla contigo –susurró él–. Quizá deberíamos decirle al de la agencia que a partir de ahora preferimos ver propiedades más sencillas –lo miró fijamente–. Y cuanto antes, mejor. Empiezas a estar un poco tenso, amor mío. ¿Te está afectando la presión de la boda?

–No creo –dijo Jihoon con una sonrisa–. Después de todo, todavía no hemos puesto fecha.

–Algo que tenemos que remediar –hizo una pausa–. ¿Todavía quieres guardar en secreto nuestro compromiso, o podemos sorprender al mundo anunciándolo en The Times?

Jihoon dudó un instante. Había estado pensando cómo sacar el tema y él lo había hecho. Tenía que aprovechar la oportunidad.

–Por cierto, la semana que viene es la fiesta de Winsleigh Place. Estaba pensando que podíamos anunciarlo allí. Si te parece bien. Seongwoo arqueó las cejas.

–Me encantaría, pero ¿estás seguro?

–Digamos que me estoy acostumbrando a la idea. Por supuesto, tendré que anunciar mi cese en el trabajo. No quiero que me consideren un espía

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–Bueno, ¿ya has dado la entrada de tu futuro nido de amor? –Le preguntó Hyuna cuando Jihoon llegó a casa–. ¿O todavía sigues haciéndote el indeciso con los apartamentos de lujo que él se empeña en enseñarte?

–Todavía consigo mantener el asunto bajo control –Jihoon aceptó la taza de café que le ofreció su amiga.

–Pero ¿por cuánto tiempo? ¿O estás planeando que se convierta en indigente y tenga que dormir sobre unos cartones en un callejón?

–No habrá esa oportunidad –dijo Jihoon, sentándose en el sofá–. Además, todavía no se ha completado la venta de su casa actual. Siempre puede echarse atrás. Va a anunciar nuestro compromiso delante de todo el mundo en la fiesta que celebra la empresa la semana que viene, y justo después, yo haré mi anuncio especial. Fin de la historia.

–Vaya. En otras circunstancias habría sentido lástima por él – hizo una pausa–. ¿Le has contado a E'dawn lo que estás planeando?

–No he tenido oportunidad. No sé por qué motivo vuelve a estar incomunicado. Sin duda, por órdenes de mi prometido –añadió–. Pero se lo diré cuando lo haya hecho y antes de marcharme. Al menos, ese doctor no podrá evitar que me despida de mi hermano.