Capítulo 2 - Rojo

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El tiempo paso de manera incomoda hasta que Clyde y Token se retiraron, no sin antes hablar a solas con Craig, haciéndole una advertencia indirecta sobre dañar al rubio que hizo enfurecer a Craig.
Pero se quedo callado, mirando al suelo...
Fue cuando se encontró de nuevo con Tweek que su furia se hizo notoria, pero no por su rostro.
-Hay algo de té por si quieres-
-No quiero- respondió el pelinegro tajante, Tweek lo miro pero no se inmuto y siguió bebiendo el té de su taza, una sonrisa se dibujo en sus labios ante el agradable sabor, cosa que hizo enloquecer a Craig que por fin estallo, tomando a Tweek por el cuello, de manera dolorosa para él.
El rubio lo miro angustiando para después sacar sus propios colmillos y responder a aquel agarre con un firme puñetazo al joven Tucker, que solo sobó su mejilla.
-No se que mierda tienes y no me importa, solo ordena tus putos asuntos antes de volver a casa- dijo algo mormado el rubio, para después toser un poco por el brusco agarre que su cuello había sufrido.
-Te sientes bien cuando te tratan como la víctima ¿cierto? Perra manipuladora-
Tweek abrió los ojos con sorpresa ante las palabras que le dirigía su acompañante.
-Craig ¿Estas drogado?-
-Ojala lo estuviera, para poder soportar este remedio de vida que tengo que pasar junto a ti mierdas-
El rubio comenzó a sentirse afectado por las palabras de Craig, el pelinegro jamas había sido tan hiriente, pues sabia que Tweek gustaba de él y su intención no era herirlo, pero esta vez muchas cosas comenzaron a salir a la luz.
-Te odio, siempre marcando mi vida de las peores maneras posibles, ahora soy un abusador para Token y Clyde... Ja... Mis amigos piensan pestes de mi y es culpa tuya, inútil, desearía no estar contigo, que jamas nos hubieran emparejado en este juego estúpido, rata insoportable-
Tweek camino a su habitación y cerro la puerta con seguro, Craig lo siguió, aun enojado y hablándole.
-Eso es, sigue victimizandote, sigue haciendo más grande el drama y comportaré como si fuera esto algo real, estoy harto de tu basura, de tu forma imbécil de rechazarme y hacerme a un lado, como si me importara-
Durante un rato Craig solo oyó algunos movimientos dentro de la habitación y después un silencio total... un silencio que lo hizo sentir asustado por alguna razón.
Tweek abrio entonces la puerta después de unos minutos, llevaba una mochila y su maleta, Craig noto esto y se sorprendió, pues para lo que él era un escenario de disputa que podía olvidarse, para el rubio era el punto de no retorno, los ojos verdes lo miraron, rojos como estaban, heridos, enfermos, cansados.
-Terminamos- dijo el rubio con voz neutra, el pelinegro casi se percibió a si mismo en esa declaración.
-Esta claro que no me soportas, que estas mal y crees que esto es mi culpa solo porque te haz dado cuenta de todo lo que va mal... O sera que mas bien... Que no te haz percatado? Es imposible que lo ignores- dijo con tranquilidad, Craig no entendió, pero fue la declaración siguiente que le hizo entender cuan en serio iba el rubio esta vez.
-Me gustas, estúpido animal sin cerebro, por eso seguía aquí, por eso soporte ser un objeto y estar para ti cada noche que me necesitaste, de ahora en adelante busca una prostituta, seduce algún chico incauto y que sufra alguien más, porque yo me niego-
Craig estaba de piedra, el rubio hablaba con veneno, escupiéndole la verdad a la cara a su ser amado, con la esperanza de que este comprendiera por fin.
-Crees que el hecho de que tus amigos te sermoneen es malo... Marica, imagina vivir con la persona que más amas en el puto mundo solo para que ni te mire ni te dirigía una palabra solo para follarte, estúpido... E-eres un... Hi-hijo de...- las lágrimas bajaban por sus mejillas, sabia que ya no podría continuar, tomo la maleta firmemente y se dirigió a la puerta, saco su llave del bolsillo y se la lanzo a la cara al pelinegro, lastimándole un pómulo, cerrando la puerta violentamente mientras trotaba lejos, lo mas lejos que se le ocurría.
-
El rubio caminaba por mucho rato sin saber en realidad a donde ir, se le ocurrio entonces dirigirse con sus padres, la cabeza le dolía y tenia los ojos nublados por las lágrimas que había derramado, pero estaba bien, estaría bien y lo sabia, era un hombre fuerte y todo podía darle igual ahora, camino hasta la cafetería algo débil y cansado, pero llego, miro a sus padres, que, aun con tantos clientes en el establecimiento fueron hacia él, todos los presentes, que no eran pocos, miraban morbosos la escena.
-Dios Tweek... Estas ardiendo ¿Que sucede?- Dijo su padre tocando su frente, Tweek le miro con seriedad, aprovechando la presencia de tanta gente hablo con claridad.
-Craig y yo terminamos, no quiero volver a saber de él y esto se termino para siempre- dijo determinado, algunas expresiones de sorpresa se hicieron presentes, otros incluso lloraban, los padres de Tweek lo abrazaron y mostraron su total apoyo al chico, que se sentó ya agotado, pidiendoles un café.
Después de un rato, algunos cafés americanos y un shot de expresso, Tweek se sentía como nuevo, un nuevo hombre que ya tenia planes.
Pidió un préstamo a sus padres, uno bastante significativo pero que le fue otorgado por la cantidad de trabajo que hacia en la cafetería y el apoyo que ambos progenitores tenían para con su hijo.
El rubio comenzó a buscar por internet algún departamento, pues lo necesitaría con urgencia, para su sorpresa, una agencia con el apellido Black se hizo presente en su buscador, llamo a su amigo en busca de ayuda.
Token le pidió verse en su casa, el rubio se tomo una pastilla para las molestias y fue ahí, entusiasmado y decidido, una vez que el chico miro al rubio, sonrió con tristeza.
Estaba hecho un desastre.
Los ojos rojos, las mejillas pálidas y frías, tiritando del frío.
-Viejo, necesito comprar un departamento, no importa cuan jodido este- dijo el rubio acelerado, Token río bajo.
-No hace falta Tweek... Creo poder ayudarte- dijo el joven que invito a su amigo a subir en su auto, Tweek acepto y rápidamente fue transportado a un edificio pequeño, apenas dos pisos pero de un aspecto agradable.
Aunque en una zona muy céntrica, el rubio temió por su billetera y pensó en cuantos años tendría que trabajar por eso... Pero luego su orgullo le hizo desechar si idea de hecharse para atrás.
Token le mostró el lugar, estaba vacío pero lucia muy bien, espacioso, mucho más que el ultimo donde estaba, grandes ventanas y una vista hermosa al parque del pueblo.
Tweek miro impresionado el diseño y la arquitectura del lugar, demasiado sofisticado para un precio razonable.
Cuando el rubio se atrevió a exteriorizar la cantidad de dinero con la que contaba, Token lo miro sonriendole con cariño.
-Dame la mitad y esta hecho-
-¿Que?- dijo Tweek incrédulo.
-Dame la mitad del dinero que tienes, este es mi regalo, no te di nada por navidades la ocasión pasada- las palabras de Token eran ligeras, fáciles de escuchar y parecía que las decía sin tener ningún problema con ello.
-Token dios esto es...yo no puedo, de verdad yo...-
-No me expliques nada, no digas nada, lo necesitas, aceptalo y ya o me molestare contigo- el joven abrazo al rubio, llevandose un abrazo de este también, feliz, lleno de dicha... Le dedico la sonrisa mas agradecida que tenia.
-Gracias amigo...-
-Bien, esta hecho, ahora... Vamonos, vas a necesitar muebles después de todo, llamare a Clyde para que nos acompañe-
Y así fue, el castaño se presentó después de una corta llamada, abrazo a Tweek con cariño y llorando, el rubio lo miro con cierta confusión.
-Todo el pueblo lo sabe- dijo el castaño -Están devastados, un monton de personas tristes estaban caminando por la avenida- dijo Clyde limpiando su rostro, Tweek río algo divertido por la extraña y dolorosa situación.
-Se acostumbraran- dijo mientras caminaban.
Después de una tarde comprando y llevando cosas a su nuevo hogar Tweek se sentía exhausto, sus amigos se despidieron de él cuando comenzó a oscurecer, el rubio se sentía algo solo, pero feliz... Tranquilo.
Miro su nueva cocina con emoción, haberse endeudado había valido tanto la pena, su maquina para café le había flechado.
Había comprado muebles y tantas cosas con el préstamo y sus ahorros.
Entro a su habitación y miro su gran cama nueva, cubierta por sabanas y una gran manta esponjosa y suave, sin resistirse se desvistió hasta quedar en ropa interior y entro en la cama sintiendo la placentera sensación de la manta cálida y de textura apeluchada contra su cuerpo, suspiro placenteramente.
Se quedo dormido por un tiempo, hasta que por la madrugada su teléfono vibrando lo despertó, abrió los ojos, sorprendido, miro el aparato, se estaba quedando sin batería, pero no solo eso.
Tenia 130 mensajes nuevos.
Uno de Token y otro de Clyde deseándole que descansara y estuviera tranquilo, que todo saldría bien.
Los demás...
20 llamadas perdidas
2 de Token, 1 de Clyde
Las demás...

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