Los copos de nieve caían, mientras el viento frío soplaba con fuerza, dos jóvenes iban de la mano por las calles, las personas a su alrededor festejaban aquel contacto como si de un gran acontecimiento se tratase, aun cuando los veían así casi todos los días desde hace ya años.
El pelinegro permanecía tranquilo, calmado, mirando a la nada sin ninguna cosa en que pensar.
El rubio siempre sentia cierto nerviosismo, aunque la situación se repetía con relativa frecuencia.
Habían tomado la desición de vivir juntos hacia unas semanas, a sus 23 años los chicos ya no estaban cómodos en la casa de sus padres y aprovechando que tenían el apoyo de sus respectivas familias salieron a las calles y encontraron un departamento apto para ambos.
Tweek trabajaba en la cafetería de sus padres, Craig se encargaba de trabajar en una veterinaria y de vez en cuando en una floreria.
Ambos mantenían su hogar de manera óptima, llevaban una vida tranquila y feliz...
A los ojos de los demás.
El rubio no cruzaba palabra con Craig a veces por días, era algo sumamente tenso e incómodo para él, Craig por su parte intentaba no tener demasiado contacto con nadie.
Para el pelinegro no era ningún secreto que su pareja había desarrollado sentimientos románticos por él, pero solía ignorar este hecho por el bien de los nervios de Tweek.
Lo que Craig sentía era un completo misterio para Tweek pues la unica manera en la que se demostraban pasión o algun interes era cuando tenían intimidad.
Si, los chicos llevaban a cabo actividades sexuales desde que sus hormonas lo pedían, ninguno había experimentado nada mas con otras personas, unicamente tenían relaciones el uno con el otro.
Pero era un momento sumamente alejado de amor o el cariño, había mordidas, arañazos, hematomas, dolor, sudor, control, posecion... la ausencia absoluta de sentimientos o expresión, o así era por parte del pelinegro.
Tweek amaba a Craig más que a si mismo, hacia cualquier cosa por el, incluso soportar el trato rudo que solía darle el pelinegro cuando se encontraban intimando.
Solía mirarlo dormir después... Craig se irritaba si Tweek se recostaba demasiado cerca así que el rubio esperaba a que se durmiera profundamente para acariciar su rostro, su cabello o mirarlo mas de cerca durmiendo.
Era de los pocos momentos que el joven Tweak disfrutaba a lo largo de su día.
Por lo menos desde que vivían juntos, su vida sexual había aumentado, cosa que Tweek agradecía, no por la actividad en si misma, si no por poder estar cerca del pelinegro que raramente se acercaba a él.
El rubio solía despertarse temprano, preparar el desayuno e irse a trabajar, mientras Craig dormía hasta tarde, se encargaba de tener todo en orden hasta que llegaba el momento de su jornada.
-Una lluvia torrencial caía sobre el pueblo.
Eran las 7 de la tarde, el sol comenzaba a ocultarse.
Tweek se encontraba esperando dentro de la cafetería, se le hacia tarde para ir con Craig, siempre estaban juntos por la tarde pero esta vez había sido diferente debido a la lluvia, después de un rato el rubio decidió irse a pesar de llegar mojado a casa, se despidió de sus padres y se levanto de su asiento tras la barra para irse por fin.
Mientras avanzaba por las calles sentía las frías gotas contra el y su camisa ya mojada terriblemente, el material se adhería a su piel de forma que su cuerpo lucia claramente a través de la prenda.
Camino unas calles más hasta que llego al departamento, completamente empapado, al abrir la puerta se encontró con su compañero a punto de salir
-Iba a ir por ti- dijo Craig, retrocediendo, dejando el paraguas que cargaba y quitándose la chaqueta que llevaba encima, Tweek simplemente temblaba de frío.
-Esta bien, no importa- dijo el rubio mientras comenzaba a encaminarse al baño, con una expresión cansada y enojada, en realidad no estaba molesto con Craig, nunca esperaba nada de su parte, estaba molesto consigo mismo por la estúpida idea de ir a casa con ese clima espantoso, sabia que se enfermaría y eso era lo que lo irritaba.
Pero el pelinegro no entendía lo que podía causar esa expresión en Tweek, pues no solía verlo molesto con frecuencia, el rubio siempre le trataba con tal cordialidad y educación que parecía siempre estar de buen humor.
El rubio entro a ducharse tranquilamente, comenzó a desvestirse, pero se sintió molesto una vez más, cuando ya desnudo se percato de que las toallas no estaban en su lugar.
Había olvidado dejarlas donde iban, suspiro profundamente sintiendose algo aliviado de que Craig no lo hubiese reprendido por aquello.
Salio discretamente de aquella habitación dirigiéndose a la que compartía con el pelinegro.
Para mala suerte del rubio se topo de frente con él.
-Oh perdona yo...he... Olvide... Las toallas- dijo apenado mientras Craig lo miraba sin expresión alguna, el pelinegro se acerco a el y rodeo su cintura con tosquedad, apegandolo a él, comenzando a besar su cuello agresivamente, el rubio soltó un par de gemidos al contacto, sabiendo exactamente que iba a pasar, pero no se sentía dispuesto a hacer eso aquella tarde, estaba de mal humor y dudaba poder seguirle el ritmo a su pareja con el cansancio que cargaba sobre sus hombros.
-No- dijo secamente mientras intentaba alejar al pelinegro, Craig insistió con mordidas y apretando el trasero del rubio, el cual, con molestia lo empujo de mal humor.
-Ya basta.- el tono fue serio, venenoso, desagradable.
Si bien Tweek no estaba molesto con Craig en un principio, ahora si lo estaba, aunque usualmente no le importaba esta vez después del mal día que había tenido y lo fastidiado que se sentía no estaba de humor para nada.
Craig lo miraba sorprendido, mientras Tweek le dirigía una mirada molesta.
El rubio tomo la toalla que necesitaba y dejo a su compañero sentando en la cama, con la expresión neutra, pero meditando al respecto de lo que acababa de suceder.
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Tabaco
FanfictionPuedes amar a alguien más que a ti mismo, pero eso traerá siempre horribles consecuencias. Los sentimientos que son sinceros nunca desaparecen... Pero las personas aprenden a ocultarlos muy bien. -Te amo... Pero ya no puedo más-