Capítulo 4 - Risible

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La cita con Red le había dejado una agradable sensación a Tweek, una satisfacción, se sentía feliz, realmente contento por haber visto a la pelirroja y estar cerca de ella, era una persona realmente maravillosa.

Contento, se acerco a la cocina y comenzó a mezclar cocoa, harina, huevos, derritió algo de chocolate a baño maría y mezclo todo, su antojo de brownies era bastante y en verdad se sentía de humor para llevar la tarea de hornearlos a cabo.

Todo lo hizo con el descuido ya característico de él, manchando por aquí y por allá, dejando los platos regados, cuando por fin metió la bandeja al horno, noto el desastre.

"Siempre haces un caos... limpiare"

La voz de Craig sonó tan clara en su mente que lo estremeció...

Craig...

El rubio se sorprendió pensando en el pelinegro repentinamente, aunque le dolía... y aunque no quisiera admitirlo por su propio orgullo... extrañaba a aquel desgraciado.

Comenzó a limpiar la cocina algo disgustado, amaba cocinar, odiaba limpiar el desastre que hacia.

De ambos, Craig siempre habia sido el ordenado, quien limpiaba, quien mantenía todo funcionando y en forma, Tweek simplemente se veía a si mismo como el amo de casa en los aspectos que concernian a la cocina y cuidar de Tucker...

Recordó como siempre que el joven pelinegro se enfermaba era él quien se mantenía pendiente de él.

Un día estaba tan angustiado que había pasado la noche en vela mientras Craig deliraba por sus fiebres extremas, que solía sufrir desde que era muy pequeño.

Recordó como Craig tenia la cara levemente angustiada, pero que incluso así su expresión neutral permanecía ante todo.

Se pregunto como había conseguido no mostrar nunca como se sentía, jamás mostraba nada a nadie, era un completo desconocido a veces, si no fuese por su falsa relación, probablemente el joven desinteresado jamás se habría aventurado a una.

Aquel pensamiento le trajo una nube gris... Craig con alguien más... No.

Sabia que Craig no tendría a nadie más, no porque no pudiera o no fuera capaz... el pelinegro era un habil amante y un seductor por naturaleza, un predador al acecho, Tweek a veces juraba que transpiraba alguna droga que lo volvía completamente loco... pero no, sabia que no iba a correr a otros brazos, que no se revolcaria con quien se le cruzara simplemente por capricho o en busca de aliviar tensiones... pues el pelinegro tenia una y solo una persona con la que quería intimar y él se sabia afortunado de serlo...

De alguna manera comica, extraña y retorcida... Craig le pertenecía...

Tweek sonrió con cierta satisfacción...

¿Lo extrañaria en aquel momento?

Probablemente...

Quizás extrañaria tener sexo, el rubio se sonrojo ante este pensamiento... solo habían pasado algunos días y él ya estaba pensando en ello insistentemente...

Unos días...

Y el rubio se sentía tan necesitado de aquel seductor toque como si hubiesen pasado años...

Abrió los ojos sorprendido cuando la alarma de su celular sonó, avisandole que los brownies debían estar fuera del horno ahora o se quemarian, se acerco a sacarlos, los miro con el orgullo de una madre hacia sus hijos, aquella idea lo hizo reír sonoramente.

Sirvió los trozos de pastelillo en platos, pensando en que podría guardar los que le quedaran...

Comenzó a buscar y se dio cuenta de que solo tenia tazas, frascos, vasos y platos pequeños, planos, hizo un puchero algo molesto ante aquello, simplemente tomo algunos para comerlos, los restantes los sirvió en varios platos y los cubrió con una toalla húmeda.

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