14

657 81 14
                                    


El rubio lo miró con profunda confusión, los años a lado de HoSeok se había vuelto meses, a su lado jamás sufrió de aburrimiento.

Relamió sus labios y lo miró por última vez a los ojos, casi como pidiendo permiso para unir sus labios en un profundo beso.

( 🍑 )

La secundaria pintaba de maravilla para Jimin y Jungkook, se habían vuelto inseparables, casi como lo eran con Tae, incluso alguna vez llegaron a hablar de él, sólo que Jungkook lo mantuvo en anonimato como "El chico que brillaba más que los astros" y Jimin tan sólo definiendolo como "su mejor amigo", entonces, ninguno de los dos sabía que era la misma persona que los unió.

- Kookie~ -llamó Jimin a su amigo, quién se encontraba dando los últimos sorbos de su jugo de manzana.

- ¿Mh?

- En un año más, te podré presentar a mi mejor amigo, seguro se llevaran muy bien -sonrió juguetón.

- ¿No es mucha coincidencia que tu mejor amigo también se haya ido? -preguntó curioso.

- No lo es, muchos estudiantes se fueron al salir de primaria -Jimin sonrió con la misma pureza de años atrás, como en los viejos tiempos, como aprendió a sonreír junto a TaeHyung.

El timbre resonó y ambos chicos se dirigieron a su aula, por los pasillos llenos de adolescentes corriendo apresurados y otros apenas saliendo de los salones, Jimin pudo visualizar a Min YoonGi, de quien había perdido contacto y apenas por esta vez, se había atrevido a mirar. El pelinegro había cambiado bastante, había crecido más, su rostro ahora tenía facciones frías y tiernas a la vez y de sus ojos salía un frío acogedor, tan contradictorio y bipolar, ambiguo, sólo como Min YoonGi era.

- Jimin, el sábado se estrena una película que esperé mucho -habló el castaño cuando notó algo distraído a su amigo.

- ¿En serio? -finalmente prestó atención.

- Sí... Pensaba en que podíamos ir a verla, ambos -soltó Jungkook, remotandose a aquella tarde de hacia algunos años, cuando invitó a Tae a ver la lluvia de estrellas juntos, el recuerdo más valioso que deseaba jamás olvidar.

- ¡Claro! Es... Una buena idea -vio pasar de largo a Min YoonGi, como si su existencia sólo fuera eso, una persona más robando oxígeno de su fría atmósfera. Le dolió.

- Bien... Entonces, podemos ir el sábado por la tarde, ¿te parece? -a decir verdad, JungKook también se había distraído desde que recordó aquél momento junto a Tae, incluso las palabras salían sólo por inercia y no se dio cuenta a que hora Jimin dejó de caminar a su lado.

Miró a los lados y no había rastro de su amigo, pero lo pasó por alto y siguió caminando hasta su salón, una que otra vez, recordando aquellos momentos en los pasillos, cuándo jugaba con TaeHyung o la profesora los mandaba a sacar copias, también aquél momento que comenzó todo, cuando ambos recibieron un reporte por culpa del "rubio estúpido".

Abrió los ojos sorprendido, su rostro se había tornado de un color extremadamente rojo y sentía las orejas hervir.

— L-lo siento —casi en un susurro, el rubio se disculpó y luego de hacer una pequeña reverencia, salió corriendo con las lágrimas cayendo como si de una llave de agua se tratara.

Su mente había comenzado a vagar en los más profundos rincones, tanto así que ya se había topado una que otra vez, con los atesorados recuerdos del castaño, cual solo empeoró las cosas y corrió aún más rápido, hasta llegar a los baños, dónde lloraba una que otra tarde que extrañaba a su mejor amigo o por las noches, cuando la sonrisa de rabbit venía a su mente.


— 💋 —

Pero si pensaban que el único jodido era el rubio, aún no sabían nada, pues en aquél colegio, existía de todo, gente enamorada que no estaba junta, gente junta que no estaba enamorada e incluso… engaños.

— Suéltame NamJoon —forcejeó el pelirosa con lágrimas a punto de salir.

— ¡Jin! ¿cuántas veces tengo que rogar perdón? Maldita sea —el más alto,  reforzó su agarre haciendo que el pelirosa quedará inmóvil.

— Las veces que sean necesarias, o hasta que tu nueva perra te perdone, porque yo no —espetó con coraje, un engaño no era fácil, pero que las palabras permanecieran viniendo de él, era aún menos fácil…

— Cariño, por favor —porque después de unas cuantas rondas de sexo o simplemente unas palabras bonitas que endulzaran el oído de Seok Jin, toda aberración era perdonada, incluso una que otra infidelidad.


➣¿Tienes corrector? //TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora