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Parpadeó repetidamente, el olor que provenía detrás del gran árbol frente a él, le era muy familiar, podía jurar que se trataba de...

- ¿TaeHyung? -preguntó indeciso, podía ver apenas una melena rubia, despeinada y brillando con los rayos del sol que impactaban en él, pero que la sombra del árbol matisaba a la perfección, creando un efecto etéreo, digno de aquel reencuentro.

Vió como el chico escalaba con agilidad el gran árbol y sólo le pudo recordar a una cosa, el recuerdo más brillante. Y entonces confirmó que se trataba del chico de sonrisa cuadrada.

Corrió tras él y escaló lo más rápido que pudo para alcanzarlo, desde arriba, TaeHyung lo miró con una chispa en sus ojos y le dedicó una sonrisa, más alegre que la última vez.
Bajó del árbol dando un gran salto y corrió por el pasto verde y brillante, lleno de vida igual que aquel recuerdo.

- ¡Espera! -bajó del árbol lo más rápido que le fue posible. -¡TaeHyung, espera!-corrió tras él y frenó en seco cuando el rubio se detuvo a unos metros de él y giró para mirarlo sonriendo como en los viejos tiempos.

Aquel momento, fue probablemente el mejor para Jeon JungKook, quién desde que TaeHyung se había marchado, había comenzado a perder el color en su mundo, pero en ese instante, la chispa en los ojos, o probablemente la sonrisa del rubio, le había devuelto a la vida. Fue como si todo ese tiempo hubiese estado bajo el agua y por fin, respirara hondo.

Se grabó cada detalle de su piel brillando bajo la puesta del sol, el lunar de su nariz y su cabello moviéndose con el perfecto ritmo del viento, finalmente, se detuvo en sus rosados labios, que se movían diciendo algo inaudible.

TaeHyung volvió a girarse y siguió su camino, para pronto desaparecer en el pastizal. Jungkook corrió tras él, intentando alcanzarlo, pero el sol se ocultó pronto y todo se tornó en oscuridad; el pastizal e incluso el gran árbol que habían escalado unos momentos atrás, se sumergieron poco a poco en agua y finalmente Jeon también, aunque luchaba desesperadamente por salir de ese desesperante lugar, lo único que pudo hacer fue dar un grito ahogado y el sonido pareció cortarse también.








-¡Lo perdemos!-gritó el hombre de bata blanca que intentaba estabilizar sus signos vitales, el joven de cabellos castaños, había entrado en crisis y poco a poco sus signos se desvanecían, al igual que TaeHyung se había esfumado entre el pastizal.

➣¿Tienes corrector? //TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora