CAPÍTULO 13: LA VENGANZA

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CAPÍTULO 13: LA VENGANZA

Blaine había pasado todo el día evitando a Sam. Sabía que el rubio quería hablar con él y que lo había estado buscando, pero él se había escondido durante la hora de la comida y todos los descansos que había tenido. También salía a toda velocidad de sus clases y llegaba en el último momento a la siguiente porque el más alto conocía su horario y podía ir a buscarlo durante los cambios de clases.

Sabía que su ex quería una explicación de su beso, pero él no estaba preparado para darla. Sabía lo que había pasado, él todavía amaba a ese joven de ojos color verde y cuerpo esculpido por un escultor griego. La duda que tenía era cómo podía explicar de manera convincente lo que había pasado sin confesar que seguía enamorado.

–No puedes seguir así. –Kitty comentó después de encontrarlo escondido en el aula de tecnología.

–¿Así cómo? –El moreno preguntó mirando a su amiga.

–Si hablas con Sam y le cuentas lo de Henry... –La rubia propuso.

–No puedo... –Los ojos color avellana comenzaron a dejar caer lágrimas.

–Él te ama y te apoyaría... Henry saldría de casa de los Evans y los dos podríais ser felices... –Wilde intentó convencerlo a la desesperada.

–¿No lo entiendes? Henry es capaz de todo... Lo era con dieciocho años cuando tenía todas las oportunidades del mundo... ¡Imagínate ahora! –Anderson respondió. –Si le dejo sin los Evans, ya no tendría nada que perder.

–Boxeas, Sam tiene fuerza, nos tenéis a todos nosotros... ¡No estáis solos! Ya no eres un niño asustadizo ni estás solo. Hazle frente, lucha por lo que amas. –Ella intentó darle el coraje que le faltaba.

–Lo siento, Kitty, pero no puedo...

Blaine salió porque no quería seguir escuchando a su amiga. No se fijó en quién estaba en el pasillo cuando salió, por lo que se encontró frente a Brittany, Tina y Artie. Suspiró frustrado, sabía que ellos también querían hablar con él sobre lo que había pasado con Sam. Él lo único que quería era que lo dejaran en paz.

No le había dicho nada a nadie, pero había empezado a solicitar plaza en otras universidades alrededor del país. Después de convencer a Sam para que solicitara el ingreso en varios centros de estudios superiores para explotar su vena artística, sabía que necesitaba ampliar sus horizontes porque existía la posibilidad de que Evans y él acabaran en la misma ciudad. En ese momento, solo esperaba ser aceptado en una en la que no estuviera nadie que conociera y pudiera hablarle de su ex.

–Estás perdiendo tu brillo de unicornio y corres el riesgo de perder el cuerno... ¿Sabes lo que es un unicornio sin brillo ni cuerno? ¡Un común caballo! Pero tú no eres común, eres especial... ¿Por qué estás perdiendo esa parte de ti que te hace especial? –Pierce preguntó triste. Wilde salió tras Blaine, por lo que pudo escuchar el final del comentario y sonrió con tristeza. Sam y ella no eran los únicos que deseaban de vuelta a Blaine Warbler. Esperaba que eso ablandara al otro y le hiciera reaccionar.

–¿Qué? –Anderson estaba sorprendido y no había entendido muy bien lo que estaba diciendo.

–Hasta la entrenadora me ha pedido que esté atenta, que quiere que te proteja... Pero no sé de qué. –Brittany dijo inocentemente.

–¿Sue se preocupa por Blaine? –Tina la miró sorprendida mientras Artie estaba sin palabras. Sue Sylvester no era conocida por preocuparse por sus alumnos salvo que pasara algo muy grave. Ellos sabían que ella había ayudado a Kitty a encontrar a Anderson cuando éste desapareció, por lo que sospechaban que sabía algo más.

–¿Por qué no me dejáis en paz? –El ex Warbler acabó gritando enfadado mientras se alejaba de ahí, dispuesto a encontrar otro escondite para pasar el resto del día...

Era ya de noche cuando Blaine salió del McKinley. Se había escondido para evitar a sus amigos y a Sam y acabó saltándose la última clase, la reunión de los superhéroes y los ensayos de New Directions. No estaba preparado para enfrentarse a nadie en ese momento.

Esperó hasta última hora para asegurarse de que nadie lo veía, no quería más personas intentando hablar con él para comprender lo que estaba pasando. Sabía que todos tenían buena intención, pero él ya empezaba a resentirse y no tenía fuerza para nada.

El instituto estaba completamente desierto porque era muy tarde y los estudiantes no querían estar en ese lugar más tiempo del estrictamente necesario. Nada más salir del edifcio se dio cuenta de que tal vez había cometido una imprudencia, porque vio a Henry a lo lejos.

Intentó correr hacia su coche, pero sabía que tenía una enorme desventaja. Al final, el mayor acabó alcanzándolo cuando apenas le quedaban 20 metros para llegar a su vehículo.

–¿Dónde te crees que vas? –El rubio comentó mientras lo agarraba con fuerza del brazo. Anderson sabía que tendría un moratón, pero en ese momento era la menor de sus preocupaciones.

–A casa. –La voz de Blaine sonó temblorosa.

–Yo creo que no... Antes tienes algo que explicarme, ¿no? –El agarre aumentó, provocando un temblor en el estudiante.

–Yo... No...

–No sabes qué decir, ¿verdad? Volviste a besar a mi primo, volviendo a confundirlo cuando estaba olvidándote... ¿No te cansas de dañar a la gente? ¿No te das cuenta que nadie necesita que sigas esparciendo tu polvo de hada? –Henry gritó enfadado. Pensaba que había tenido mucha paciencia, pero estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para alejar a su primo de ese chico que tenía frente a él.

–Yo... –Blaine tenía tanto miedo que no sabía qué decir.

–¿No sabes hablar? ¿O lo que pasa es que tengo razón y no sabes qué mentira inventarte? Seguramente sea esto último... En fin, te dije que pagarías si volvías a acercarte a mi primo y, si no cumplo mis promesas, acabarás pensando que puedes volver con él sin que yo haga nada... No me culpes a mí, eres tú el que se lo ha buscado...

Henry tiró de Blaine hacia el suelo. Sabía lo que tenía que hacer, ya lo había hecho antes. Sin embargo, esa vez estaba solo y todo el trabajo recaía sobre él. Se dio cuenta de que el moreno intentaba levantarse por lo que decidió darle una patada. Sabía que intentaría escapar o defenderse, por lo que pensó que debía dejarlo inconsciente cuando antes. Encontró una rama de árbol rota y decidió usarla para golpearle en la cabeza.

Anderson sintió un inmenso dolor en la cabeza y su vista se nubló, intentó llevarse la mano a la zona donde había recibido el golpe, pero un nuevo golpe hizo que su vista se quedara en negro y perdiera el conocimiento. A partir de ahí, estaba en manos de Henry, que podía hacer con él todo lo que quisiera.

Perseguido (Blam - boyxboy)Where stories live. Discover now