CAPÍTULO 11: A PEOR
Cuando Blaine entró al McKinley, sintió todas las miradas sobre él. Sabía que por más que hubieran intentado ocultar lo que había pasado, todos se habrían enterado ya. No ayudaba que Kitty lo sujetara con fuerza mientras caminaban por el pasillo. Ella había estado fantástica el día anterior y lo había escuchado y consolado durante toda la noche.
Se dio cuenta de que ella era la amiga que necesitaba en ese momento. No podía contar con Sam, eso estaba más que claro, y Tina no iba a guardar el secreto. Con Kurt no iba a contar, no después de todo lo que había pasado cuando se había enterado de que estaba con Evans, y no tenía muchos más amigos en los que podría confiar...
–Boo-boo. –Cohen-Chang corrió a abrazar a su amigo. –¿Qué pasó ayer?
–Se había quedado dormido. –La rubia respondió por su amigo. No habían pensado en las explicaciones que darían y era lo único que se le había ocurrido hasta ese momento. –¿Te lo puedes creer? Todos preocupados por él mientras roncaba a gusto.
–¿De verdad? –La morena miró al chico, sorprendida por esa información.
–Sí... Me entretuve leyendo cómics... –Anderson respondió, deseando que se creyera su historia. No lo consiguió, pero Tina decidió no decir nada.
–Bueno... ¡No vuelvas a darnos ese susto!
Todos los miembros de New Directions reaccionaron de la misma manera a la excusa que les habían contado. Por eso, cuando se dieron cuenta de que Blaine no iría a comer con ellos, decidieron hablar con sinceridad. No les importaba que Kitty estuviera con ellos, necesitaban exponer sus dudas.
–¿Soy el único que no cree que Blaine se quedara dormido? –Artie preguntó preocupado.
–Creo que Kitty es la única que cree que Blaine se quedó dormido. –Sam intervino. A pesar de la ruptura, seguía queriendo lo mejor para él y también deseaba saber qué le pasaba y por qué estaba así.
–Vale, ha sido mala excusa... Pero prometí no contar lo que realmente sucedió. –La rubia reconoció.
–Queremos ayudar... –Marley añadió, odiando no saber qué hacer para que Blaine se sintiera mejor.
–Es una situación en la que, desgraciadamente, nadie le puede ayudar... –Wilde suspiró.
–¿Por qué no come con nosotros? –Evans preguntó, sospechando la respuesta.
–Sam... –Kitty casi suplicó.
–¡No lo entiendo! Soy yo el que debería estar dolido, soy yo el que no debería querer verlo, soy yo el que debería evitarlo... ¿Por qué no quiere ni sentarse conmigo? Aunque me mintiera y sólo quisiera sexo conmigo, sabe que lo perdonaré, de la misma manera que perdoné a Quinn o Santana... –Sam se sintió algo enfadado, pero inspiró y espiró profundamente. –¿Por qué creo que realmente lo que sea que le está pasando, también ha causado nuestra ruptura?
–Porque conoces a Blaine y sabes que jamás haría lo que dijo que te había hecho. –La rubia susurró, casi como si sintiera que estaba traicionando a su amigo.
–Su madre me preguntó si alguien lo estaba acosando... –Evans recordó.
–No me hagas hablar... –Wilde estaba al borde de las lágrimas, deseaba confesarle la verdad, pero no podía.
–¿Quién? Di un nombre, no necesitamos que digas qué ha hecho, solo dinos quién. –Jake intervino, inconscientemente apretando sus nudillos, como si se preparase para golpear.
–No puedo... –Kitty se levantó, no podía soportar más ese interrogatorio.
Blaine se sentía muy mal. Llevaba una semana alimentándose a base de manzanas y su cuerpo empezaba a notarlo. Entre lo triste que estaba por su ruptura con Sam, lo asustadizo que estaba debido a la vuelta de Henry a su vida y la baja autoestima que tenía por el comentario de Sue, no era capaz de comer. El día que más había comido había sido hacía dos días, y habían sido tres manzanas.
No sabía cómo había conseguido evitar las preguntas de sus padres, Kitty y Tina acerca de su salud y de su estado de ánimo. Sabía que hasta Mr. Schuester sospechaba algo, por lo que se esforzó por sonreír mientras entraba a la sala del coro.
Poco después de que todos se sentaran, el profesor se preparó para empezar la clase. Todo era lo habitual hasta que se escucharon dos sonidos que parecían disparos.
–Rápido, escondeos. –El profesor ordenó y él se acercó a la puerta. Jake se acercó a la otra para que los dos pudieran cerrarlas. Apagaron las luces y se escondieron. –Comunicad lo que está ocurriendo por mensaje, en redes sociales... Pero no confeséis donde estamos, cualquiera puede leerlo, incluso el que lleva la pistola.
El adulto miró a sus alumnos, a los que quería casi como si fueran sus hijos. En una esquina, escondidos tras unas sillas, estaban los tres animadores que tenía ese año. Le recordaban un poco a la Unholity Trinity, una de ellas incluso había pertenecido a ambos grupos. Sin embargo, la bondad de Blaine hacía que fueran muy distintos a las primeras Cheerios que había tenido. En otra esquina, también escondidos, estaban Jake, Ryder, Marley y Unique, "los nuevos". Sugar y Joe no habían llegado, lo que hacía que el otro grupo de alumnos, formado por Sam, Artie y Tina, estuvieran tras el piano.
Los minutos pasaban y nadie decía nada, todos tenían miedo de lo que pudiera pasar. Kitty acabó derrumbándose y pidiendo perdón a Marley, por lo que la rubia se fue a abrazarla para confirmar su reconciliación. Brittany, a la que siempre le encantaban las muestras de cariño, también fue allí para abrazarlas.
Por eso, Blaine se quedó solo en esa esquina. A diferencia de Pierce, él no se quería entrometer en el momento de Rose y Wilde. Además, últimamente se sentía así, por lo que no era una novedad para él. Lo que sí que era nuevo, era que Sam se acercara, con intención de hacerle compañía ya que Tina se quedaba con Artie.
–Todo saldrá bien. –El rubio susurró mientras pasaba su brazo por los hombros de su ex, esperando no ser rechazado.
–Tengo miedo. –El moreno confesó mientras se acercaba más a él y apoyaba su cabeza en el pecho del otro. Tenía miedo, eso era lo más sincero que podía decir. Miedo a que Henry les hiciera daño, miedo a la persona que había hecho esos disparos... Se sentía un cobarde.
–Si quieres, podemos hablar de otra cosa para intentar distraernos. Extraño a mi mejor amigo. –El más alto susurró mientras lo apretaba con fuerza contra su cuerpo. No podía describir con palabras todo el tiempo que había esperado a que esa situación se repitiera.
–Sammy... –Anderson suspiró. ¿Cómo iba a resistirse al amor de su vida?
–Estoy aquí, para lo que quieras, para lo que necesites... Un amigo, un amante, una relación...
–No, Sammy... Jamás hagas eso, ni conmigo ni con nadie. Mereces ser amado, mereces ser feliz... Mereces a alguien mucho mejor que yo... –Blaine dejó que las lágrimas comenzaran a bajar por sus mejillas.
–Pero yo me he enamorado de ti y mientras no supere lo nuestro, no habrá nadie que me pueda amar, que me haga feliz... Salvo tú. –Evans sabía que estaba jugando con fuego, pero no entendía lo que estaba pasando. Ese brillo en los ojos, esa mirada... El moreno seguía enamorado de él, por mucho que se resistiera.
–Sammy... –Anderson no lo pudo resistir más y se incorporó lo suficiente para que sus labios encontraran los de Sam. Por un momento, se olvidó de Henry, del tiroteo en el McKinley, que no estaban solos... Sólo existían ellos mientras se besaban. No era un beso inocente, aunque tampoco era tan subido de tono que pudiera parecer que se les iría de las manos. Era un beso desesperado, en el que se reflejaba lo que se amaban y lo que se habían echado de menos.
El beso duró unos segundos, pero una voz los interrumpió...
YOU ARE READING
Perseguido (Blam - boyxboy)
FanficCuando Blaine por fin alcanza la felicidad, su pasado volverá para arrebatarle todo lo bueno que ha conseguido...