V | Fred & James, James & Fred

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| Capítulo V |
Fred & James, James & Fred

15 de enero de 2023

James llevaba más de una semana sin intercambiar una sola palabra con su primo.

Si se habían visto en clase, cada uno se había sentado en una punta, lo más alejados posible. También habían tratado de evitarse en los pasillos y en la sala común.

Compartían habitación, pero se las apañaban para no dirigirse ni una sola mirada.

Tras una intensa charla con Lily, James estaba convencido de que debía hacer las paces con Fred.

A pesar de que nunca lo admitiría en voz alta, James le echaba de menos.

Así que se pasó toda la tarde buscando a su amigo.

No estaba en la sala común, en los dormitorios o en la biblioteca. No estaba en los pasillos, en las clases ni en ningún rincón por pequeño que fuera de Hogwarts.

Cuando ya pensaba rendirse, decidió que ir a hablar con Hagrid es lo que necesitaba.

El hombre, a pesar de haberse jubilado de la enseñanza, seguía ejerciendo el papel de guardabosques.

Era tan alto cómo lo era sido cuando Harry le conoció, pero hacía años que su barba enmarañada y su pelo despeinado se habían ido volviendo de un color gris canoso.

— ¿Hagrid? —le llamó, golpeando la puerta de su cabaña con los nudillos. 

Escuchó voces dentro de su casa, cosa que le extrañó.

— ¡James! —le saludó Hagrid— ¿Qué tal estás?

Vio por debajo del brazo del semi-gigante la figura de su mejor amigo.

— Fred —murmuró el mayor de los Potter, cuando las miradas de ambos se encontraron.

— James —respondió este.

— Lo siento —dijeron los dos a la vez, antes de soltar una carcajada.

— Fui un capullo —comentó el pelirrojo —. Perdóname, Jamie.

— Yo lo fui más. Soy yo quien debe disculparse.

Hagrid les miró, sin saber exactamente qué estaba pasando.

— ¿Todo arreglado entonces, Freddie? —quiso saber James.

— ¡Por supuesto! —coincidió.

Después de darle las gracias a Hagrid y de marcharse de su casa sin darle ninguna explicación sobre la escena que acababa de presenciar, dejándolo algo aturdido, Fred detuvo a su amigo a mitad de camino hacía el castillo.

— Lamento haber tenido secretos contigo —le dijo—. ¿Quieres que te enseñe a dónde iba sin ti?

No hicieron falta palabras. El pelirrojo dio media vuelta y James le siguió hacia el bosque prohibido.

— Esto... ¿Freddie?

— ¿Sí?

— ¿Falta mucho? —preguntó James cuando ya llevaban un tiempo andando.

— No —respondió Fred, parándose en seco y haciendo que su primo chocara contra él.

— ¿Dónde...?

Fred se agachó cerca de unos arbustos y comenzó a revolverlos. Sacó de entre la hierva una pequeña piedra de color negro como el carbón, que desprendía un suave destello luminoso.

Albus S. Potter y el fin de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora