Capítulo IX
| Cara oculta |20 de enero de 2023
La chica caminaba por los oscuros pasillos del castillo, sin miedo a perderse.
Tras cinco años como estudiante de Hogwarts, sabía muchas cosas que el resto desconocía. La alta capacidad que la chica había desarrollado a lo largo de su vida para descubrir escondites y pasillos secretos había ayudado a esto.
Cuando era más pequeña, se le había ocurrido hacer un mapa de aquellos sitios oscuros que Hogwarts escondía entre sus muros, algo así como un mapa del merodeador tenebroso.
Pero había apartado la idea, pensando que podría caer en malas manos. No iba a dejar que el motivo de casi cinco años de estudio cayera en manos de un bobo estudiante.
Confiaba en su alta capacidad memorística. También confiaba en llevarse los secretos del castillo a la tumba.
En un momento determinado del pasillo, la chica se detuvo.
El único sonido que se escuchaba había sido el de sus zapatos negros repiqueteando contra el suelo a cada paso. Al pararse, el silencio se había vuelto casi sepulcral.
Palpó la pared de roca y presionó sobre una piedra concreta.
Ante ella se abrió un pasadizo totalmente oscuro.
— Lumos Maxima —murmuró la chica, y con un ligero movimiento con su muñeca, una intensa luz salió de la punta de su varita.
El pasillo avanzaba recto. Tras ciento cincuenta y dos pasos —la chica los había contado hacía ya tiempo—, el pasadizo giraba hacía la derecha y comenzaba a descender. Ella lo siguió durante trescientos ochenta y siete pasos más hasta llegar a una puerta cerrada.
Le bastó un sólo alohomora para traspasarla y entrar a lo que parecía una clase que había sido abandonada muchos años atrás.
La chica desconocía el por qué, pero había adivinado por los materiales que contenía el aula que se trataba de una clase de pociones.
Habían grandes calderos de un material que la chica no supo reconocer repartidos por la estancia, al igual que pupitres y sillas para los alumnos, junto con el escritorio del profesor.
Las paredes estaban cubiertas de estantes y estanterías, todas hasta arriba de polvorientos libros de aspecto muy antiguo y toda clase de botellas y frascos con millones de extraños ingredientes.
La chica no había podido reconocer más que unos pocos, los cuales sabía que eran ingredientes casi imposibles de conseguir y se encontraban en la actualidad como prohibidos para ser utilizados en pociones.
Un escalofrío le recorrió la espalda al leer algunas de las etiquetas: ojo de muggle, sangre de unicornio, alma de fénix embotellada... y la lista seguía, más y peor.
Pero no era aquello lo que más le impactó a la chica, la primera vez que llegó allí por accidente.
Fueron los tapices que colgaban del techo abovedado de la clase.
Cuatro de ellos mostraban una imagen de los fundadores de Hogwarts, pero era una representación diferente a la que la chica estaba acostumbrada.
Helga Hufflepuff aparecía en el primero de ellos. Portaba una corona de rosas negras y espinas, que se le clavaban en la piel. La copa, en su mano, estaba llena de sangre oscura.
En el continúo, los ojos de Godric Gryffindor parecían estar ardiendo. Parecía juzgarte duramente y reprocharte por tus acciones. Sus ojos decían que sólo había una castigo capaz de remendarlos: la muerte.
Helena Ravenclaw tenía una mirada vacía en su tapiz. Sus ojos negros eran como dos pozos sin fondo. Al mirarlos fijamente, la chica comenzó a sentirse cansada, profundamente agotada. Estuvo a punto de desmayarse, pero consiguió apartar la vista del tapiz y con ello librarse de su encantamiento.
A su lado, Salazar Slytherin lucía con orgullo su guardapelo. La chica podía sentir una energía oscura emanar de este. Y gritos. Gritos de mil almas encerradas, tratando de encontrar el momento idóneo para escapar...
Un quinto tapiz, en el centro de estos, contenía un mensaje:
El poder está a tu alcance, hechicero, si eres capaz de controlarlo.
La chica se apartó y se dirigió hacía las estanterías. Aún no había leído todos los libros de la clase, pero aquel no era el momento. Estaba buscando algo más concreto.
Cuando encontró el volumen que buscaba, lo cogió y se sentó a la luz de un candelabro que acababa de encender para leerlo.
Pasó la mano por la portada, para intentar leer el título.
Se llenó la mano de polvo, pero en el libro se podía ver:
LA CAÍDA DE LOS HECHICEROS. LA HISTORIA OLVIDADA SOBRE EL FIN DE LA MAGIA.
La chica sonrió para sí misma.
Hola!
Se que este capítulo puede parecer algo confuso, pero espero que os haya parecido interesante :)
Quién creéis que es la chica que protagoniza este capítulo?
Algún personaje que ya conocemos, o por el contrario, alguien totalmente nuevo?
Qué opináis sobre la clase a la que va la chica? Qué más creéis que se podría encontrar ahí?
Qué creéis que descubrirá la chica sobre el fin de la magia?
ESTÁS LEYENDO
Albus S. Potter y el fin de la magia
FanfictionLa magia es algo extraño. Ni siquiera una familia de magos como los Weasley lo sabe todo sobre ella. Ellos no saben que el fin de la magia está por llegar... ...ni que sólo Albus Severus Potter, la oveja negra de la familia, tiene algo que hacer c...