VII | Máscara de porcelana

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| Capítulo VII |
Máscara de porcelana

17 de enero de 2023

Tras encontrar toda su habitación patas arriba con una nota que amenazaba a Albus, Scorpius y este decidieron hablar con el jefe de su casa.

Horace Slughorn había obtenido el cargo cuando el Profesor Snape se hizo director de Hogwarts y seguía hasta la fecha, aunque las malas lenguas decían que pronto se retiraría.

Se dirigieron rápidamente hacía su despacho, cerca del aula de pociones.

— ¿Profesor? —preguntó Albus, golpeando suavemente la puerta con sus nudillos.

Abrió la puerta, para encontrarse con que Slughorn estaba hablando con Rose.

La chica, al verles, salió corriendo de allí.

— ¡Rose! —le llamó Albus.

— ¡Señorita Weasley! —dijo Slughorn, algo confundido, al mismo tiempo.

— ¿Qué acaba de pasar, señor? —le preguntó Scorpius al cabo de unos instantes en los que todos se habían mantenido en silencio.

— No lo sé. La señorita Weasley me había dicho que tenía una duda académica, pero se ha marchado al veros —Slughorn parecía cada vez más confundido—. Pero bueno, si estáis aquí es porque queréis algo de mí, ¿no es cierto?

— Esto... —comenzó a decir Albus, sin saber muy bien cómo explicar su situación.

— Albus ha recibido varias amenazas, profesor —resumió Scorpius—. La primera no la tomamos en cuenta, pero esta vez han puesto patas arriba todo nuestro cuarto.

Slughorn frunció el ceño y tomó asiento, pensativo.

— ¿Tenéis alguna idea de quién puede ser quién os está amenazando?

— No —respondió Scorpius.

— Sí —dijo Albus al mismo tiempo. Su amigo le miró confundido—. Al principio creí que era una broma de mi hermano, pero tampoco creo que James fuera tan lejos.

— ¿La carta os dice alguna pista de quién podría haberla escrito?

— Está firmada por un tal R, pero no sabemos quién puede ser.

— Podéis darme las notas que habéis recibido, yo me encargaré de averiguar más sobre ellas. Es mejor que vosotros no hagáis nada. Pero si os llega otra advertencia, acudid a mí de inmediato.

— De acuerdo, profesor Slughorn.

Salieron del despacho tras despedirse del profesor de pociones.

— Eh..., ¿sois Albus Potter y Scorpius Malfoy? —les preguntó una chica de Hufflepuff, que debía ser un año menor que ellos.

— Sí, ¿qué ocurre?

— La Señora Pomfrey quiere veros en la enfermería —les explicó—, es urgente.

Ambos intercambiaron una mirada de preocupación y se dirigieron hacía allí tras darle las gracias a la chica.

Cuando llegaron, encontraron a la Señora Pomfrey y a la Profesora McGonagall, la directora, discutiendo acaloradamente. Al verles llegar, se callaron inmediatamente.

— ¿Qué pasa? —preguntó Albus.

— ¿Cuándo ha sido la última vez que habéis visto a Amanda Brocklehurst? —les interrogó Pomfrey.

— Esta mañana, cuando usted nos ha dicho que nos fuéramos —respondió Scorpius.

— ¿Es eso cierto?

— ¡Claro que sí! —exclamó Albus, molesto porque dudaran de ellos.

— ¡Poppy! —intervino McGonagall, cuando la Señora Pomfrey iba a añadir algo más—. ¡No hay pruebas de que los chicos hayan hecho nada! ¡No puedes culparlos así sin más!

— ¿Culparnos de qué? ¿Qué ha pasado? —quiso saber Scorpius.

— Amanda Brocklehurst ha desaparecido —les explicó la directora—, poco después de que os fuerais.

— ¿Y piensan que nosotros la hemos sacado de aquí? ¿Por qué haríamos tal cosa?

— Para que os contara algo que quisierais saber, quizá —respondió Pomfrey—. Porque a lo mejor os escondía algo.

Albus parpadeó confuso. Si que era posible que Mandy les estuviera guardando secretos, ambos habían llegado a la conclusión de que Mandy sabía algo. ¿Quizá R o alguien más que quisiera saber el secreto de Mandy la habría secuestrado?

— De momento, Poppy —habló la directora—, pondré a todos a buscar a Amanda. No debe de haber ido muy lejos, aún no es tarde para buscarla —hizo una pausa y se volvió hacía los dos chicos—. Y vosotros, Potter y Malfoy, lo mejor será que volváis a vuestra sala común.

— De acuerdo —murmuró Scorpius, algo inseguro de sus palabras.

Lo único que se escuchaba en los pasillos era el choque de sus zapatos sobre el suelo y el eco de sus pasos.

Y entonces, un grito cortó el silencio.

— ¡Ha venido de allí! —indicó Scorpius, mientras Albus y él corrían hacía un aula vacía.

La puerta estaba abierta pero el pomo de esta parecía estar roto.

Dentro de la clase estaba la chica de Hufflepuff que antes les había mandado a la enfermería, tirada en el suelo. Ella debía haber gritado.

— ¿Estás bien? —le preguntó Scorpius, agachándose junto a ella.

— Si... —murmuró con esfuerzo—, eso creo, al menos.

— ¿Qué te ha pasado?

— No lo sé. Sólo recuerdo que había un hombre. Un hombre con una máscara de porcelana —explicó—. Parecía estar buscando algo. He gritado al verlo y ha escapado. Pero todo era extraño... como si fuera irreal...

Albus miró a Scorpius, que parecía tan confuso como él.

— ¿Cómo te llamas?

— Nora. Nora Jones.

— ¿Quieres que te llevemos a la enfermería, Nora?

— No hace falta. Estoy bien —aseguró ella—, os lo aseguro.

Y salió de la clase, con mucha prisa.




¡Hola!

Ya ha aparecido el personaje creado por @naturaleza_49, Nora Jones, y volverá a salir dentro de poco. ¿Qué os parece?

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Albus S. Potter y el fin de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora