- Por favor, solo será esta vez, luego te dejare tranquilo -pedía YiXing, importandole un comino lo demás-
- Señorito YiXing yo no puedo, entiendalo -decia el rubio sirviente alejando al chico entre sus brazos-
- ésto se hace así -sujeto las mejillas del más grande y lo beso agresivamente, luego de unos momentos ambos se separaron por la falta de aire- ¿Te gustó?
- Mhm, debo irme hacer mis quehaceres -asintió serio y salió de la habitación, viendo a su pequeño príncipe caminar a su propia habitación-
•••
- Oye tú -lo llamo la vocecita infantil-
- ¿Pequeño, que sucede? -respondió el joven sirviente rubio-
- Necesito pedirte algo, pero no quiero que te enfades -mordió su labio inferior con notable nerviosismo-
- pídame lo que usted quiera -sonrió con ternura-
- Bésame -pidió con confianza, el rubio sonrió a más no poder, sujeto ambas mejillas del menor con delicadeza y lo beso en los labios-
mantuvo un ritmo lento para no asustar al niño, degustando los dulces y finos labios del contrario, mordiendo suavemente y chupando, las lenguas se hicieron presentes, el rubio mantenía sus ojos entreabiertos, viendo como su niño disfrutaba el beso tanto como él, cuándo el aliento se hizo presente ambos se separaron, jadeando fuertemente
- Eso fue increíble -murmuró apenas el menor-
- Lo sé, me encantó -sonrió el rubio sirviente, mientras mantenía una de sus grandes manos en la mejilla ajena-
- ¿Así lo besaste a él? -la pregunta lo dejo en shock, pensó que el azabache no lo había visto besar a su hermano-
- No, él me beso a mí, yo no lo besé ni le correspondí -confesó el de rubios cabellos- solo contigo eh disfrutado de un delicioso beso
- Pensé que tú lo habías besado -murmuró-
- No lo hice pequeño, ten un buen día -se acercó al cuello del más bajo y dejó un húmedo beso-