Ya había llegado la noche, al fin me reuniría con mí familia, me despedí de la reina cómo se debía, bese su mano y luego la puse sobre mí frente.
— espero que tu vida vaya bien. —la escuché decir con sutileza, al parecer le alegraba ya no verme cerca de su hijo—
— Ten buena vida hijo mío —rió suave el rey, me abrazó con fuerza y me levantó, mis pies por un momento ya no tocaban el piso, me soltó y deje salir una suave carcajada—
— Wow, viejo, de verdad que pase unos días muy buenos molestandote, sabés, cualquier cosa el príncipe de gran Bretaña estará aquí mucho tiempo —dijo JongDae y sonrió, ambos chocamos palmas y hombros, reí suave y asentí—
— lo siento por la ausencia de mí hermano menor, pero le dolía el abdomen, sin duda alguna, me encantó que estuvieras aquí, ya sabes si necesitas algo estaré para ti —sonrió YiXing, la verdad no me importaba pero de igual manera asentí con una sonrisa forzada y besó mí mejilla—
Suspiré, realmente quería despedirme de Tao, pero si él no quería verme no lo obligaría, di una última reverencia para la familia real, sujeté mis maletas y salí de ahí finalmente.
Ya me encontraba frente a mí casa, había sido un poco difícil bajar desde el palacio hasta aquí, eran alrededor de las 4 am, me acerque a la puerta y di suaves golpecitos.
Pronto la puerta fue abierta y una pequeña risita me recibió, rápidamente solté las maletas, me puse a la altura de mí hermana y la abracé con fuerza, dejándome llevar por el suave olor a flores que ella tenía y ahí, en su hombro lloré como un bebé.
Mí mamá pronto salió a recibirme y las personas de alrededor salían a recibirme, me miraban felices, me daban la bienvenida, había vuelto a mí hogar.
Con mí familia.
En el palacio.
El pequeño pelinegro se encontraba recostado en su cama, mientras las lágrimas caían libremente por sus palizas mejillas, estaba débil por haber llorado desde la tarde.
Le dolía haber perdido al chico de cabellos dorados, realmente le dolía, se había enamorado y eso no era bonito.
JongDae estaba ahí, dándole apoyo, abrazándolo y besando sus mejillas, dando pequeñas palmaditas en su espalda y acariciando su cabello.
— JongDae...¿Tú estás enamorado? —susurró con la voz quebrada—
— Sí bebé —sonrió con pena—
— ¿Es bonito para ti? —mordió su labio, evitando soltar más sollozos—
— Para mí si pequeño —acercó al chico a su cuerpo y lo abrazó con fuerza—
— A mí no me gusta —hizo un puchero y comenzó a llorar nuevamente, ahogando sollozos en el pecho de su amigo—