Capítulo 18: De regreso

2.7K 158 3
                                    

-No, esos no... son rojos, no queremos guerra, deben ser luces blancas- quito todos los fuegos artificiales que tengo en la cesta y tomo los que Karol me alcanza, sin rechistar, con una forzada y casi genuina sonrisa.

Ay Ruggero Pasquarelli, te están domesticando y lo peor de todo es que te gusta.

¿Dónde quedó tu macho alfa, salvaje e indomable? Ni siquiera deberías obedecerle... Bueno técnicamente es tu esposa... me dice otra voz.

Pero no es tu mujer. Contesta la primera voz
"Aún" ruge otra voz lujuriosa.

Maldita sea, me estoy volviendo loco. Ese poderoso tequila mexicano ha acabado con las últimas neuronas cuerdas que me quedaban.

-Más cajas de fósforos, debe haber mucho fuego-toma varias de ellas.

- ¿No sería mejor un lanzallamas?- bromeo.

-Eso nos vendría de perlas pero aquí no venden- su humor sutil me aloca, bueno todo en ella me trae loco.

-Debemos darnos prisa- me dice cuando salimos de Sacramento. -Las estrellas brillan demasiado, la helada baja cuando el cielo está despejado.

Manejo muy rápido mi recién recuperado y amado Ford que había dejado en custodia en el aeropuerto. No me toma más de dos horas llegar, con Karol guiándome, no necesito ni el puto GPS que tan inútil fue la vez anterior. Son casi a las once de la noche cuando estaciono en frente del portón de ingreso.

- ¿Qué les vamos a decir?- pregunto.

-En ningún momento diremos que estábamos juntos, sólo que me ayudaste a irme de aquí el sábado. Les diré que tomé el dinero que me dieron tus padres como regalo de bodas- la miro dudoso. -Es que lo escondí en unas tablas bajo la cama de mi habitación, no quería que Lionel se lo gastara con sus amigos- sonrío nuevamente. Karol es tan... deliciosa, hasta cuando habla.

-Entonces sólo te ayudé a irte. ¿Y cómo es que regresamos juntos?

-Te encontré cuando venía para acá. Sé que no es convincente pero no voy a entrar en detalles, yo sólo he venido a despedirme de papá y de la abuela Anto. Me iré cuando termine la cosecha.

-Karol, cuando terminemos de cosechar... puedo... ¿Podrías aceptar... salir conmigo?- debo preguntar, tal vez no volveremos a tener un momento a solas.

- ¿Salir? ¿Para qué?-me mira sorprendida.

Buena pregunta. Pero me hiere un poco. ¿Qué le puedo decir?

"Hemos hecho de todo pero nos faltó tener sexo"

No.

No es por eso, yo quiero verla muchas veces más, miles de veces...

- ¿Que tal para ir al tragamonedas?- sonrío tristemente.

-Me gustaría mucho...- sonríe. -Pero tú pagas. Y sin tequila- se echa a reír. -Ruggero, gracias por todo- me mira fijamente.

Cierro mis ojos. "No te despidas por favor" grito por dentro.

-Gracias a ti Karol. Me hiciste ver la vida de una forma diferente- respiro profundo. Mejor dicho me hiciste sentir de una forma diferente.

La quiero, estoy seguro ahora.

Me he enamorado como un idiota de ésta niña loca.

-Voy a abrir la puerta, nadie escucha la bocina, esos idiotas están sentados en sus orejotas- sale de pronto dejándome un vacío terrible.

¿Cuándo me ha pasado esto?

¿Cuándo he dejado que se hiciera dueña de mi corazón?

Llego a la casa y me estaciono, Karol baja como una bala perdiéndose en la noche. Camino hacia mi habitación, antes mando a llamar a David. Me cambio de ropa, quisiera una ducha pero no hay tiempo para eso. Estoy agotado, tengo que resistir un poco más.

Acosador (Adaptación Ruggarol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora