Acosador (Adaptación Ruggarol)

Capítulo 23: Quédate conmigo esta noche

Llegamos al río que no está muy lejos, ya me estoy acostumbrando a caminar largas distancias. La noche está fresca, el rumor del agua y de los insectos nos mantiene tranquilos a pesar de nuestro silencio.

-Me voy en dos días- Karol rompe el silencio.

- ¿Tan pronto?- siento que se me encoge el corazón

-Es lo mejor- dice sin mucha convicción.

- ¿Hablaste con tu padre?

-Sí. Está de acuerdo y la abuela también.

-Me alegra oír eso.

-Le dije a papá que me acompañaste hasta Santa Bárbara pero omití los detalles. No quiero que acabes como Lionel- sonríe.

- ¿Tu padre golpeó a Lionel?-pregunto conteniendo una carcajada.

-Sí. Creo que se encontró con Fernanda cuando iba saliendo de la hacienda. Y esa mujer no se calla nada.

- ¿En serio tu padre era luchador?- pregunto ahora con miedo.

-No. Son sólo habladuría. Sabe pelear pero no fue luchador ¡Como es la gente de chismosa!- se queja.

-Te creo. Hasta dicen que incendiaste la iglesia del pueblo- Karol ríe con ganas.

-Sí. Creen que me volví loca. Todo mundo piensa que yo golpeé a Lionel. ¿Por qué no son más valientes y vienen a preguntarme? No me voy a detener a contarle la verdad a cada uno-dice furiosa.

-Ya que hablas de preguntar de frente... Te vi el otro día en tu casita. Creí que tú y Lionel habían vuelto.

- ¡Que cosa dices tonto! Le vendimos la casa a Mauricio. Elena, está embarazada y necesitan una casa. Obvio la tierra es de tus padres pero nosotros la construimos y queríamos recuperar lo que hemos invertido.

¡Por fin! ¡Un alivio para mi agobiado corazón! Aunque me llame tonto.

-Oh bueno... es que Anto me dijo que el sacerdote amenazaba con excomulgarte si no firmabas una nueva acta matrimonial.

-Aunque me diga que me voy a mismísimo infierno de rodillas sobre chapas de botellas ¡No le firmo nada!- grita.

¡Esa es mi chica!

-Me parece muy bien- le doy mi apoyo.

-A propósito ¿Podrías ver lo de los papeles de nuestra anulación? Me los envías a Santa Bárbara, cuando te lleguen-pide.

-Si claro, apenas tenga alguna respuesta de Las Vegas, te la haré saber- digo triste al saber que está apurada por librarse de mí.

-Y deja de usar ese anillo- me mira con lástima. He tratado de esconderlo, incluso me lo he guardado en el bolsillo cuando trabajo para que no se dé cuenta. Ella se lo quitó el mismo día que lo descubrió en su dedo. Pero yo tontamente me paso algunas noches mirándolo como la única prueba de que tal vez...

Es nuestro anillo de bodas. Sólo una pieza barata de joyería pero para mí es importante.

Caminamos un rato más, sin decir palabra.

Quizás no tengamos otra oportunidad de estar solos y juntos como ahora, quizás deba hablarle de lo que siento. O al menos de mis intenciones.

-Karol... - tomo valor con una respiración profunda.

-No digas nada Ruggero- me corta.

-Pero...

-Shhh no lo eches a perder con palabras. Quizás esta sea la última vez que podamos estar solos...