La extensión del mar

Premonición

Hay una "pesadilla" que me persigue desde hace años:

En ella siempre hay un enfrentamiento entre vampiros, hombres lobo... en definitiva, cualquier especie de ente "malvado" y yo. Siempre están protagonizados por caras conocidas, incluso demasiado cercanas a mí: conocidos, amigos, gente especial...

No eran ni sus colmillos, ni sus garras, ni lo que pudieran hacerme lo que me aterraba. Pero según avanzaba el sueño aquellos que estaban "de mi lado" cambiaban de bando, me iban dejando, sólo, ante el peligro, y ellos... Ellos lo pasaban bien, tan bien que mi ausencia no les afectaba
Pero a mí.. A mi, sí. Era demoledor, peor que una traición.

No lo niego, ese ambiente de morbo y erotismo que los envolvia me apasionaba. Pero no podía caer, no podía unirme a ellos. En el fondo sabía que me quería desatar, que era el momento.

Pero había algo en mí que me lo impedía, tenía que hacer "lo correcto" y aunque la tentación corriera por mis venas siempre me negaba, en contra, incluso, de mi propia voluntad.

En cambio cuando al fin esa persona llegaba a convencerme e iba a dar ese esperado último paso, me acababa despertando, dejándome una vez más con las ganas de alcanzar ese "algo"...

No podría soportar que tú también fueras otro sueño incorpóreo. Puede que sea cierto que hasta ahora ese "yo" aferrado a "lo correcto" haya resistido demasiado bien. Pero seamos dos contra uno. El camino ya se está abriendo y sé que cada vez estoy más cerca de darte la mano y "convertirme" en lo que sea que fueras. La hora de disfrutar de aquello que me apasiona, de darlo todo, de canalizar toda mi pasión y sentirme el puto rey de ese mundo del que reniego desde hace ya demasiados años.

Sólo espero que cuando me reciban tu mano y esa sonrisa pícara, esta vez no me despierte entre mis sabanas, sin ti.