Those Green Eyes [H.S] // Descontinuada

She will be loved.

Cancion especial, "She will be loved", por Maroon Five.

- - - - - - - - -

She will be loved.

 

Llego a la casa, abatida por todo el esfuerzo desempeñado al caminar tratando de encontrar el camino correcto. Niall y Liam están en la delegación estatal de California, por violencia pública. Aunque suene como una perra, no decidí quedarme ahí a esperarlos a que salieran, ya que estoy cansada y debo de ir a empacar mis cosas para salir en el vuelo de hoy por la noche. Aparté, ellos saldrán hasta mañana por la tarde, después de que paguen la multa al estado.

Agradezco que la puerta de entrada de la casa esté abierta, ya que dudó poder enfrentar a Brooke y su humor de perros en estos momentos.

Cierro la puerta detrás de mí, y en ese momento el teléfono de Greg (ahora mío), comienza a vibrar en la parte trasera de mi pantalón.

Miro el número que se muestra en la pantalla, y para mi sorpresa, es un número desconocido. Con dificultades, logro presionar el botón verde. Odio está clase de teléfonos. Son demasiado complicados para mí.

-¿Hola?-digo por el teléfono.

-Greg, bastardo. Ya pasaron dos meses, y quiero mi dinero de vuelta.-escupe una voz amargamente.-Si no me pagas los dos mil dólares la próxima semana. Ya sabes. Tus tubos de  heroína se acaban, al igual que tu existencia. ¿Estoy siendo claro?

Mi garganta está seca, y mis manos están temblando. No puedo creer lo que estoy oyendo. Greg... ¿endeudado?, ¿Por drogas? Además, ¡Solo yo puedo llamarle bastardo!...demonios, este no es momento de pensar en eso.

Sin pensarlo más, cuelgo el teléfono, mientras mi cerebro procesa la información escuchada. Siempre supe que Greg se drogaba, pero con sus calmantes, no con...bueno pues con esa clase de drogas. ¿Por qué lo haría?, ¿Cuál es su motivo para drogarse?, ¿Qué problemas tiene?

-Alexandria-llama una voz profunda detrás de mí. Me doy media vuelta sobre mis talones.

-Dios, me asustase papá.-digo con una mano sobre el pecho.- ¿Qué ocurre?

-Acompáñame a la terraza.-me ordena dándose la vuelta y  comenzando a caminar por el pasillo mientras aprieta una vaso lleno de refresco que está entre sus manos.

Frunzo el ceño confundido, pero aun así, no alegó y lo sigo por detrás. Mis manos aún tiemblan por lo que he escuchado por el teléfono, pero...hay algo más que me tiene nerviosa. Creo que es el hecho que mi padre me quiera hablar, hace tiempo no platico con él.

Una punzada terrible se forma en mi vientre, pero yo ignoró el dolor y sigo mi camino. Subimos unas pequeñas gradas, antes de llegar al jardín de atrás, que es completamente grande.

Hay una enorme fuente en el medio, y varias bancas alrededor. Varios árboles se elevan a tal altura, que dan la impresión de tocar el oscuro cielo de las siete de la noche. El caliente y sofocante aire me pasa ruborizando las mejías, y alborotando mi cabello. No hago esfuerzo en componerlo.

Mi padre se sienta en una banca, y yo me siento a su lado cruzándome de brazos. Espero a que diga algo, pero nada sale de sus labios. Mi boca, esta sellada. Nunca he sido buena en romper los silencios, pero si en formándolos.

-Perdóname.-dice después de un rato.-Perdóname por abandonarte Alexandria.

Sigo guardando silencio, meditando. Hoy he recibido dos disculpas, lo cual es algo extraño, ya que normalmente soy yo que la que pide perdón. Mi expresión es fría. Lo puedo sentir.