MONSTER ― twice

10

—¿Estás segura de que es ella?—preguntó el señor Choi.
—Estamos cien por ciento seguras—respondió Chaeyoung sin prestarle mucha atención al oficial.
Los tres seguían preparando un plan, porque por más que parecieran preparados, le tenían miedo a aquel hermoso monstruo.

Momo estaba harta, estaba furiosa, simplemente quería encontrar a aquella chica que tanto amaba, por más que tuviera que morir.
Momo bajó hasta el sótano de su casa, y comenzó a buscar como loca aquella arma que utilizaba su padre cuando de vez en cuando iba a cazar.
Cuando la encontró, la guardo en una pequeña mochila que tenía y comenzó a correr desesperadamente a la casa de aquella chica, y que por más que tuviera miedo, por más que temiera de aquel horroroso monstruo, ella iría.

—Llegué—pronunció secamente.
—¿Por qué me haces esto?—preguntó.
—Porque detesto cada vez que sales con otra persona, porque eres mía y de nadie más. Y cuando te vi besarte con ella no pude soportarlo, ¿sabes cuántas lágrimas derramé?—respondió.
—Pero, ¿por qué debías matarlos?, ¿por qué?—A la mayor le seguía pareciendo irritante que hiciera tantas preguntas, pero las respondía porque la quería.
—Solo quería el camino despejado, un camino sin baches. Y para tener un camino despejado, no puedes solo esquivar los baches, debes quitarlos.

Al terminar el plan, el señor Choi llamó a otros policías, y comenzaron lo que tenían planeado.
Después de unos cuantos minutos estaban enfrente de la casa de Nayeon.

—Ya regreso—dijo Nayeon mientras se dirigía a las escaleras para llegar al primer piso.
Estaba enojada, sabía que la habían descubierto.
Por lo que subió cuidadosamente las escaleras...

—Procuren hacer el menor silencio posible—dijo el oficial Choi.
Dahyun entró de primera, y apenas que tocó el piso del lugar, pudo sentir un dolor indescriptible.
Solo veía sangre en el suelo y sentía cómo resbalaban lágrimas por sus mejillas mientras se retorcía del dolor, ahogando gritos.

—¡Maldita sea!—dijo Chaeyoung. Estaba enojada, estaba enojada de no poder proteger a la mayor y estaba triste, de que su amiga le hubiese disparado a la persona que amaba.

—Vamos Chaeng, necesitamos buscar a Mina y a Tzuyu—dijo Dahyun.
—¿Qué?, yo lo haré sola, tú no puedes, te puedes hacer más daño—respondió Chaeyoung, preocupada.
—Escucha, me importa una mierda hacerme más daño, solo me importa encontrar a nuestras amigas—respondió—. Así que, iremos juntas.
Dahyun comenzó a caminar por la casa, con pasos torpes pero iba lo más rápido que podía.
—Podemos hacerlo juntas—dijo Dahyun mientras enlazaba sus dedos con los de la menor.

Chaeyoung revisaba rápidamente cada rincón de la casa, hasta que encontró un librero, pensó que Nayeon había caído tan bajo, que por más que tratará de cubrirlas, aún se veían las bisagras al lado derecho del librero.
Dahyun y Chaeyoung abrieron el "librero" y se encontraron con un pasillo lleno de puertas, aunque ignoraron todas ellas al ver una que les llamó bastante la atención. Era una puerta grande, ubicada en el centro de las demás puertas.
Chaeyoung abrió la gran puerta, y se dio cuenta de
—Siempre estaré un paso más adelante que ustedes—dijo Nayeon mientras colocaba un filoso cuchillo en el cuello de Tzuyu.
—Vamos, Nayeon, no tienes que hacer esto—dijo Chaeyoung.
—¿Por qué no debo hacerlo?, que yo sepa amar está bien—respondió Nayeon.
Chaeyoung no respondió, después de unos segundos, sintió una mano en su hombro, mientras veía como le disparaban a la mayor, haciendo que cayera al suelo. Era Momo.
Los policías llegaron al lugar en donde había pasado todo.
—¿Estás bien?—preguntó Chaeyoung a Mina—, ¿ella no te hizo daño, verdad?—Mina respondió con un no, se le veía triste.

Nayeon había sido enviada al hospital, para después llevarla a prisión por asesinato y secuestro. Momo había acudido también a la comisaría por su acto.
Chaeyoung y Dahyun se sentían orgullosas, habían resuelto el caso.