Regrets ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandom

In God I trust

TW/ADVERTENCIA: escena con insinuaciones de abuso fisico y/o sexual.

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"Sólo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen." Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés.

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A decir verdad, Sabrina sabía un par de cosas acerca de querer escapar del mundo y desaparecer. No le gustaba pensar en ello, por supuesto, porque pensar acerca de cuanto la había jodido un amor mal correspondido solía ser el tipo de cosas que le causaban vergüenza. Antes de Nino y del embarazo, antes de la muerte de su profesora e incluso antes de la escuela de medicina, Sabrina solo era una joven enamorada de la propia idea del amor. Y de la bondad innata de las personas.

Quizá por ello es que la joven pelirroja se había enamorado de alguien que le había roto el corazón de aquella manera tan desgarradora. Pero esos tiempos habían pasado, así que Sabrina encontraba algo extraño que dos adolescentes corrieran de aquella manera desesperada por el frente del parque. Sabrina no tardó ni un segundo en pedirle a su prometido que detuviera el automóvil en el que viajaban ese domingo. Con el presentimiento de que algo muy importante estaba sucediendo.

Antes de que Lola y Emma giraran para alejarse de la doctora, Nino ya les había cortado el pasó con el automóvil. Ambas jóvenes se veían cansadas, cargando sobre sus espaldas un par de mochilas a reventar de artículos desconocidos. El moreno se sintió sumamente perturbado cuando alcanzó a notar por fin todo el parecido que la joven heredera Agreste tenía con su madre.

La pelirroja abrió la puerta del copiloto, y se dirigió a las dos mejores amigas frente a ella. Ambas con las respiraciones agitadas por la carrera y el susto que un posible atropellamiento les había dado. Pero, aunque estaban asustadas por su posible muerte observaron a la mujer frente a ellas con la esperanza creciendo dentro de ellas.

—¿Qué está pasando aquí? — preguntó Sabrina acercándose a ambas jóvenes con curiosidad.

Ambas adolescentes se veían perdidas. La joven Agreste un poco más repuesta que su amiga, aunque seguía viéndose atrapada en sus propios pensamientos. O quizá era el hecho de que, al salir de la mansión Agreste, ambas habían sido interceptadas por la mucama y una sumamente enojada señora de la casa. Emma no había pensado que su madre se mostraría tan reacia a dejarla salir, o que pareciera tan decidida a mantener su fachada de familia feliz a pesar de las circunstancias.

En cualquier caso, Lola y Emma habían salido corriendo de su hogar, esperando que nadie decidiera seguirlas al verlas tan apuradas. Sus planes no tenían mucho sentido, pero algo se podía hacer por dos adolescentes que estaban dispuestas a abandonar el mundo y ser el centro de la atención de la otra. Tampoco era como si pudiese pedirse mucho de dos jóvenes perturbadas en ese momento.

Lola observó detrás de ellas cuando la doctora las detuvo y sintió como el corazón se le aceleraba. Porque como si la visión de una mujer rubia no fuese suficiente para hacerle perder la compostura, el rostro de otra persona conocida era aún más inquietante. A decir verdad, la joven Couffaine no había pensado que precisamente uno de los mejores amigos de su familia y de las pocas personas en las que confiaba plenamente estuviese en el camino de su libertad.

Pero detrás de ambas se acercaban peligrosamente una asesora de imagen y un artista independiente en busca de respuestas. En realidad, ninguna de las jóvenes tenía la más mínima idea de quien les resultaba más peligroso en ese momento. Tenían apenas unos segundos para pensar, pues, aunque sus perseguidores se acercaban rápidamente a donde se encontraban tenían una pequeña ventaja.