Samantha
- ¿Desde cuándo vienes a este lugar?
- Desde que tú te escabulles en las noches para llegar hasta aquí...
————
Esta semana en la escuela ha sido sorprendentemente tranquila, por alguna extraña razón Dylan ha faltado... ¿le habrá pasado algo?— ¡Samantha! Justo a ti te estaba buscando.
La voz chillona de Vanessa Singer resuena en mis oídos, y su sonrisa tan falsa, como casi todo en ella, parece querer salirse de su boca por lo forzada que ha de ser... ¡Estúpida!
— ¿Qué, estás en tu lecho de muerte y quieres obtener mi perdón? —Digo con aparente simpatía.
Su sonrisa se vuelve más fingida, pero aún así puedo ver cómo con su mirada me fulmina. No la culpo, yo también reflejo esa hermosa mirada hacia ella... de odio.
— En realidad yo estaba pensando, más bien, en que tú podrías darme información sobre Dylan, ¿qué tal eso?
— Claro, cómo no —digo con ironía—, porque de todas las personas que pueden llegar a conocerlo en este mundo, yo, que NO soy su amiga, soy la que te puede dar la información que buscas ¿no?
— Sí, tienes razón. Tal vez no eres su amiga, pero si su vecina. Así que tú sabes.
— No, no sé. No me gusta entrometerme en la vida de mis vecinos, ¿sabes? Y mucho menos si ese vecino es Dylan Rush.
Cierro de un golpe la puerta de mi casillero y me empiezo a alejar de ella, cuando siento sus uñas clavarse en mi brazo, hasta situarse nuevamente frente a mí.
— Es una lástima —dice—. Entonces creo que no tendré más remedio que ir a su casa aunque, pensándolo bien, eso estaría mucho mejor, ¿no lo crees? Puede que hasta consiga más que simple información.
Me guiña un ojo y se va, asegurándose de restregarme su cabello en la cara al voltear.
¡Cómo odio a esta tipa! Y pensar que alguna vez fuimos amigas...
————
Escucho el timbre de salida y me dispongo a salir de la finalizada clase de lengua en compañía de Camila y Sneider, mis mejores amigos... Por no decir que son los únicos que tienes Samantha... o que te quedan...
¡Shh! Silencio conciencia.
— Señorita Sullivan. ¿Me permite un momento?
Me despido de mis amigos y me quedo en el salón junto con el maestro Mitchell, esperando que no tenga nada malo que decirme.
— Dígame señor.
— Señorita, voy a ser claro. Necesito un favor y creo... No, sé que usted es la más indicada para ello.
Wow, si que es directo. Me siento hasta un poco intimidada.
— Mmm... pues usted me dirá.
El maestro Mitchell sonríe dulcemente.
— No se asuste, tranquila. Mire, nunca me ha gustado tener favoritos, pero aquí entre nos, debo admitir que es usted mi estudiante favorita. No ha tenido ningún tipo de problema en mi materia y es muy responsable y aplicada.
— Gracias señor.
— El asunto es que me he comprometido a ayudar a algunos estudiantes, fuera de mis horas laborales para que les sea posible aprobar mi materia.

ESTÁS LEYENDO
Siempre contigo
Teen FictionSamantha Sullivan, es una chica de 17 años que no parece tener ningún problema en la vida, salvo uno: Dylan Rush. Desde hace 2 años él parece ser la peor de sus pesadillas y Samantha cree que no hay otra cosa que pueda sentir por él que no sea odio...