- ¿Qué haces aquí? -le pregunto.
- Mi tutora me citó aquí ¿y tú? -responde con rapidez.
- Pues le enseñaré a... espera ¡¿qué?!
No, no, no, no, no... Esto no puede ser cierto...
De todas las personas que habitan el planeta Tierra, ¿tenía que ser precisamente él?
Dylan Rush.
¿Puede la vida ser más injusta?..
Sé que en estos momentos mi cara ha de ser todo un poema, pues el chico de los ojos avellana no deja de verme con una expresión divertida.
Suspiro con pesadez. Decido que lo mejor que puedo hacer es estar calmada... o por lo menos intentarlo.
- Entonces... ¿tú?
- Así es preciosa, -dice con una amplia sonrisa- yo.
¿Pero qué le pasa a este chico?.. ¿Es que estar a punto de reprobar una materia debería ser causa de felicidad?..
- Estás muy feliz. -digo.
- Y ¿por qué no estarlo?
- Imbécil, ¿acaso no te da vergüenza tener que recibir tutoriales para no reprobar? Podrías hasta no graduarte.
Dylan se encoge de hombros, restándole importancia.
- Para mí, es como si se me estuviera dando una segunda oportunidad para reponer lo que está mal, así que, ¿por qué no estar feliz?
Por alguna razón su comentario me hace sonreír.
Supongo que su lógica es razonable. Si se nos da la oportunidad de cambiar algo que estemos haciendo mal, ¿no deberíamos hacerlo con la mejor de las actitudes? Estoy de acuerdo con ello, pero...
- Aún así, creo que no se debería tener derecho a sonreír si después de darse una oportunidad no se es capaz de aprovecharla.
Dylan parece meditárselo por un momento, pero casi de inmediato tiene una respuesta.
- En ese caso, pon a prueba mi capacidad. Estás aquí para eso ¿no?
Touché... punto para Dylan.
Pero soy lo suficientemente orgullosa como para reconocerlo frente a él. Además, esa sonrisa suya tan llena de soberbia...
¿Pero quién se cree este idiota? ¿Chris Evans?.. No caeré bajo sus encantos.
Eso dices ahora... ¡silencio conciencia! Contigo discutiré luego.
- Pues entonces, -digo aclarándome la garganta. Desvío mi mirada hacia uno de los libros que reposa sobre la mesa; hasta este momento no me había percatado de que he estado viéndolo como tonta... ¿creerá que tengo algún tipo de retraso mental?..
¡Por Dios Samantha! Deja de pensar en tonterías...
>> Comenzaremos repasando la literatura clásica. -continúo - Historia, características, autores destacados, sus principales obras... todo. ¿De acuerdo?
Dylan asiente y, después de darle un último sorbo a mi ya no tan caliente chocolate con malvaviscos, nos ponemos manos a la obra.
- Muy bien, comencemos.
***
El tiempo con Dylan en la cafetería se nos fue volando.
Este chico es muy extraño. En ocasiones me daba la impresión de que comprendía muy bien lo que le explicaba, ...demasiado bien diría... incluso que estaba relacionado con la información, pero de un momento a otro mi percepción era confundida por sus repentinas e incoherentes preguntas.
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Siempre contigo
Teen FictionSamantha Sullivan, es una chica de 17 años que no parece tener ningún problema en la vida, salvo uno: Dylan Rush. Desde hace 2 años él parece ser la peor de sus pesadillas y Samantha cree que no hay otra cosa que pueda sentir por él que no sea odio...