Samantha
¿Cómo llegué hasta aquí?
Juro que me había quedado dormida en el balcón, y ahora de la nada, me despierto en mi cama. Esto seguramente fue obra de mi padre.
Gracias a Dios hoy es sábado.
Finalmente me levanto de la cama, me doy una ducha, me cambio y bajo las escaleras. Me encamino hacia la cocina y encuentro a mi madre preparando el desayuno; el olor embriaga mis fosas nasales e inmediatamente siento a mi estómago rugir... si, tengo hambre.
Mamá voltea y al verme se sobresalta, pero luego suspira de alivio, aunque sus ojos me fulminan de inmediato y me señala con el sartén en su mano.
— Samantha Mary Sullivan, vuelves a darme un susto como este y juro por Dios que tus hijos nunca conocerán una abuela.
Suelto una gran carcajada al escuchar sus palabras, en serio que mi madre llega a ser muy exagerada a veces.
— No seas dramática mamá —digo riéndo—. Además, no seré yo la que te haga abuela.
Camino hasta la nevera y me apetezco de una manzana, así que la tomo y me la empiezo a comer.
— ¿Y te atreves a llamarme dramática a mí?
— No es dramatismo, es ser realista. —Digo y me encojo de hombros.
Mi madre suelta un bufido de frustración y yo vuelvo a reír por ese gesto.
— Si, burlate —dice—. Ya me burlaré yo de ti cuando te des cuenta de que tengo razón.
Sonrío negando con la cabeza y me acerco a ella, le doy un fuerte abrazo por detrás y deposito un sonoro beso en su mejilla.
— Lamento no haber cenado con ustedes anoche.
— ¡Oh! No cariño, descuida, anoche tu padre llamó para avisarme que tendría que cenar con unos accionistas muy importantes y que llegaría más tarde. Subí a avisarte, pero al verte dormir pensé que lo mejor sería no despertarte.
— Lo hubieras hecho. Además, tampoco soy una bebé a la que puedas cargar con facilidad, te lo hubieras ahorrado.
— ¿De qué hablas? —Dice mi madre desconcertada.
Verla así me sorprende un poco, normalmente mi madre suele entenderme con facilidad. La miro como si fuera obvio lo que intento decir, pero ella sigue viéndome sin entender.
— Mamá... —digo resignada—. Anoche me quedé dormida en el balcón, y hoy amanecí en mi cama, así que obviamente tú...
— ¿Qué? ¿De qué hablas cariño? Anoche, cuando fui a tu habitación, tú dormías plácidamente en tu cama.
¿Qué?
Pongo los ojos en blanco.
Yo estoy muy segura de haberme quedado dormida en el balcón de mi habitación mientras leía. Además, escuchaba música desde mi MP3 a través de mis audífonos. Alguien tuvo que haberme acomodado en mi cama y también quitarme todo, y si no fue mi madre... ¿entonces quién?————
Veo a Josh correr de un lado para otro sobre la cancha, le hace señas a un niño que le pasa el balón y con un hábil movimiento mi hermanito hace un gol; sale corriendo hacia sus compañeros, con los cuales celebra.Después de hablar con mi madre ésta mañana, no he dejado de pensar y, sé que no estoy loca ni que tampoco me he confundido como dice, sé que tengo razón.
Después del entrenamiento, espero a mi pequeño hermano. A mamá no le era posible traerlo hoy, así que yo tuve que hacerlo por ella.
Es una cancha muy bonita, parece tener años de haber sido construida pero está muy bien cuidada, no había tenido la oportunidad de estar aquí antes, pero se respira un ambiente agradable... y extrañamente familiar.
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Siempre contigo
Novela JuvenilSamantha Sullivan, es una chica de 17 años que no parece tener ningún problema en la vida, salvo uno: Dylan Rush. Desde hace 2 años él parece ser la peor de sus pesadillas y Samantha cree que no hay otra cosa que pueda sentir por él que no sea odio...