Capítulo 4

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Samantha

Llego a mi casa extasiada. Por lo menos Dylan no ha venido tras de mí. Es una verdadera desgracia que su casa quede justo al lado de la mía.

Me encierro todo el día en mi habitación, sinceramente no quiero ver a nadie. Sin darme cuenta, en algún momento me quedo dormida, hasta que alguien toca mi puerta haciéndome despertar de golpe.

— Sam, cariño ya es hora de cenar.

— Voy mamá. —Digo adormitada.

Podría negarme a cualquier cosa para no tener que salir de mi habitación, excepto a la cena, es el único momento del día en el que la familia puede estar junta, así que es básicamente algo sagrado para los Sullivan. Me levanto de la cama y siento una oleada de mareos... otra vez...

Bajo las escaleras y llego al comedor. Mi padre es el primero en verme, me regala, como siempre, esa sonrisa tan cálida que sólo él puede darme, ese tipo de sonrisa que para ti es imposible no corresponder.

Me siento junto a Josh, mi hermanito menor, y mi madre no tarda en traer la cena.

— ¿Qué tal tu día, querida? —Dice mi padre rompiendo el silencio. Algo típico en él.

Papá es del tipo de hombres que, sin importar el día tan agotador que pueda llegar a tener, antepone los intereses de su familia a los suyos, para él la familia es lo más importante. Atento, cariñoso, comprensivo, dedicado... así es él.

— Algo agotador —responde mi madre—. Hoy lavé la ropa, asee la casa, el jardín...

— Y además preparaste esta comida tan exquisita para nosotros. Ha de ser muy agotador cariño, pero todos agradecemos que seas tan especial y dedicada.

Mi madre sonríe, besa la mejilla de papá, quien siempre parece tener las palabras adecuadas, y mantienen sus manos unidas sobre la mesa.

Siempre he admirado el amor que existe entre mis padres. Ellos no son una pareja perfecta, pero lo cierto es que a pesar de las diferencias y de los problemas, ellos siguen mostrándose ese mismo amor. A veces me pregunto cómo lo hacen.

— Yo me saqué un diez hoy en la tarea de Ciencias. —Dice mi hermanito con orgullo.

Sonrío en mis adentros, no es para nada extraño que le vaya tan bien en sus estudios. La verdad es que hasta donde sé tiene un coeficiente intelectual muy alto, mis padres nunca se lo han dicho. Podría ir más adelantado que cualquier otro niño de su edad, pero ellos dicen que eso sería acelerar su crecimiento. Aún así, no dudan que sus capacidades mentales lo ayudarán a lograr grandes cosas.

— ¡Excelente campeón! —Dice mi padre y ambos chocan puños. Mamá en cambio se dedica a llenarlo de besitos por toda la cara hasta exasperarlo... como siempre. Y yo, solo puedo reír.

— ¡Mamá! —Grita el pequeño y mi madre deja de besarlo.

— Es que estoy tan orgullosa de ti bebé. —Dice ésta emotiva.

— Pero mamá, solo saqué diez en mi tarea, tampoco es que me haya ganado un premio Nobel.

Mis padres se miran entre sí y yo vuelvo a sonreír, sé lo que han de estar pensando en estos momentos y pues, ¿quién soy yo para decir que no lo piensen? Además, ¿y si lo logra? Todo puede pasar...

————

Después de ayudar a lavar la loza, subo nuevamente a mi habitación. Me gustaría leer un libro. A decir verdad, es lo que hago siempre antes de dormir.

Toc, toc, suena el golpe en la puerta y me acomodo en la cama, doy permiso para entrar y veo a mi padre cruzar la habitación hasta acomodarse a mi lado.

— ¿Cómo estás cariño?

— Bien.

— ¿Segura? —Dice enarcando una ceja y estoy perdida cuando lo hace, eso solo significa que sabe que no le digo la verdad. ¡Por Dios bendito! ¿por qué me conoce tan bien? —. Estuviste callada durante la cena y...

— Ok, ok. Tienes razón —digo antes de que continúe, total, de todos modos de alguna manera ya se las ingeniaría para que se lo contara... así que, ¿por qué alargarlo? —. La verdad es que hoy no tuve un muy buen día.

— Te escucho. —Dice haciéndose espacio en mi cama, y me relajo en sus brazos.

— Pues, básicamente todo se resume a un nombre...

— ¿Dylan Rush?

Me remuevo asombrada. ¿Cómo lo supo?...

¿Cómo lo sabes? —Pregunto y papá solo se limita a sonreír.

— Cariño, soy tu padre, te conozco.

Hago una mueca de desconcierto.

— ¿Ah si? Entonces, ¿también es de tu conocimiento que ese chico se la pasa haciéndome la vida imposible, y que lo odio por eso? —Digo entrecerrando los ojos.

— ¿Sabes qué sé? Que no parece ser un mal muchacho —¿qué, qué?—. Y... —dice tocando cariñosamente mi nariz—. Que como cualquier adolescente hace estupideces, tú también las haces ¿lo recuerdas?

No sé qué me confunde más, el que mi padre defienda a Dylan, o el que parezca saber algo que yo no sé, lo que me lleva a preguntarme: ¿qué es lo que sabe?

— Te dejaré pensando en eso, por ahora duerme y no te mortifiques. Ya verás que todo tiene un sentido.

Me da un beso en la frente y se va, dejándome sola y con más dudas.

¿Sentido? ¿Cuál sentido? ¿Qué sabe mi padre de Dylan? ¡Por Dios! ¿Y así espera que duerma?

Será una larga, larga noche...

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¡Cuarto capítulo!
Hagamos un recuento...
1. Conociendo a la familia Sullivan.
2. Momento entre Samantha y su padre.
3. ¿Qué es lo que sabe el padre de Sam?..

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¡Nos leemos pronto! 😘😘

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