4 - She

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Los días pueden ser más cansados para la mente que para el físico. Has podido dormir durante horas que, al despertar, estás cansado y puede que no hayas hecho nada durante todo el día (ni siquiera en el trabajo, o en clase) pero te sientas tan agotado como para tirarte en la cama y no moverte lo que queda de día. Es ese cansancio psicológico, inexplicable e incomprensible para aquellos que no lo han sufrido. ¿Las causas? El estrés, la ansiedad, el pánico al día a día, muchas cosas.

Sabiendo todo esto, se entiende que Dallon no saliese más allá del recorrido más corto de su trabajo a casa y al llegar prácticamente a la cama para esperar otro día agotador.

Pero parecía que, aquella vez, algo se interpuso en su camino. Un sentimiento de culpa, de deber sin cumplir, casi una necesidad hambrienta de hacer algo que sabe perfectamente que debe hacer pero no sabe si tiene la fuerza suficiente aquel día.

Cogió una lata de Dr. Pepper bien fría de la nevera, cogió su amada Deloris, la conectó al viejo amplificador Aguilar que le regalaron sus padres con 17 años, no encontró el pedal, se sentó en el suelo frente al sofá y respiró profundamente. Sería la primera vez en mucho tiempo que tocaba sin cascos, sin algo que aislase todo el sonido para que el único que lo escuchase fuera él mismo. Para él, en las circunstancias que está ahora mismo, supone una gran desventaja.

«Será divertido. -Sonaba en su cabeza- Seguro que tu también deseas hacerlo, volver a tocar ¡Con público! Ha pasado mucho tiempo -Era como un incesante dolor- Dal, vamos a hacerlo.»

Se quedo mirando a un punto fijo de la sala hasta que su cabeza decidió ir hacía atrás para contemplar el techo. De pronto había tenido un gran bloqueo.

- Esto es inútil.

Dejó el bajo en su emplazamiento inicial, completamente derrotado y ahogándose en su propia desesperación. Pero un susurro empezó a llamarlo, era como un lamento venido del instrumento. ¿Se estaba volviendo loco? Definitivamente tenía que estar volviéndose loco.

Suspiró.

- Una vez más. -Tomó el instrumento con la intención de que fuese la última oportunidad, su último intento de romper un muro que llevaba intentando quebrar durante los últimos años; tocar sus propias canciones.

Hacía años, Dallon James Weekes, había tenido una banda que se presento como un pasatiempo; The Brobecks. Al principio. Pero, a medida que el proyecto avanzaba, dejaban de ser solo unos cuantos amigos componiendo en un sótano húmedo y oscuro. Hizo todo lo posible para seguir con la banda aunque, con el paso del tiempo, algunos de sus integrantes decidían dejarla para centrarse en la Universidad. Así quedó únicamente él como integrante fijo, su banda era su vida y por nada del mundo la dejaría. Sin embargo nada es para siempre y lo supo de la peor manera posible. El reloj se quedo sin arena y su tiempo acabó dejando a su paso las cutres canciones y hits sin éxito. Aquel golpe fue como quitarle un pedazo de alma para lanzarlo a un pozo oscuro y sórdido.

Necesitaba un trabajo de verdad para poder tener dinero y mantenerse, era algo que no podía compaginar con la banda, ninguno de los actuales miembros podía. Desde entonces solo se ha hablado, de ellos, con Ryan Seaman. Su buen y genial amigo con ideas espantosas que, tras años, había propuesto lo peor: Una nueva banda.

¿Se puede formar una banda con solo dos integrantes? Claro que sí.

Dallon fue tan estúpido de aceptar, como si fuera tan fácil volver a ponerse frente a un micrófono después de años.

Si echaba la vista atrás y se remontaba lo suficiente no sabe si podría decir, con seguridad, que le agrada todo su trabajo con The Brobecks. Por supuesto siempre hay cosas que mejorar y se quedaba con algunas buenas canciones que había compuesto bajo el nombre de la banda pero está orgulloso del todo. No está satisfecho. Le carcome.

And Now... What? - Brallon AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora