Capítulo 11.

37 9 0
                                    

Jimin.

La razón por la cual estoy fingiendo desde hace unos días que me encuentro bien, es que no quiero que hayan sospechas.

Una semana.

Sólo me queda una.

He comenzado a comer, indiferentemente si termino vomitándola.

Dejé el encierro en mi habitación.

Intento "superar" mi depresión.

QUÉ MALDITA MENTIRA.

A pesar de que mi madre sigue sin hablarme, siempre se detiene, y se sienta junto a mi cuando veo tv.

Yo suelo apartarme, o cambiarme de sillón.

Sus miradas cada vez son peores.

De esas que te erizan la piel.

Aunque, no debe importarme, ¿no?

PERO AÚN ASÍ SIGUEN HIRIÉNDOME.

Lo merezco, lo sé.

Igual ya pagaré mis consecuencias pronto.

Cada vez está más cerca ese "algún día" que siempre he soñado.

¿Por qué lo sigo sintiendo tan lejano?

―Cuando acabe el programa, subes a dormir. Mañana debes ir a la universidad. ―Ordenó mi madre. Su expresión lucía cansada. Un poco más, mamá. Soporta. Tú puedes.

Me fije en ella, asentí ligeramente y continué en lo que estaba. Sin más, se dirigió a la puerta.

―Ehm... ―Comencé dudoso.

¿QUÉ CARAJOS HACES PARK JIMIN?

―Mamá ―La susodicha paró en seco. Empuñó sus manos, y giró sobre sus pies y observándome expectante.

―¿Qué quieres, Jimin? ―Su timbre de voz destilaba fastidio, a diferencia de sus grandes ojos ―preciosos, cómo los de la abuela― que delataron un rayo de esperanza inocultable.

Maldito sea el día en que nací, por esto que voy a hacer.

―Ten una buena noche. Cuídate bastante.

No soportaría si me dejas sin poderme despedir de ti.

Egoísta, ¿cierto? Porque es exactamente lo que haré yo.

Le sonreí amablemente. Los lagrimales de mi madre se llenaron, y aunque se contuvo, no pudo evitar que una terminara por adornar su precioso rostro. Intentó acercarse, pero yo negué repetidas veces con la cabeza. Suspiró, y me devolvió la sonrisa. Esa era verdaderamente sincera, tan transparente y real como solía ser.

―Gracias, Jimin. ―Dio la vuelta para seguir con su camino, y se fue sin decir nada más, cerrando la puerta tras de ella.

Gracias a ti por haberme cuidado tanto, madre.

Nunca podré pagártelo.

Nunca...

Intenté fallidamente volver a ensimismarme en el programa, pero me fue imposible. Los pensamientos atacaron cruelmente. Terminé por apagar el televisor e irme a duchar.

Una vez estuve dentro, decidí darme un baño de burbujas. No sé, pero nunca suelo hacerlo. Me siento como Hannah Baker, y ésta, de seguro no es una manera de suicidio que quisiera pasar. Necesitaba relajarme, así que la llené y entré en ella cuidadosamente.

Unrequited || Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora