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—Me iré por un tiempo Yoo-saeng. Te eh dejado la alacena llena y algunas cosas que tal vez necesites — su padrastro pauso frunciendo su ceño. — Por ningún motivo se te ocurra salir, si llegas a desobedecerme yo lo sabre y te daré un merecido castigo.

Yoo-saeng miraba por un pequeño agujero hecho en la pared a las personas pasar caminando en compañía o solas, disfrutando del aire y de la naturaleza. Los niños brincaban jugando y riendo por sus travesuras mientras ella se imaginaba siendo uno de ellos. Quería experimentar la diversion, pero era imposible.

—Yoo-saeng.

Se sobresalto de su lugar enconjiéndose ante la repentina voz a sus espaldas, con nerviosismo observo a Jimin recargado en el umbral de la puerta. Se veía demasiado bien para ella, le gustaba como se vestía con porte e informalidad al mismo tiempo. Su camisa de corte V le dejaban ver sus marcadas clavículas, su piel pálida como la suya y sus pequeños y marrones lunares esparcidos sobre esta.

—Yoo-saeng, ¿quieres comer algo?

Su estomago rugió en respuesta avergonzandola, las esquinas de los labios de Jimin se curvaron en una sonrisa divertida frente a sus ojos. Aun bochornosa, asintió sin energía saliendo de la habitación hacia la cocina.

Extrajo de la alacena dos empaques de sopa instantánea que con un poco de agua se haría su comida. Jimin la vio en todo momento sentado en el taburete de la barra de vidrio.
Cuando la comida se preparo completamente se dispusieron a comer en un silencio donde solo se escuchaba el sorber de los fideos y las exclamaciones de ambos por el picante.

Ambos comieron rápidamente, sus estómagos quedaron satisfechos ante la ultima probada. Tanto como ella, Jimin había pasado tiempo donde lo único que podía alimentarlo era la imagen de ella. Ambos estaban inquietos por ingerir la comida, por eso, comieron rápido. Disfrutandolo a su modo.

Al terminar finalmente, Jimin no perdió tiempo en acorralar al pequeño cuerpo de Yoo-saeng entre la barra y el suyo.

—Quiero oirte gemir, Yoo-saeng. Solo para mi.
 

Blood, Sweat and TearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora