Bad Medicine

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¿Qué era lo que acababa de decir? Hiroshi seguía tan nervioso que no podía recordar exactamente lo que dijo y las palabras de Ann lo confundieron aún más, tal vez ella fue quien  no escuchó bien y opto por repetirlo.

-No Ann, no estas entendiendo. Tú me gustas.

Repetir esas palabras en un mismo día, lo hizo dudar de lo que realmente estaba pasando, nada tenia mucho sentido y esperaba que todo fuera un mal sueño el cual ya estaba apunto de terminar.

-Hiroshi. -Contestó Ann. -Puedes confiar en mí y sabes que no te juzgaré por lo que decidas. -Ella continuo sin pena alguna. -Y si te gusta Kado, prometo no meterme entre ustedes. -Terminó diciendo. -Somos amigos y lo sabes bien.

Todo esto no estaba sucediendo ¿Verdad? No podía ser que le había dicho que le gustaba un chico en lugar de ella. ¿Cómo podía ser tan imbécil?
Él ni siquiera se fijaría en un tipo como él. Hiroshi no era gay, pero tenia sus buenos gustos y Kado estaba muy por debajo de ellos. Esa greña larga no era atractiva y peor aun, sus aterradores gustos musicales. Claro que no saldría con un chico como él.

-Ann no es Kado. ¡Eres tú!
Dijo Hiroshi intentando arreglar el mal entendido, sin notar que solo lo estaba empeorando.
-Te agradezco que seas tan directo conmigo -Continuo Ann con su aire bondadoso. -Y te prometo no interferir. -Hiroshi ya no sabia que decir, solo esperaba en que momento la tierra se lo tragaría y lo escupiría de nuevo en Japón. -Tengo que irme, hablamos mañana.

Ann se despidió dejando a Hiroshi solo, confundido y aterrado.
-Sí, mañana. 

Cuando la vista de Hiroshi por fin perdió a Ann, él se dio la media vuelta y fue de camino a su hogar.

Mientras caminaba, pensaba como podía ser tan estúpido para que su nerviosismo dejara que lo controlara y decir tal cosa. Todo ese día se había arruinado y no existía un botón de reversa para poder ver que Kado iba a aparecerse y arruinar todo su plan.
Kado. No deseaba pensar en él ni un segundo más, ni siquiera se permitiría pronunciar ese nombre. Oficialmente se había ganado todo su rencor y se lo haría pagar la próxima vez que lo viera. 

Hiroshi estaba tan metido en su propio mundo que no veía por donde caminaba. Hace unos segundos casi se tropieza con una roca que por alguna razón estaba sobre la acera y no era de extrañarse que en cualquier momento chocara con alguien frente a él. Y asi fue, Hiroshi acabó topándose con el pecho de alguien.

-Perdón, yo no quise. -Dijo Hiroshi antes de levantar la vista y darse cuenta que era el rey de roma con quien había chocado. -Kado ¿Otra vez tú?
-Hola otra vez.
Contestó Kado no muy alegre de toparse con él el mismo día.

-¿Acaso estas siguiéndome? -Hiroshi estaba muy alterado después de todo lo que le había pasado esa tarde. -¿Cuál es tu maldito problema?
-¿Mi problema? -Contestó Kado alterado también. -No, tu problema. Tú eres quien a estado evitándome y alejándome de Ann toda la semana.
-Todo fue por tu culpa. -Hiroshi, sin importarle con cuanto lo rebasara, tomó a Kado del cuello de su camiseta y lo empujó contra la pared, acorralándolo con su cuerpo. -¡Todo fue por tu culpa! Si no te hubieras aparecido yo no...

Hiroshi dejo la frase incompleta, no estaba realmente seguro si debía decírselo pues fue él el culpable de su fracaso.

-¿Qué tú no qué Hanataro?
Sinceramente a Kado no le importaba la posición en la que se encontraba, Hanataro era más pequeño que él, así que se lo podría quitar de encima con facilidad , pero quería darle un poco de control sobre la situación. Si Hanataro estaba tan enojado con él, mínimo tenia que saber el por qué.  

-¡Le dije a Ann qué tú me gustabas!
Hiroshi soltó el cuello del mayor y se alejó un poco avergonzado.

A Kado le heló la sangre lo que acababa de decir. ¿Le gustaba a Hanataro? Y ¿Por qué se lo había dicho a Ann y no directo a él? 

All About Lovin' You [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora